Los grandes enemigos de tu salud financiera: Miedo a invertir

Imagen: Ambermb

Continuamos hablando de los grandes enemigos que desafían tu progreso hacia la salud financiera. Hoy vamos a hablar del miedo a invertir, uno de los obstáculos más importantes a los que nos enfrentamos, y que se suma a la lista que ya hemos cubierto:

  1. La inflación
  2. Los impuestos
  3. El conformismo
  4. La educación
  5. Las comisiones
  6. Los malos consejos
  7. Las creencias sin fundamento

Como ya vimos en otros posts, invertir es uno de los pilares fundamentales de construcción de salud financiera. La inflación provoca que nuestros ahorros pierdan poder adquisitivo año tras año, y la única forma que tenemos de contrarestar ese efecto es la inversión.

En otras palabras, invertir nos permite la posibilidad de que nuestros ahorros crezcan a un ritmo superior a la inflación, preservando o aumentando nuestro poder adquisitivo a lo largo del tiempo a través de obtener una rentabilidad.

miedo a invertir
Imagen de Buffik

Sin embargo, no todo el mundo se lanza a invertir. Y es que hay una serie de barreras psicológicas que actúan en contra de nuestra predisposición a invertir nuestros ahorros.

En este post vamos a identificar las más importantes y a proponer algunos antídotos para reducir su poder sobre nosotros y así desarmar nuestro miedo a invertir.

1. Miedo a perder

La primera barrera psicológica es el miedo a perder. Cuando invertimos con el objetivo de obtener una rentabilidad superior a la inflación, por definición debemos asumir riesgo. Y eso hace que el resultado tenga cierto grado de incertidumbre, mayor o menor en función del tipo de inversión que nos estemos planteando.

La incertidumbre genera en nosotros cierta resistencia psicológica, porque no nos gusta perder. Si bien es cierto que el riesgo tiene diferentes caras, esa resistencia interna a la idea de perder es una constante histórica en el ser humano.

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El antídoto contra esta barrera es sencillo: Pequeñas dosis.

Empieza con pequeños importes y en alternativas sin demasiado riesgo. A medida que vayas sientiéndote más cómodo, ve elevando la apuesta en función de tu grado de tolerancia al riesgo.

2. Desconocimiento

La segunda barrera psicológica es la sensación de desconocimiento. Cuando creemos que no dominamos algo, nuestro miedo a fallar (en este caso, a perder) se acentúa. Y eso nos provoca parálisis.

El antídoto contra esta barrera también es sencillo: Hemos de mejorar nuestro nivel de educación financiera.

Hay muchas formas diferentes de aprender sobre finanzas para conseguir sentir más confianza a la hora de invertir. En este post tienes algunas ideas.

3. Deseo de recompensas a corto plazo

La última barrera psicológica de nuestra lista es nuestra preferencia por las recompensas a corto plazo.

En otras palabras, que no queremos esperar.

Y eso representa un pequeño problema, porque invertir requiere tener paciencia para que el interés compuesto haga su labor. Los resultados que deseamos suelen tardar cierto tiempo en producirse, salvo que estemos intentando «dar un pelotazo», algo no demasiado recomendable.

Imagen de SeppH

La verdadera inversión, la que suele funcionar, requiere visión de largo plazo. Tener prisa por recibir las recompensas no es una buena estrategia.

En este caso, el antídoto no es tan sencillo. Lo más recomendable es que incorpores a tu día a día elementos que te permitan sentir que estás disfrutando del presente, de forma que tengas menores dificultades para desarrollar una visión de largo plazo en el ámbito concreto de la inversión.

Ahí tienes, tres grandes barreras psicológicas que afectan al miedo a invertir, otro de los obstáculos más relevantes en nuestro camino hacia la salud financiera.

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¿Quieres seguir descubriendo los obstáculos que te separan de la salud financiera?

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