Cómo hacerse rico poco a poco

Imagen: Kinkate

Hoy en día estamos rodeados de alternativas que prometen enriquecerse con rapidez. Eso de hacerse rico poco a poco no es muy cool. Queremos lo mejor y lo queremos ahora. Y por supuesto, queremos que no nos cueste demasiado esfuerzo, porque tenemos otras cosas más importantes que hacer.

Lee eso otra vez.

¿Te das cuenta de lo absurdo y poco realista que suena?

Pues bien, toda la maquinaria de marketing actual, especialmente en las redes sociales, va dirigida a convencer a las nuevas generaciones de que ésa es la forma correcta de hacer las cosas. Y muchas personas están comprando sin pestañear esa bicicleta, sin reparar en el pequeño detalle de que no tiene sillín.

hacerse rico poco a poco
Imagen de Daniel Buescher

¡Invierte toda la pasta en criptomonedas! ¡Monta un negocio y da el pelotazo! ¡Compra cincuenta décimos de lotería!

Ejem… no.

Sí, puede salir bien. Sí, otras personas lo han hecho. Sí, no es imposible.

Pero no es lo más probable.

De hecho, es muy poco probable. Welcome to reality.

No digo que no debas intentar nada de eso. Lo que digo es que ese tipo de cosas no deben ser tu estrategia principal de construcción de riqueza, porque sería una estrategia con pies de barro. Puede que te creas más listo que los demás, o que incluso lo seas, pero conviene que apuntales tu salud financiera con pilares más firmes que petardos de feria.

Uno de esos pilares es alimentar la mentalidad de hacerse rico poco a poco.

Hacerse rico poco a poco

Hacerse rico poco a poco es la manera más segura de conseguirlo. Es posible que sea la única manera realista de conseguirlo. Una manera que no depende demasiado de los imponderables del azar.

Confiar en que te toque la lotería es confiar en que el universo, un universo completamente indiferente a nuestra existencia, te toque en el hombro por tu cara bonita.

Comprar y vender acciones continuamente para enriquecerse con rapidez solamente hace ricos a los bancos y a los brokers. Cuantas más operaciones hagas, más probable es que pierdas, por mucho que creas que tienes un don especial para saber cuándo una acción va a subir y cuándo va a bajar.

Despilfarrar tus ahorros en criptomonedas es asumir mucho más riesgo del que se aprecia a primera vista. Lo más probable es que no entiendas lo que estás haciendo, porque es un mundo extremadamente complejo que se encuentra en una etapa de desarrollo muy temprana. Las probabilidades de que todo se desmorone y caiga a cero son todavía muy altas, a pesar de todo el hype que hay en el mercado que pregona a los cuatro vientos que las criptomonedas son la panacea, que van a cambiar el mundo y que van a traer paz y libertad a nuestra sociedad por los siglos de los siglos.

Montar una start-up para hacerla crecer y despues venderla por una millonada es un camino que te da algo más de control sobre el resultado si tienes las habilidades necesarias, pero es una vía difícil con un altísimo nivel de riesgo de fracaso, como demuestran las estadísticas.

Pero entonces… si todo esto tiene demasiado riesgo, ¿qué puedo hacer?

Veamos cuál es la alternativa.

Cómo hacerse rico poco a poco

La fórmula para hacerse rico poco a poco es tan sencilla como efectiva:

  1. Consigue un trabajo en un área que te interese
  2. No dejes de aprender y aporta cada vez más valor en tu profesión
  3. Consigue que te paguen cada vez más por el valor que aportas, sea dentro de tu empleo o construyendo otras opciones como cambiar a otros empleos mejor pagados o estableciéndote por tu cuenta y montando tu propio negocio
  4. Gasta menos de lo que ganas
  5. Invierte lo que ahorras desde bien pronto. El factor tiempo es clave.
  6. Repite el proceso

Si haces esto, serás rico.

No, no es totalmente seguro que así sea. Pero la probabilidad de que lo consigas es muy alta. Podrás tardar más o menos, pero llegarás a puerto.

El eslabón donde la cadena suele romperse es el número 4. A medida que vamos generando más ingresos como consecuencia de nuestra mayor experiencia laboral, solemos elevar nuestro nivel de vida en paralelo, de forma que no conseguimos ahorrar demasiado.

