En otros posts hemos comentado la gran importancia que tiene la educación a la hora de conseguir avanzar por el camino hacia la salud financiera. No aprender es uno de los grandes obstáculos que nos impiden progresar hacia este objetivo todo lo rápido que nos gustaría. Y por eso, en el post de hoy vamos a hablar sobre algunas formas de mejorar nuestra educación financiera sin morir en el intento.
Vamos a tocar tres ideas fundamentales, muy simples pero al mismo tiempo muy efectivas:
- Aprendizaje por inmersión
- Tomar notas
- Practicar lo aprendido
Aprendizaje por inmersion
El aprendizaje por inmersión es una de las técnicas más efectivas que existen para formarse sobre algo. Funciona particularmente bien en el campo de los idiomas, pero se puede aplicar a una gran variedad de cosas.
Básicamente, el aprendizaje por inmersión implica ponerse en una situación en la que te llegan contenidos relacionados con aquello sobre lo que quieres aprender por varias vías. Y cada una de esas vías tiene un cariz diferente, lo que facilita que consigas aprender en modo multi-formato.
Por ejemplo, imagina que quieres aprender sobre finanzas y decides leer algunos libros.
Eso está muy bien. Es mucho mejor que nada.
Ahora imagina que además de leer algún libro, combinas todo esto de diferentes maneras, dentro de lo que tu agenda te permita:
- Escuchar un podcast
- Ver canales de finanzas en Youtube
- Hacer un curso
- Interactuar con personas que conoces que dominan el tema y preguntarles dudas
A eso me refiero con «estar inmerso» en educación financiera. Si combinas todas esas cosas, tu aprendizaje avanzará mucho más rápidamente que si lo haces con un sólo formato, aunque le dediques el mismo tiempo.
Tomar notas
Una técnica que tiene un gran impacto en nuestra capacidad y velocidad de aprendizaje es tomar notas. Pero es algo que muchos de nosotros no hacemos.
Imagina que lees un libro que contiene un montón de buenas ideas. Si no haces nada más, lo más habitual es que prácticamente todo lo que has leído, si no todo, se te olvide en unas pocas semanas. Y lo más probable es que no lo recuerdes de forma consciente salvo que vuelvas a leer el libro.
Si tienes memoria fotográfica, mis disculpas, esto no te aplica. Pero no es el caso más frecuente, ¿no es verdad?
Sin embargo, si tomas algunas notas sobre las ideas que más te impactan al leer el libro, la cosa cambia. Cambia porque concentras tu atención en un volumen de información mucho más pequeño. Cambia porque escribes esas ideas en un papel, lo que facilita que las recuerdes. Y cambia porque después puedes releerlas de forma mucho más rápida y sencilla que si tienes que volver al libro.
Tomar notas lo cambia todo. No dejes de hacerlo.
Practicar lo aprendido
La tercera técnica es la cúspide de la pirámide. Un paso al que muchas personas no llegan y que es absolutamente transformador en el proceso de aprendizaje: Practicar lo aprendido y comprobar las consecuencias.
Uno de los grandes obstáculos a la hora de aprender algo es mantenerse en el plano mental y no evolucionar al plano práctico. Las personas que hacen esto acumulan más y más conocimientos, pero no manifiestan todo eso que han aprendido en sus propias vidas con acciones concretas.
¿Y qué es lo que ocurre?
Exacto. Nada.
Para que el aprendizaje dé sus frutos, hemos de practicar lo aprendido. Pasar al plano práctico siempre da un poco de vértigo, pero es fundamental para que el aprendizaje sirva para algo y mejore nuestra vida.
La receta siempre es la misma: Empezar poco a poco, con pequeños pasos. Empezar a hacer un presupuesto. Abrir una cuenta de ahorro. Empezar a construir un fondo de emergencia. Invertir pequeñas cantidades en diferentes alternativas. Y a medida que vamos cogiendo confianza, elevar el listón un poco más.
Ahí lo tienes, tres técnicas clave para aprender sobre finanzas de forma rápida y efectiva.
Si quieres acceder a contenidos similares, consulta nuestra sección #Estilodevida.
Moni 
