Por qué la renta fija no es tan fija como parece

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En este post, éste y éste hablamos de la renta fija como una de las alternativas de inversión más conocidas y más utilizadas hoy en día. Sin embargo, muchas personas conciben la renta fija como algo que no tiene prácticamente riesgo y que no se mueve como se mueven las acciones en bolsa (la renta variable).

Y sí, eso puede tener algo de verdad, pero no es tan obvio como parece.

Veamos a qué me refiero con esto.

¿Cómo funciona la renta fija?

Muchas personas creen que la renta fija no tiene mayor misterio. Tú compras un instrumento financiero de una empresa y esa empresa te promete que te va a pagar un tipo de interés durante un periodo de tiempo y al final de ese periodo te va a devolver el dinero que pusiste al principio, euro por euro.

Fin.

Fácil, ¿no? ¿Dónde está el problema? Lo único que importa es si ese tipo de interés que me ofrece la empresa es suficientemente atractivo para mí o no, ¿no es verdad?

renta

Bueno, no es tan sencillo.

Para empezar, la probabilidad de que esa empresa te pague lo que se ha comprometido a pagarte no es 100%. Hay un riesgo, lo que se conoce como riesgo de crédito, que representa la probabilidad de que esa empresa no haga frente a sus pagos puntualmente, por la razón que sea.

Sin embargo, el riesgo de crédito se puede mitigar de diversas maneras.

Una de ellas es la diversificación. Al igual que puedes invertir en un fondo de inversión de renta variable que engloba las acciones de cientos o miles de empresas, y eso reduce el riesgo con respecto a comprar las acciones de una sola empresa, también puedes hacer lo mismo con la renta fija: En lugar de comprar un bono de Telefónica, puedes comprar un fondo de inversión con bonos de miles de empresas.

Otra forma de reducir el riesgo es centrarte en empresas de alta calidad crediticia. ¿Y eso qué significa? Significa que puedes elegir empresas con poco riesgo de crédito, donde la probabilidad de que te paguen lo que te deben es muy alta.

¿Y cómo puedes medir ese riesgo de crédito?

Bueno, si tienes las habilidades necesarias puedes analizar los resultados financieros de esa empresa. Pero eso es engorroso y lleva su tiempo. Otra forma mucho más práctica que hacerlo es fijarte en su rating de crédito, que es una evaluación pública que unas instituciones independientes (las agencias de rating) hacen sobre la solvencia de esa empresa.

Si la empresa en cuestión tiene un rating de «investment grade», probablemente puedes estar tranquilo, porque el riesgo de crédito no será elevado. Las agencias de rating no son infalibles porque no tienen información perfecta, pero suelen acertar.

Teniendo estas consideraciones en cuenta, puedes reducir el riesgo de crédito hasta el nivel que consideres oportuno. Y eso te protege contra las posibles pérdidas en tu inversión (= «que no te paguen lo que te deben»).

Pero eso no es todo. Hay otro tipo de riesgo en la renta fija que debes tener muy en cuenta, y es la volatilidad.

¿Por qué fluctúan los precios de la renta fija?

Vale, digamos que ya tienes el riesgo de crédito bajo control. ¿Significa eso que tu inversión en renta fija no va a experimentar fluctuaciones?

No. Si el instrumento de renta fija que has comprado cotiza en el mercado, lo que probablemente veas es que su precio se mueve hacia arriba y hacia abajo, lo mismo que la renta variable.

Pero ¿por qué? Si no hay casi riesgo de que no me paguen lo que me deben, ¿por qué cambia el precio del instrumento? ¿Por qué el precio de ese bono de Telefónica sube y baja?

Presta atención, porque muchas personas que compran renta fija no entienden bien esto.+

Hay dos tipos de «tipos de interés» en un instrumento de renta fija:

  1. El «cupón», que es lo que la empresa ha prometido pagarte regularmente (por ejemplo un bono a 5 años de Telefónica que te paga un 1% fijo al año, llueva o truene)
  2. El tipo de interés que el mercado cree que es justo para ese tipo de riesgo

El valor de un instrumento de renta fija se calcula igual que el valor de una empresa: Trayendo los flujos de dinero futuros a valor presente, utilizando una tasa de descuento.

Por ejemplo, si Telefónica emite un bono a 5 años y ofrece un cupón del 1% anual, el mercado opina que el tipo de interés justo en ese momento para ese riesgo es también un 1%. Por tanto, ese bono tiene un precio de 100 en ese momento, que es su valor nominal.

Ay, ¿pero qué pasa al de un tiempo?

Que lo que el mercado piensa que es justo puede cambiar.

Imagina que la inflación sube mucho y el banco central decide subir los tipos de interés de referencia al 2% para combatir esa subida de inflación. Ése es un tipo de interés a corto plazo y sin riesgo de crédito, porque es el que fija el banco central. Y depués de tener eso en cuenta, el mercado decide que el tipo de interés para ese bono que tú tienes (considerando el riesgo de crédito de Telefónica y el plazo de tiempo que dura el bono) debe ser el 2.5%.

Ahora dime, si ese bono de Telefónica ofrece un cupón del 1% anual y el mercado cree que el tipo de interés justo en ese momento es del 2.5%, ¿qué pasará con el precio de ese bono?

Exacto, caerá. En vez de valer 100, pasará a valer 98 (por ejemplo). Porque el mercado cree que la remuneración justa (el «cupón» justo) de ese bono no es 1% en ese momento, sino 2.5%. Si traes los flujos futuros al presente usando una tasa de descuento del 2.5% en vez del 1%, el valor que obtendrás será mejor que 100.

Y si vendes el bono en ese momento porque necesitas recuperar el dinero, perderás parte de tu inversión.

Así que ésta es la lección principal de todo esto: La renta fija es fija, pero sólo si mantienes tu inversión hasta el vencimiento del instrumento.

Si compras un bono de Telefónica y no lo vendes, sabes que recibirás un 1% de rentabilidad, pase lo que pase con los tipos de interés. Pero si decides vender ese bono en el año 3, puede que ganes más de 1% o que ganes menos, dependiendo de lo que el mercado piense que es justo en ese momento. En otras palabras, la rentabilidad de tu inversión es incierta si no esperas hasta el final.

¡Dale bola, Moneytimer!

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