Cómo superar el hábito de pensar demasiado

Imagen: Daniel Roberts

Hoy vamos a hablar de una de las grandes barreras a la salud financiera: Pensar demasiado.

Muchas personas piensan demasiado. Incluso cuando saben más o menos lo que deben hacer, no acaban de hacerlo porque siguen dando vueltas a las cosas y se estancan en una especie de bucle mental del que no consiguen salir.

Algunos de los síntomas típicos de la persona que piensa demasiado son los siguientes:

  • Su mente no descansa y no para de parlotear
  • Se acuerdan constantemente de sus errores pasados y situaciones de las que se averguenzan
  • Se preguntan demasiados «y si hiciera esto, qué pasaría» en cada decisión
  • Centran mucha energía en aspectos sobre los que no tienen control

Pensar demasiado es la tendencia a monitorizar, evaluar y controlar todo tipo de pensamientos. Y aunque pensar en profundidad suele ser signo de elevada inteligencia cognitiva, es también un hábito que puede llegar a agotarnos, oscurecer nuestra perspectiva y dificultar nuestra toma de decisiones.

pensar demasiado

Y como ya sabes que me gusta velar por tu bienestar, te voy a dar algunos consejos para que no pienses demasiado.

Aquí van.

1. Simplifica

Pensar demasiado suele verse precedido de una tendencia a complicar las cosas. El antídoto es simplificar.

La clave es actuar sin que transcurra demasiado tiempo. Para ello, céntrate en el objetivo más importante que deseas conseguir y elige la alternativa que más te acerque a él. Después, actúa.

Si no es el camino correcto, te darás cuenta a la hora de actuar y podrás adaptar tu estrategia como sea necesario.

2. Céntrate en el presente

Si te obsesionas con el resultado futuro, tendrás muchos problemas para tomar una decisión. No puedes controlar los resultados. Sólo puedes actuar con la idea de maximizar la probabilidad de obtener los resultados que deseas.

Centra la mente en el presente, actúa con tu mejor criterio y observa qué sucede.

3. Ve más despacio

A veces nos estancamos en dar más y más vueltas a las cosas, nuestra forma de pensar se enquista y no acertamos a ver con claridad. Si aprecias esos síntomas, es señal de que a tu cabeza le hace falta un descanso.

En este contexto, un tiempo de parón y relajación para reconectar contigo mismo pueden ser tremendamente útiles. Desconecta. Una vez hayas descansado, reevalúa la situación con mente renovada.

4. Escribe lo que piensas

Cuando plasmamos nuestros pensamientos sobre el papel y después los leemos, obtenemos un nivel claridad que rara vez alcanzamos desde dentro de nuestra propia mente. Es como si nos distanciáramos de nosotros mismos y observáramos con imparcialidad lo que pensamos.

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Esta práctica es muy útil para entender cómo de fiables son las cosas que pensamos y cuánta credibilidad les debemos otorgar.

A menudo, nuestro estado emocional del momento altera nuestra forma de pensar, haciéndola menos sólida y rigurosa. Y eso es algo que se puede apreciar muy bien al hacer este ejercicio.

5. Aprende a decir no

Una de las causas de pensar demasiado es tener más comida en el plato de la que podemos digerir. Si estamos muy ocupados, nuestra mente estará repleta de cosas y será mucho más fácil que caigamos en la pauta de darle muchas vueltas a algunas de ellas.

Una solución muy efectiva para generar un poco de espacio y tranquilidad mental es hacernos más diestros en decir no a las exigencias externas sobre nuestro tiempo y atención. Si aprendemos a centrarnos en lo realmente importante y dejar ir lo menos importante, es muy probable que el atasco de nuestra mente vaya desapareciendo y funcionemos mejor.

6. Cultiva un hobby

Una gran forma de distraerte y desconectar de todo aquello sobre lo que piensas demasiado es cultivar un hobby o una afición que te guste.

Deporte, arte, bricolaje, etcétera, etcétera. Las posibilidades son infinitas. Este tipo de actividad es un refugio de gran valor para evadirte durante un tiempo y apreciar las cosas con mejor perspectiva.

7. Hazte más consciente de tus pautas de pensamiento

Una de las formas de controlar la tendencia a pensar demasiado es hacerte consciente de ello y estar alerta para identificar esa pauta cuando aparece.

Un mayor nivel de consciencia sobre este asunto te permitirá darte cuenta relativamente pronto de que estás cayendo en un proceso mental que no te conviene. Y de esa forma podrás ponerle freno a través de algunas de las estrategias anteriores antes de que la bola se haga demasiado grande.

Ahí lo tienes, siete prácticas que te ayudarán a dejar de pensar demasiado. Un hábito que puede frenar tu progreso hacia la salud financiera, provocando que retrases ciertas decisiones que redundarían en tu beneficio a largo plazo.

Si aprecias que tienes predisposición a caer en el hábito de pensar demasiado, dale bola a estas siete prácticas. Depurar tu forma de pensar puede marcar la diferencia entre sentirte ligero y feliz en tu día a día, con la sensación de que estás avanzando hacia tus objetivos, y sentirte abrumado y desanimado, con la sensación de que estás estancado.

Si quieres seguir aprendiendo sobre cómo aprovechar la vida al máximo, consulta nuestra sección #Estilodevida.

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