Tres lastres que te impiden disfrutar más y mejor

Imagen: Joe Kniesek

Hoy vamos a hablar de lastres. Esas cosas que hacen que nuestro día a día sea más pesado y dificultan que podamos ser todo lo felices que podríamos ser.

Hay lastres de muchos tipos: Laborales, relacionales, físicos, financieros, mentales… En este post vamos a centrarnos en estos últimos. En esas formas de enfocar las cosas que, por muy humanas y naturales que puedan parecer, hacen que no le saquemos todo el jugo posible al día y acabemos funcionando muy por debajo de nuestras posibilidades.

Vamos a ello.

1. Arrepentimiento por el pasado

Todos cometemos errores. Por muy buena intención que tengamos, a veces las cosas no salen bien. A veces no tenemos en cuenta cosas que son importantes a la hora de decidir. A veces nos precipitamos. A veces leemos mal la situación o a las personas que se encuentran en ella.

Los errores son inevitables. La única forma de no equivocarse es no hacer nunca nada. Y eso quizá sea la mayor equivocación de todas. Así que, hagamos lo que hagamos, no hay manera de escapar de los errores.

Sin embargo, la realidad es que la inmensa mayoría de los errores, a largo plazo, no tienen en sí demasiada importancia. Es la forma de enfocar estos errores la que marca la diferencia.

Una forma de enfocarlos es arrepentirnos de ellos, fustigarnos sin cesar por nuestra torpeza y dejar que su embarazoso recuerdo haga mella en nuestra autoestima.

lastres

Esta forma de enfocar los errores es extraordinariamente frecuente. No conseguimos pasar página, su memoria nos atormenta y construimos un halo de negatividad en todo lo que hacemos que sea remotamente similar a aquellos errores que antaño cometimos. Eso, lejos de ayudarnos a vivir mejor, nos perjudica.

Por eso, una forma mucho más constructiva de enfocar los errores es verlos como oportunidades de aprendizaje. Cosas que nos ofrecen la posibilidad de entender mejor la realidad que nos rodea y hacernos cada vez más diestros a la hora de interactuar con ella.

Con este nuevo enfoque podremos liberarnos del lastre del arrepentimiento por el pasado y su influencia negativa en nuestro comportamiento futuro.

2. Ansiedad por el futuro

Otro gran lastre que conviene soltar es alimentar la ansiedad que surge de no ser capaz de convivir con la incertidumbre del futuro.

El futuro es incierto. En la inmensa mayoría de los casos, no tenemos forma de controlar ni de saber lo que va a suceder. Si nos obsesionamos con intentar hacerlo, lo más probable es que acabemos sumergiéndonos en un océano de ansiedad permanente que nos impida disfrutar del presente.

Imagen de Renata Markota

Un enfoque más adecuado para gestionar la incertidumbre del futuro sin grandes vaivenes emocionales es incorporar una serie de hábitos a nuestro día a día, como por ejemplo:

  1. Reducir la necesidad de improvisar a través de la planificación
  2. Trabajar en nuestro crecimiento personal y desarrollar habilidades para aumentar nuestra sensación de seguridad
  3. Construir colchones que nos protejan frente a imprevistos
  4. Tener otras opciones que reduzcan nuestra vulnerabilidad frente a los malos resultados

3. Ingratitud sobre el presente

El tercer y último de nuestros grandes lastres es no alimentar la gratitud sobre el presente y dejarnos arrastrar por nuestra inclinación a quejarnos de todo aquello que no sale como queremos.

La queja se ha hecho fuerte en nuestra sociedad. Está por todas partes. Pero por muy común que sea, es un hábito que nos debilita. Una práctica que nos aleja de asumir la responsabilidad de nuestros propios actos y culpar constantemente a las circunstancias externas. Un modus operandi que nos impide sentirnos agradecidos por todo lo que tenemos.

Por eso, un enfoque mucho más útil para elevar nuestro estado de ánimo es alimentar la gratitud. Buscar conscientemente todo aquello que es bueno en nuestras vidas, que seguro que es mucho, y dar gracias por ello, día tras día.

Imagen de DreamPixer

El hábito de alimentar la gratitud nos permitirá adoptar una actitud mucho más constructiva con todo lo que nos rodea y nos ayudará a lidiar con las insatisfacciones y los malos resultados de forma más equilibrada.

Ahí lo tienes, tres lastres que impiden que puedas aprovechar la vida en todo su potencial, y de los que puedes librarte adoptando el enfoque adecuado. Como cualquier cambio que se precie, funcionar de forma natural con este nuevo tipo de mentalidad no es algo que sucederá como por arte de magia de la noche a la mañana, pero puedes ir ganando terreno a través de pequeños pasos y constancia.

Y ya sabes, si quieres seguir aprendiendo cómo disfrutar de la vida al máximo, no dejes de consultar nuestra sección #Estilodevida.

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