Por qué el dinero no es un juego de suma cero

Imagen: Francisco Bovolin

Seguro que alguna vez has oído a alguien decir que esto o aquello es un «juego de suma cero». Es una frase que muchas personas aplican al dinero, por ejemplo. Pero… ¿qué es lo que quieren decir realmente?

Los juegos de suma cero son dinámicas en las que si uno gana, otro pierde. Es decir, para que alguien gane algo es necesario que otra persona pierda algo, de forma que en conjunto la totalidad de las ganancias es equivalente a la totalidad de las pérdidas del grupo.

Muchas personas tienen una idea negativa del dinero, precisamente porque creen que el dinero es un juego de suma cero, y que si alguien gana mucho dinero, provoca que otras personas tengan poco o nada.

juego de suma cero

Pero no, no es así como funciona. El dinero es un juego de suma positiva. Y conviene que entiendas bien esto para que despierte en ti las emociones adecuadas y no te lleve a tomar decisiones que perjudiquen tu salud financiera.

Veámoslo un poco más de cerca.

Los juegos de suma positiva

Los juegos de suma positiva son aquellos en los que las ganancias no tienen por qué generar pérdidas, sino que alguien gana porque se crea algo nuevo que antes no existía.

Imagina que haces un pastel. Compras los ingredientes, haces la receta, lo metes en el horno… y voilá: Tienes algo que vale más que los recursos que has consumido. El supermercado ha ganado algo, la compañía de electricidad también y tú también. Todo el mundo gana.

Pues bien, una de las grandes habilidades que puedes desarrollar en la vida es identificar y jugar a juegos de suma positiva.

Los juegos de suma positiva están por todas partes. El problema es que las personas que juegan a juegos de suma cero hacen mucho ruido, y por eso todo nos parece un juego de suma cero.

Pero no, nada más lejos de la realidad.

Lo que provoca que las personas jueguen a juegos de suma cero es la mentalidad de escasez.

Imagen de Thorsten F

Cuando funcionas con una mentalidad de escasez, todo te parece un juego de suma cero. Cuando otros progresan, interpretas ese progreso como que tú te estás quedando atrás.

Si el camarero atiende a otra persona primero, tú pierdes. Si alguien consigue un aumento de sueldo, tú pierdes. Si alguien triunfa en su carrera y obtiene fama y notoriedad, tú pierdes. Si alguien encuentra un sitio para aparcar cuando tú estás también buscando uno, tú pierdes. Si no se suben los impuestos a los ricos, tú pierdes.

Y si alguien gana dinero en alguna parte, tú pierdes, por supuesto.

¿Te das cuenta de lo limitadora que es esa perspectiva?

Si eliges jugar de esa manera, tu atención se concentrará en cómo puedes evitar perder. Tendrás una actitud defensiva en todo momento. Verás a todas las personas a tu alrededor como competidores. Verás peligros por todas partes.

Y te perderás las oportunidades.

Eso no mola, ¿no es verdad?

Veamos entonces cómo podemos salir de este atolladero.

Cómo encontrar juegos de suma positiva

Para identificar los juegos de suma positiva, has de funcionar con una mentalidad de abundancia. Has de enfocar las cosas con el convencimiento de que hay oportunidades para todos, y que el hecho de que alguien gane no significa que tú pierdas. Simplemente significa que hay oportunidades para ganar y que tú también puedes aprovecharte de algunas de ellas.

Por ejemplo, en el ámbito profesional podrías pensar que dedicar tiempo a ayudar a un compañero o a satisfacer mejor a un cliente puede ser una pérdida para ti, porque no puedes dedicar ese tiempo a otras cosas. O puedes pensar que al hacer eso estás creando relaciones profesionales de mayor calidad, que te beneficiarán de alguna forma.

¿Y sabes qué? Generalmente es lo que sucede. El karma siempre está presente, aunque tarde tiempo en aparecer y lo haga en los lugares más insospechados.

En el ámbito relacional sucede lo mismo. Puedes pensar que ir a apoyar a un amigo cuando está haciendo algo importante te priva de ver tu serie favorita de Netflix. O puedes pensar que ese tipo de gestos elevará la relación a otro nivel y eso tendrá consecuencias muy positivas en la vida de ambos.

Con el dinero sucede lo mismo. Puedes pensar que el dinero es algo horrible y que los ricos son una especie de Darth Vaders que quieren dominar el mundo y mandarnos a todos a campos de concentración. O puedes pensar que la mayoría de los ricos lo son porque han creado algo que ha aportado mucho valor a la sociedad o ha solucionado algún problema que muchas personas tenían. Y que nos conviene que ese tipo de personas existan, porque la vida de todos mejora gracias a sus ideas y su dedicación.

Funcionar con una mentalidad de crecimiento te abre la mente a las oportunidades. Te abre la mente a la cooperación y a apreciar a los demás no tanto como competidores que van a robarte el pan, sino como personas que pueden ayudarte a conseguir tus objetivos y a los que tú puedes ayudar a conseguir los suyos. Te abre la mente a asumir riesgos que esconden grandes recompensas. Te abre la mente a crear cosas que antes no existían.

El dinero es un juego de suma positiva. Puedes crear riqueza sin perjudicar a nadie. De hecho, sucede exactamente lo contrario. Cuando inviertes, estás ayudando a las empresas en las que inviertes a aportar mayor valor al mercado y al mismo tiempo te estás beneficiando tú mismo a través de mayor salud financiera.

Y el beneficio no se queda ahí. Si consigues mejorar tu salud financiera tendrás más libertad y control sobre tu vida. Serás más feliz. Esa mayor libertad y felicidad redundará positivamente en las personas de tu entorno. Y quién sabe en cuántas más.

Todo el mundo gana. Y así debe ser.

Juega a juegos de suma positiva, Moneytimer.

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¿Quieres seguir desarrollando una mentalidad financiera ganadora?

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