4 decisiones de compra que no te ayudan

Imagen: Mohamed Hassan

Hoy vamos a hablar de algunas de esas decisiones de compra que muchas personas llevan a cabo y que parecen tener mucho sentido en el momento, pero que de facto suelen empeorar nuestra vida, además de vaciarnos la cartera.

Vivimos en la era de la disponibilidad. Tenemos todo a nuestro alcance a precios extremadamente competitivos. Y esa circunstancia a menudo nos permite comprar mucho más de lo que necesitamos, porque tendemos a pensar que cuanto más completo, rápido y sofisticado sea lo que compramos, mejor será para nosotros.

Pero no, no siempre es así. Por mucho que muchísima gente lo haga, no siempre lo es.

Veamos algunos ejemplos típicos de nuestra vida cotidiana.

1. Accesorios deportivos

Cuando nos proponemos empezar a hacer deporte, es muy común que nos lancemos a comprar un montón de cosas para sentir que estamos perfectamente equipados. Aparatos, vestimenta, etcétera, etcétera. Creemos que de esa manera nos lo tomaremos mucho más en serio.

decisiones de compra
Imagen de Alexander Belyaev

Pero lo que suele suceder es que nuestro cerebro funciona al revés. El mero hecho de gastar una elevada cantidad en el equipamiento nos hace creer que ya hemos dado un gran paso. Y tendemos a bajar la guardia y a perder la disciplina.

Es más, cuando no cumplimos nuestras expectativas originales, el haber gastado mucho en el equipamiento nos hace sentirnos más culpables. Y esa culpa hace que lo evitemos aún más.

A menudo, lo más conveniente es empezar despacio. Concentrarnos en el hábito de practicar el deporte que hayamos elegido, con el equipamiento imprescindible y no más. Y una vez ese hábito esté asentado, podremos plantearnos pasar al siguiente nivel.

2. Comida preparada

Otra situación típica en nuestra vida cotidiana es tender a comprar comida ya preparada, en lugar de comprar ingredientes y preparar el plato nosotros mismos.

¿La razón? Generalmente, ahorrar tiempo y esfuerzo.

Y sí, en el momento puede que ahorremos algo de tiempo. Pero a futuro lo perdemos.

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¿Por qué?

Por dos razones:

En primer lugar, las comidas preparadas son menos sanas. Y si abusamos de ellas estaremos deteriorando nuestra salud y potencialmente nuestra esperanza de vida.

En segundo lugar, son más caras. Con el precio de una comida preparada podemos comprar ingredientes para preparar tres o cuatro veces más cantidad del plato en cuestión. Y el dinero es tiempo, como vimos en este post.

Así que no abuses de las comidas preparadas. Es posible que no ahorres tanto tiempo como crees. De hecho, probablemente lo estás perdiendo.

3. Paquetes de televisión

Otro caso típico de decisiones de compra equivocadas se produce en la contratación de paquetes de contenido audiovisual. Hoy en día, tenemos disponibles opciones con muchísimos contenidos a un precio que parece muy atractivo. Peliculas, deportes, documentales, infinidad de canales temáticos, etcétera etcétera.

Imagen de ADMC

Parece obvio que es una buena decisión tenerlo todo. Pero no lo es. Nada más lejos de la realidad.

El consumo de televisión no es una actividad que redunda en tu bienestar a largo plazo. Todos los estudios apuntan a la conveniencia de limitar el tiempo de exposición a la televisión, tanto para adultos como para niños. Y el tener más disponibilidad de contenidos no hará sino dificultar que te levantes del sillón y hagas algo más favorable para tu salud física y mental.

Al contratar contenidos audiovisuales, la mejor decisión suele ser tirar por lo bajo. Contratar poco, lo que consideramos imprescindible, por muy atractivo que sea el precio de lo demás. Si resulta insuficiente (lo que no suele suceder), siempre podremos incorporar más después.

4. Upgrading

¿Has visto alguna vez a tus padres o a tus abuelos tirar algo que funcionaba bien para comprarse algo mejor?

Rara vez, ¿verdad?

La disponibilidad de opciones en la actualidad ha disparado la dinámica del «upgrading«. Ahora, cuando sale una versión mejor de lo que ya tenemos, nos vemos inmediatamente tentados a comprarla, aunque lo que ya tenemos cumpla perfectamente su función.

Imagen de Jplenio

Ya no nos hace gracia, aunque siga funcionando. Un fenómeno que se acentúa cuando tenemos cierta inclinación a compararnos con los demás.

Nos conviene resistir el «upgrading». Caer en sus garras no hace sino contribuir a aumentar nuestra ansiedad y estimular nuestra necesidad de aceptación de los demás, además de vaciarnos la cartera sin grandes beneficios en lo que a funcionalidad se refiere.

Ahí tienes, 4 decisiones de compra que solemos acometer alegremente sin pensarlo demasiado, pero que no suelen contribuir a nuestro bienestar a largo plazo.

Si quieres acceder a contenidos similares, no te olvides de consultar nuestra sección #Tudíaadía.

¿Quieres aprender a tomar mejores decisiones financieras en tu día a día?

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