Ahorrar está bien. Una gran cantidad de personas no ahorra. Si ahorras regularmente, estás más avanzado que muchos. Pero eso no es suficiente en un mundo en el que los precios de casi todo lo que nos interesa comprar crecen sin parar. Necesitamos hacer más que ahorrar. Necesitamos invertir. Las inversiones son el motor propulsor de la salud financiera.
Sin embargo, invertir puede resultar complejo. No es un campo que la mayoría de la gente domina. Y en él se pueden encontrar muchas personas que pregonan ideas que te alejan del camino que más te conviene para progresar.
En este post vamos a cubrir algunos aspectos del mundo de las inversiones que no se dicen tanto por ahí, pero que son extremadamente importantes y que debes tener muy en cuenta a la hora de decidir qué haces con tu dinero.
Vamos allá.
1. Invertir en acciones individuales no es para todo el mundo
En este post te hablé del riesgo de invertir en acciones individuales. Pero la idea que quiero resaltar ahora tiene un ángulo diferente: Si quieres hacerlo, has de tener el temperamento adecuado, y mucha gente no lo tiene.
¿Por qué?
Porque en este juego puedes perfectamente ver cómo tu inversión cae un 20%, un 30%, un 40%, un 50%… y el individuo promedio no está hecho para tolerar ese tipo de pérdidas sin perder el sueño. Antes de poner tus fichas en este tipo de inversiones, asegúrate de que tienes el temperamento adecuado, o no durarás mucho.
Salvo que las cosas te salgan siempre bien, claro. Pero no confíes en ello.
2. La diversificación no es señal de debilidad
Las personas que diversifican son aquellas que aceptan que no saben cómo evolucionarán las cosas. Tienen opiniones sobre los mercados, como todo el mundo que invierte, pero no están tan seguras de que sean acertadas porque el futuro es largamente impredecible.
Eso les lleva a diversificar para reducir el riesgo de sus inversiones. Y esa diversificación suele producir buenos resultados. Quizá no tan buenos como si no diversificas y aciertas, pero desde luego no tan malos como si no diversificas y no aciertas.
La diversificación no es señal de debilidad. La debilidad en el mundo de la inversión suele manifestarse más en el exceso de confianza que te lleva a pensar que sabes más que los demás y que puedes permitirte concentrar tus inversiones en una sola cosa o unas pocas cosas.
3. Ser buen analista no es lo mismo que ser buen inversor
Muchas personas creen que ser muy inteligente y saber analizar empresas es un requisito fundamental para obtener buenos resultados en tus inversiones.
Nada más lejos de la realidad.
El mundo de la inversión es 90% gestión de las emociones y 10% capacidad intelectual. Lo único que debes tener bajo control para obtener buenos resultados es tu propia forma de pensar, para evitar que las emociones del momento te desvíen de lo que tu intelecto sabe que es lo correcto.
Si sabes mantener la calma y seguir un plan de inversión, tienes muchísimas probabilidades de ganar. Sepas o no sepas analizar empresas.
4. Las grandes variaciones de precio no tienen por qué significar nada
A menudo decidimos invertir o no invertir en base a que se hayan producido grandes variaciones de precio.
Por ejemplo, digamos que el precio de una acción cae un 50%. ¿Significa eso que sea una buena oportunidad de compra?
No. Puede ser que el negocio no tenga ya potencial de futuro.
De la misma forma, digamos que el precio de una acción se duplica. ¿Significa eso que ya no tiene sentido invertir?
Tampoco. Puede ser que el negocio siga teniendo un gran potencial y que el riesgo sea mucho menor que antes de la subida.
Los grandes movimientos de precio distorsionan nuestras emociones y a veces provocan que queramos o no invertir. Si inviertes en acciones individuales con un horizonte de largo plazo, estar cómodo con la calidad del negocio es lo que prima, no los movimientos de precio de corto plazo.
5. Tus incentivos para permanecer a largo plazo son claves
Puedes pensar que elegir la inversión con mayor potencial de rentabilidad es el factor más importante para tener éxito a la hora de invertir. Pero eso no suele ser así.
No suele serlo porque puede que no estés preparado para tolerar el nivel de riesgo que conlleva. O que no estés preparado para mantener esa inversión durante el tiempo que necesita para generar rentabilidad. Y que eso haga que deshagas la inversión antes de que dé sus frutos.
El tiempo es el factor que más poder tiene a la hora de generar ganancias en el mundo de las inversiones. Por eso, lo más importante es que inviertas en cosas con las que sientas cómodo. Porque sólo si te sientes cómodo con tus inversiones tendrás los incentivos adecuados para mantenerlas a largo plazo y dejar que el interés compuesto haga su trabajo.
No necesitas encontrar inversiones maravillosas. Necesitas encontrar lo que a ti te encaja mejor, porque eso facilitará que sepas esperar.
Ahí tienes, 5 interesantes ideas sobre el mundo de las inversiones. ¡Dales bola, Moneytimer!
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Moni 
