Hoy entramos en una nueva área de errores que solemos cometer en la década de los 30 y que nos van alejando progresivamente de nuestro gran objetivo de conseguir salud financiera: Trabajo e ingresos.
Así como las tres primeras partes de este megapost estaban más enfocadas en cómo controlar algunos tipos de gasto (Parte 1 los gastos generales, Parte 2 la deuda y Parte 3 el estilo de vida), esta cuarta parte se centra en aspectos relacionados con cómo enfocar nuestra ocupación profesional, con un cariz más filosófico.
Para empezar, elevemos la visión unos cuantos metros para conseguir un poco más de perspectiva y veamos con qué nos encontramos.
No sé lo que habrás apreciado tú hasta ahora, pero yo diría que el mundo en el que vivimos está expuesto a un ritmo de cambio muy rápido. Quizá más rápido que nunca antes en la historia.
La aparición de las nuevas tecnologías ha provocado que las formas de funcionar en los diferentes ámbitos de la vida, lejos de ser estables y predecibles, se hayan vuelto cambiantes e impredecibles. Y este ritmo de cambio afecta a todo lo que nos rodea: Educación, trabajo, relaciones, ocio, estabilidad geográfica, salud, finanzas personales… y muchas otras cosas más.
¿Y cuál es la consecuencia más obvia de todo esto en lo que se refiere a trabajo e ingresos?
Que no es nada fácil saber cómo se van a desarrollar las cosas en el futuro.
El abanico de posibilidades con el que nos enfrentamos ahora es mucho más amplio que el de hace unas pocas décadas, cuando el caso más frecuente es que alguien hiciera el mismo trabajo durante casi toda su vida en la misma empresa y después se jubilara a una edad perfectamente predecible, sin moverse de la misma ciudad.
Sí, las cosas han cambiado un poco. Y por eso es tan importante que durante nuestra década de los 30 evitemos caer en una serie de errores muy típicos, con grandes repercusiones sobre nuestra salud financiera a largo plazo.
Veamos cuáles son.
1. Dejar de aprender
Muchos de nosotros asumimos que aprender es algo que hacemos en el colegio y en la universidad, y que después ya no es necesario formarse más. Esto nunca ha sido cierto, pero lo es mucho menos ahora. Es el primer gran error sobre trabajo e ingresos que debemos evitar.
Con lo rápido que cambian las cosas, es imprescindible permanecer con un oído pegado al suelo e identificar las áreas de aprendizaje más relevantes para el trabajo que desarrollas o para poder transicionar hacia otro trabajo que te interese más.
Por suerte, prácticamente todo lo que quieras aprender está disponible a coste irrisorio en Internet (Youtube es una fuente ilimitada de conocimientos) y plataformas como Khan Academy, Coursera o Udemy.
«La información es abundante. Es el deseo de aprender lo que es escaso»
Naval Ravikant
2. No hacerte valer
El segundo gran error sobre trabajo e ingresos es asumir que se va a reconocer tu trabajo simplemente porque lo haces bien. Que te van a promocionar y te van a subir el sueldo, porque eso sería lo justo.
Pero tengo malas noticias para ti: El mundo no es justo. El mundo es como es.
Por eso, es importante que desarrolles la actitud de hacerte valer. Hacer bien tu trabajo es necesario, pero no suficiente. También debes venderte bien y encontrar formas de que los demás perciban todo lo que haces bajo la luz adecuada.
Tienes algunos tips en este post: Consejos para subir tu sueldo.
3. Asumir que basta con una única fuente de ingresos
Otro de los grandes errores sobre trabajo e ingresos es asumir que tu trabajo va a estar siempre ahí para ti.
Eso ya no sucede. Las empresas hacen recortes de personal sin previo aviso. Sectores enteros ven sus reglas del juego alteradas por la introducción de la tecnología. Los robots están siendo introducidos en cada vez más procesos que antes eran ejecutados por humanos.
No, tu trabajo ya no está seguro, colega. Cuanto antes lo aceptes, mejor para ti, porque antes podrás poner cartas en el asunto.
Por esta razón, es muy importante que empieces a construir fuentes alternativas de ingresos para diversificar el riesgo. Quizá tengas un hobby que se pueda convertir en un pequeño negocio. Quizá puedas enseñar algo que se te da bien y cobrar por ello. Quizá puedas comprar un piso dentro de unos años y alquilarlo. Quizá puedas invertir en algo que te dé algún rendimiento en forma de ingresos mensuales.
En el mundo en el que vivimos, la flexibilidad es el elemento más valioso que existe. Incorpora esa flexibilidad a tus fuentes de ingresos.
4. No cultivar habilidades de emprendimiento
El último gran error sobre trabajo e ingresos es no aprender a montar y gestionar un negocio.
¿Por qué?
Porque emprender te permite desarrollar habilidades que son absolutamente claves en la dinámica económica actual.
Cosas como saber crear, saber vender, saber comunicar, saber relacionarse con la gente, saber planificar, saber superar obstáculos, saber improvisar o saber aprender de los errores son habilidades que se suelen desarrollar a una velocidad 10 veces más alta trabajando por cuenta propia que trabajando por cuenta ajena. Pregunta a cualquiera que haya trabajado de ambas formas y lo verás.
La forma de trabajar es cada vez más independiente, más nómada, más freelance. No es nada improbable que acabes haciendo tu trabajo de esta forma en algún momento. Así que ¿por qué no empezar a aprender estas habilidades cuando todavía no las necesitas desesperadamente?
Y no es necesario poner tu vida patas arriba para poder hacerlo. Puedes empezar con un pequeño proyecto sobre algo que te apasione y que no afecte a tu empleo actual ni a tu estabilidad financiera, e ir cultivando esas habilidades poco a poco.
Y aquí termina este post. Otro post muy importante sobre algunas cosas que te alejan de la salud financiera y que te conviene intentar evitar (¡o enmendar!).
Ya sabes que si quieres seguir aprendiendo sobre cómo disfrutar de la vida al máximo sin desperdiciar un solo euro, puedes consultar nuestra sección #Estilodevida.
Moni 
