Inversión en start-ups: ¿Qué debes saber?

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Seguro que más de una vez has oído mencionar el término «start-ups». Quizá incluso hayas considerado una inversión en una, o incluso que lo hayas hecho ya. Y si no, probablemente te estés preguntando de qué narices estoy hablando.

Una start-up es una empresa de nueva creación. No hay un periodo de tiempo concreto para «dejar de ser» una start-up, sino que a grosso modo se considera que una empresa es una start-up si lleva pocos años funcionando. Pero si quieres algo más concreto, este artículo te puede dar una idea.

Lo interesante de las start-ups es que necesitan financiación para poder crecer. Y dado que no tienen una historia larga, los bancos tradicionales no suelen estar muy por la labor de prestarles dinero, porque perciben que el riesgo es demasiado alto para sus estándares. Lo cual conlleva que el formato principal de financiación de una start-up sea capital (comúnmente conocido como venture capital), y que quienes proporcionan ese capital se conviertan en accionistas.

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Imagen de TheDigitalWay

Al convertirte en accionista de una start-up, estás invirtiendo en renta variable. Y como vimos en este post, la renta variable tiene rentabilidad potencial que es – en teoría – ilimitada, pero también tiene más riesgo porque tu inversión – en teoría – puede caer a cero.

Pues bien, una start-up es renta variable elevada a la quinta potencia. Las posibilidades de llegar a una rentabilidad altísima son mayores que en otros formatos de renta variable, pero el riesgo de que tu inversión caiga a cero también lo es.

En otras palabras, las start-ups son droga dura.

Veamos algunos de sus riesgos en comparación con la renta variable tradicional.

Riesgos de invertir en start-ups

Los riesgos principales que has de tener en cuenta a la hora de considerar una inversión en una start-up son los siguientes:

Riesgo de negocio

Las start-ups generalmente tienen un riesgo de negocio muy elevado, porque están, básicamente, «empezando a construir». No tienen una base de clientes consolidada ni una estructura organizativa estable, y habitualmente compiten contra empresas más grandes y que disponen de más recursos.

En otras palabras, no lo tienen fácil. Pero suelen tener una idea de negocio original, con un enfoque diferente y que apuesta por abrirse camino y conquistar una buena posición en el mercado en el que operan.

Ahora bien, las estadísticas no mienten: La mayoría no lo consiguen.

Riesgo financiero

Otro de los grandes riesgos de las start-ups es el quedarse sin financiación suficiente para poder invertir y crecer como les gustaría. A veces, incluso para sobrevivir.

Durante los primeros años de vida, las start-ups suelen requerir mucha financiación, porque para conquistar esa posición deseada de mercado necesitan invertir. Y la financiación es uno de los grandes escollos que se encuentran en el camino: Es difícil de conseguir, precisamente porque tiene mucho riesgo y no hay tantos inversores dispuestos a participar en ella.

Por esta razón, es fundamental que evalúes si la start-up en la que estás pensando invertir tiene buen acceso a financiación, bien porque tiene una relación sólida con inversores que pueden continuar apoyando el proyecto, bien porque tiene capacidad de explorar otras vías.

Riesgo de liquidez de salida

El otro gran riesgo de invertir en una start-up es que es una inversión muy poco líquida. En otras palabras, no es nada fácil vender tu inversión cuando te dé la gana, porque hay muy pocos inversores a los que les puede interesar comprarla (no es un mercado como el de las acciones cotizadas en Bolsa, donde puedes comprar y vender cuando te plazca).

La forma más habitual de monetizar tu inversión en una start-up es cuando se produce un «exit», es decir, cuando la empresa se vende a un tercero. Pero claro, puede que eso nunca suceda. Así que si inviertes en una start-up, no te queda otra alternativa que convivir con esa ausencia de liquidez y confiar en que se produzca un «exit» a una valoración que te haga conseguir una buena rentabilidad.

Aspectos clave a la hora de invertir en start-ups

Digamos que identificas una start-up en la que te interesa invertir. ¿Qué aspectos deberías tener en cuenta para minimizar el riesgo al máximo?

Idea y modelo de negocio

La idea de negocio debe ser buena. De cajón, ¿no?

Pero no es tan fácil evaluar eso como parece. Hay muchísimas cosas que no se ven venir cuando estás empezando a construir un negocio. Como mínimo, has de asegurarte de que algunos conceptos fundamentales están bien cubiertos:

  • Diferenciación: ¿En qué se diferencia el producto/servicio/tecnología/proceso de tu empresa de los de la competencia? ¿Cuál es su ventaja competitiva?
  • Sostenibilidad: ¿Cuáles son las barreras de entrada? ¿Puede la competencia copiarles fácilmente?
  • Tamaño de mercado: ¿Opera en un mercado que ofrece suficientes dimensiones para crecer hasta un volumen que haga el modelo de negocio rentable?

Y especialmente, el siguiente punto.

Equipo

El equipo de una start-up es probablemente el factor de éxito o fracaso más importante. Si el equipo es bueno y la idea de negocio no lo es tanto, es muy posible que sean capaces de pivotar y encontrar una idea de negocio que funcione mejor. En cambio, si la idea de negocio es buena pero el equipo no lo es tanto, es muy posible que el proyecto naufrague por errores de ejecución.

Imagen de Andre Figueiredo

El camino de desarrollo de una idea de negocio es duro. El equipo no sólo debe contar con formación y experiencia, sino tener habilidades de adaptación, superación de problemas, creatividad, resiliencia y relaciones interpersonales.

Es, en una palabra, una maratón. Una maratón con un segundo a segundo muy intenso que la mayoría de personas no aguantan, por idílico que parezca llegar a la meta y por mucho sentido empresarial que pueda tener hacerlo.

Visión de largo plazo

Como hemos dicho anteriormente, las start-ups son una inversión muy poco líquida. Lo cual, unido a que suelen requerir un largo periodo de tiempo para construir su idea de negocio y atraer posibles compradores, implica que los inversores de una start-up van a permanecer en el accionariado, probablemente, durante mucho tiempo. Quieran, o no.

Por esta razón, es fundamental adoptar una visión de largo plazo en tu inversión y tener paciencia. Si no es así, no lo pasarás demasiado bien durante el camino.

Diversificación

Finalmente, un aspecto de gran relevancia es que el riesgo de que la inversión en una start-up no vaya demasiado bien es más elevado que en la mayoría de alternativas de inversión.

Por tanto, para reducir ese riesgo, nos conviene diversificar e invertir parte de nuestro patrimonio en otras opciones, sean otras start-ups (lo cual no lo reduce demasiado, porque el riesgo de esas otras start-ups sigue siendo muy elevado) o alternativas más tradicionales, como fondos de inversión o activos inmobiliarios.

Ahí tienes, las claves de inversión en start-ups, bien resumiditas para ti. ¡Dales bola, Moneytimer!

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