Seguimos desgranando la lista de esos grandes obstáculos que se interponen entre la salud financiera y tú mismo. En otras partes de este megapost hablamos de la inflación, los impuestos, el conformismo, la educación y las comisiones. Hoy vamos a hablar de un nuevo obstáculo: Los malos consejos.
En lo que a temas financieros se refiere, a veces no nos vemos capacitados para decidir por nosotros mismos. Quizá creemos que no tenemos la educación financiera suficiente, o quizá queremos deshacernos de la responsabilidad de elegir.
En esas situaciones, tendemos a buscar refugio en otras personas. Voces que consideramos más capacitadas que nosotros, o al menos más decididas.
Sin embargo, es posible que los consejos que esas voces nos dan, por mucho que deseemos fiarnos de su criterio, no sean demasiado atinados. Al menos, en lo que se refiere a lo que a nosotros nos conviene en función de cómo somos, qué es lo que más valoramos y cuáles son nuestros principales objetivos.
Así que en este post voy a darte algunas pistas para que puedas discernir mejor si debes hacer caso a esas voces o no. En concreto, vamos a hablar de algunas «banderas rojas» que, de aparecer en tus conversaciones con alguna de esas voces, probablemente indiquen que debas ir con mucha cautela a la hora de seguir sus recomendaciones.
Consejos que te dan sin conocer bien tu caso particular
Una bandera roja muy habitual es que la persona en cuestión te recomienda hacer algo sin preguntarte primero por tu situación financiera, tu tolerancia al riesgo y tus objetivos principales.
En finanzas, no existe una solución que funcione para todo el mundo. Cada uno de nosotros somos diferentes y la solución que funciona para ti no tiene por qué funcionar para mí.
Por esta razón, para que un consejo que alguien te dé tenga un nivel mínimo de credibilidad, ha de basarse en un conocimiento adecuado de tu situación particular. Y si no es así, ándate con mucho ojo.
Inversiones que están de moda
Otra bandera roja es que alguien te recomiende inversiones que están de moda.
¿Por qué?
Muy sencillo: Cuando alguna inversión está de moda, es que, además de novedosa, es muy popular. Si es muy popular, es que hay mucha demanda. Y si hay mucha demanda, es muy posible que esa demanda haya hecho que el precio de esa inversión haya subido demasiado en relación a su riesgo.
Recuerda: Las mejores inversiones en cuanto a relación rentabilidad-riesgo no suelen ser las cosas nuevas y populares sino cosas que tienen una larga historia y que han funcionado bien durante mucho tiempo.
Por supuesto, hay excepciones. Pero, como su nombre indica, no son frecuentes.
Pelotazos
Otra clásica bandera roja es cuando alguien te habla de una inversión en modo «pelotazo». «De ésta nos hacemos ricos» y rollos de ese estilo.
Cuando oigas esa tonadilla, sal corriendo. Los grandes beneficios en un corto periodo de tiempo van siempre acompañados de grandes riesgos… o de manejos nada limpios.
Concentración en un sólo activo
Finalizamos con una última bandera roja: La recomendación de concentrar tu inversión en un sólo activo, con el argumento de que es mucho mejor opción que las demás.
Cualquier inversor que se precie sabe perfectamente que diversificar el riesgo es un aspecto fundamental en la estrategia de un inversor medio. Y es que el futuro es incierto, tanto en la vida y en las finanzas.
Lo que parece muy evidente hoy puede no serlo mañana. Por eso nos conviene diversificar.
La concentración en un activo o unos pocos activos eleva el riesgo de la inversión sustancialmente y es una práctica sólo recomendable para aquellos inversores con mucha experiencia. Si no es tu caso, probablemente lo mejor es que evites esa estrategia.
Ahí tienes, cuatro grandes banderas rojas que deben hacerte arquear las cejas cuando las escuches, por muy bien que te caiga tu interlocutor. ¡Quizá sean malos consejos!
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Moni 
