La importancia del margen de seguridad

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Hoy vamos a hablar de un concepto absolutamente clave en finanzas: El margen de seguridad.

Cuando oyes la expresión «margen de seguridad», ¿qué te viene a la cabeza? El colchón de protección que tienes si algo falla, ¿no es así? Por ejemplo, si vas en un coche y te gusta operar con un margen de seguridad, probablemente pises el freno un poco antes de lo estrictamente necesario, porque inconscientemente sabes que si algo falla te darías un buen golpe.

Pues bien, en finanzas este concepto funciona de forma muy similar: Es un colchón financiero de protección que tienes a tu disposición si las cosas no van como esperas.

Mucha gente, muchísima gente, opera en su día a día sin un margen de seguridad. La razón no es que no puedan construir uno, sino que asumen, alegremente, que todo va a salir exactamente como esperan.

margen de seguridad
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Pero hay un pequeño problema con esta forma de actuar: Esto no es Disneyland. Las cosas a veces no salen como esperamos. De hecho, generalmente nos equivocamos en nuestras estimaciones y el tren se sale de las vías. A veces un poco, a veces mucho.

Y cuando un tren se sale de la vía, si no operas con margen de seguridad, puede que no lo cuentes.

Ahora que entendemos mejor el significado genérico de este concepto, veamos algunas de sus posibles aplicaciones a nuestra vida financiera.

1. Tiempo para explorar

Una de las grandes aplicaciones del margen de seguridad es el tiempo que puedes vivir sin tener ingresos.

Muchas personas viven de sueldo a sueldo, sin ahorros para absorber cualquier posible contingencia. Y esto no sólamente es peligroso, porque te hace tremendamente vulnerable a cualquier gasto inesperado, sino que además provoca que te vuelvas conservador y renuncies a pensar en grande sobre todo lo que podrías hacer en tu vida profesional.

Imagina que tienes un nuevo proyecto en mente que implica abrazar cierto grado de incertidumbre (¿qué nuevo proyecto no lo tiene?). ¿Te atreverías a lanzarte a ello y abandonar tu empleo actual si apenas tuvieras ahorros?

Probablemente no, salvo que carecieras de responsabilidad familiar alguna o estuvieras increíblemente seguro de ti mismo. Lo cual no es muy habitual.

Pero… ¿y si tuvieras 2 años de gastos ahorrados?

En ese caso tendrías una mejor predisposición, ¿no es verdad?

Como puedes ver, tener un margen de seguridad expande tus posibilidades vitales.

2. Tiempo para rentabilizar las inversiones

Imagina que inviertes una cantidad de dinero en algo con la esperanza de rentabilizarlo en unos meses. Pero por circunstancias de la vida, las cosas se retrasan y las expectativas de rentabilidad pasan de unos meses a 2 años.

Esto es una situación bastante común, no sólamente en inversiones financieras, sino a la hora de montar negocios. Los beneficios tardan más tiempo en llegar, a pesar de que planifiquemos todo al milímetro y creamos tener todo bajo control.

En esas condiciones, si no contamos con un margen de seguridad que nos permita navegar el retraso con holgura, puede que provoquemos que una inversión que podía ser exitosa se convierta en una inversión catastrófica, porque no tenemos otro remedio que parar el show.

Sin embargo, si contamos con ese margen de seguridad, tendríamos muchas más probabilidades de rentabilizar dicha inversión.

Misma inversión, resultados diferentes.

3. Pérdida máxima

La tercera posible aplicación del concepto de margen de seguridad es limitar la pérdida máxima que vamos a sufrir si las cosas no salen como esperamos.

Imagina que puedes permitirte perder 20.000 euros como máximo sin poner en grave peligro tu forma de vida. Si inviertes 30.000 euros en start-ups o en criptomonedas, estarías operando sin margen de seguridad, porque es perfectamente posible que ese tipo de inversiones caigan a cero.

Por otra parte, si inviertes la misma cantidad en un fondo de inversión diversificado, tendrías cierto margen de seguridad, porque es extremadamente improbable que ese tipo de inversión caiga a cero, incluso que caiga un 50% de forma continuada.

En el segundo caso, tu pérdida máxima se encuentra dentro del rango de lo que puedes permitirte. En el primero, no lo está.

Ahí lo tienes, tres posibles aplicaciones del concepto de margen de seguridad.

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