Sin ahorro, no hay inversión. Y sin inversión, no hay interés compuesto.

¿Y por qué se suele romper la cadena exactamente ahí?

Porque confundimos el lugar donde se encuentra la felicidad. Creemos que se encuentra en el jardín de «gastar más», cuando realmente suele esconderse en el jardín de «tener más libertad y control sobre nuestra vida para hacer lo que más nos llama».

Lo interesante de esto de hacerse rico poco a poco es que parece imposible conseguir el objetivo de esta forma, porque, al principio, el progreso de construcción de riqueza es muy lento. Pero aunque no podamos verlo aún, la magia del interés compuesto está ahí. Y los resultados acaban llegando.

Observa este gráfico:

Imagen de James Clear

La clave de hacerse rico poco a poco es ser disciplinados en el proceso. El proceso lo es todo. Y cuanto antes empieces a ahorrar e invertir, mayor impacto tendrá el elemento tiempo en el resultado final.

Para ilustrar el poder del tiempo con números, digamos que a los 18 años encuentras un trabajo y durante los siguientes 7 años gastas poco y ahorras un montante acumulado de 15.000 euros (un promedio de 2.100 al año), que inviertes durante cada uno de esos 7 años en un fondo indexado diversificado con una rentabilidad del 10% anual. Y ya no ahorras ni inviertes nada más a partir de los 25 años de edad, porque te dedicas a vivir la vida, haciendo viajes y tomando copas.

¿Puedes adivinar el importe acumulado de riqueza en que se convertirían esos 15.000 euros que invertiste de los 18 a los 25 años cuando alcances los 65 años de edad, a esa rentabilidad del 10% anual?

En un millón de euros.

Sí. No es coña. Haz números y lo verás.

Ése es el poder del tiempo. Así te haces rico poco a poco, y además de forma relativamente segura.

Sí, ya sé. Que esa rentabilidad del 10% anual es poco realista, que seguro que acaba siendo mucho menos, bla, bla, bla.

La cotorra parlanchina que se cuela en tu cabeza y te bloquea para que no hagas nada y te quedes mirando las musarañas con expresión de que sabes lo que haces.

Te suena, ¿verdad?

Imagen de Manfred Richter

Esa rentabilidad del 10% anual puede ser realista o puede que no. Nadie tiene ni pajolera idea de cuál será. Y puede que lo tuyo no sean los fondos indexados, sino la inversión inmobiliaria u otras alternativas con una relación rentabilidad-riesgo suficientemente atractiva.

Pero lo que es difícilmente debatible es que actuando de esta forma avanzarás. Avanzarás en libertad, en control, en poder. Avanzarás hacia el f*ck you money y hacia una mayor capacidad de dirigir el timón de tu vida hacia donde tú quieras.

¿Que vas a tardar demasiado tiempo?

Bueno, tú eliges. Atajos con mucho riesgo o un camino más largo pero con mucha mayor probabilidad de funcionar.

Por mi parte, sólo puedo decirte que las cosas buenas suelen llevar su tiempo.

Por algo será.

La paciencia es una gran virtud. Una virtud que las nuevas generaciones están perdiendo muy rápidamente. Eso no es nada bueno. No es bueno porque lleva a enfocar la atención en el resultado y la aleja del proceso. Y para llegar al resultado, la mejor estrategia es enfocarse en el proceso.

Lo que te lleva a conseguir estar en buena forma física es hacer ejercicio regularmente.

Lo que te lleva a ser un buen profesional es no dejar de aprender y aplicar consistentemente lo que vas aprendiendo.

Lo que te lleva a tener una buena relación de pareja son los pequeños detalles del día a día.

Lo que te lleva a tener buenas amistades es compartir momentos de calidad de forma frecuente.

La salud financiera sigue el mismo principio. El proceso del día a día te lleva al resultado.

Además, el camino lento hacia la riqueza no significa que no puedas disfrutar del trayecto. En absoluto. Puedes perfectamente combinar ambos objetivos de disfrutar del presente y construir el futuro, especialmente si cultivas las otras palancas de la felicidad en tu día a día: Familia, amigos, salud, proyectos vocacionales, diversión.

No esperes. Empieza pronto. Enfócate en el proceso. Y te harás rico poco a poco sin darte cuenta.

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