Si te preguntara qué significa el dinero para ti, ¿qué dirías?
El dinero significa cosas diferentes para cada uno de nosotros. Para algunos, es un medio para sentirnos seguros. Para otros es un medio para disfrutar, comprando esto y comprando aquello. Para otros es un medio para adquirir estatus social. Y para otros es un medio para conseguir ayudar a los demás.
Pero hay una visión que prácticamente todos nosotros compartimos: El dinero nos da libertad. Nos da flexibilidad para poder hacer cosas diferentes. Nos da capacidad para alterar nuestras circunstancias, en mayor o menor grado.
Evidentemente, lo que decidamos hacer con esa mayor libertad, flexibilidad y capacidad que nos otorga el dinero es cosa nuestra. Unos hacen algo y otros no. Y entre los que hacen, a unos les sale bien la jugada y a otros no. Eso ya depende de nuestra pericia… y de la suerte.
Pero no cabe duda de que el dinero puede llevarnos hasta trampolines a los que difícilmente habríamos llegado sin él. O al menos, a los que no habríamos llegado tan pronto.
Y es que dinero y tiempo están íntimamente relacionados.
Las formas en las que ambos conceptos se relacionan son muchas, pero voy a destacar dos de ellas que me parecen especialmente reveladoras.
Vamos allá.
1. El dinero te permite asignar tu tiempo a tu antojo
La dinámica habitual que la gran mayoría de nosotros seguimos con respecto al dinero es la siguiente:
- Intercambiamos nuestro tiempo para conseguir dinero a través de una ocupación profesional
- Gastamos parte de/todo ese dinero para satisfacer nuestras necesidades y deseos presentes
- Nos vemos “obligados” a seguir intercambiando nuestro tiempo por dinero para satisfacer nuestras necesidades y deseos futuros
En ocasiones, esa ocupación profesional es nuestra pasión y aunque tuviéramos todo el dinero del mundo seguiríamos dedicando nuestro tiempo a ella.
Pero en muchos casos, que ganan en número por goleada a los demás, no es así.
Muchos de nosotros preferiríamos dedicar parte de ese tiempo que dedicamos a trabajar, si no todo, a otras cosas más satisfactorias.
Pero no podemos, porque necesitamos el dinero.
Pues bien, esta es una de las grandes relaciones entre dinero y tiempo: Tener dinero nos permite liberarnos de la necesidad de intercambiar nuestro tiempo por él, porque… bueno, porque ya lo tenemos. Cuanto más dinero tenemos a nuestra disposición, más tiempo libre (o “exento de obligaciones”) tenemos también a nuestra disposición.
“El dinero que tienes te da libertad; el dinero que persigues te la quita.”
Jean-Jacques Rousseau
2. Si no esperas demasiado para usarlos bien, te darán mucho (y lo contrario)
Cuando tenemos algo a nuestra disposición, es muy común usarlo sin demasiado cuidado hasta que nos queda muy poco. En otras palabras, cuando creemos que tenemos bastante de algo, tendemos a desperdiciarlo.
Muchos de nosotros seguimos un patrón de comportamiento similar en lo que se refiere al tiempo y al dinero.
En cuanto al tiempo, solemos posponer proyectos y dejar para más tarde cosas que queremos hacer. No sentimos que estamos renunciando a nada, porque creemos que aún tenemos tiempo para hacerlas en el futuro.
Pero no es tan sencillo, ¿verdad?. La vida da muchas vueltas. Cuanto más esperamos, más razones aparecen en nuestra cabeza para continuar posponiendo todo eso que queremos hacer. Hasta que al final nos damos cuenta de que apenas nos queda tiempo.
Y entonces, ¿qué hacemos? O bien abandonamos con tristeza esos sueños, o bien los perseguimos con muchas menos energías y capacidades que las que teníamos hace cinco, diez o veinte años.
El resultado de dejar las cosas para el final no suele ser bueno. Si queremos maximizar la utilidad de un proyecto o cualquier cosa que nos apasione, debemos hacerlo cuando aún tenemos tiempo por delante, para tener la oportunidad de ajustar lo que haya que ajustar por el camino y poder disfrutar de los resultados.
Con el dinero pasa lo mismo. Si lo desperdiciamos y no cuidamos de él hasta que nos queda muy poco, lo único que acabaremos haciendo serán malabarismos en los últimos días del mes para poder pagar las facturas. Tendremos dificultades para ahorrar y para invertir. Y eso implica que el dinero nunca trabajará para nosotros, sino nosotros para él.
“Mucha gente no cuida de su dinero hasta que les queda muy poco, y otros hacen lo mismo con el tiempo del que disponen.”
Johann Wolfgang von Goethe
Sin embargo, si empezamos a cuidar nuestra salud financiera bien pronto, ahorrando e invirtiendo antes de gastar, y automatizando ese proceso, todo cambia.
En ese contexto, la ley de acumulación de pequeñas ganancias (o el interés compuesto) obra su magia. Y al cabo de un tiempo, es muy probable que nos encontremos con que disfrutamos de una salud financiera envidiable, sin haber hecho nada particularmente extraordinario. Lo único que hemos hecho ha sido empezar pronto.
Ya ves, tiempo y dinero están íntimamente unidos.
Aquí termina el post. Dale bola, Moneytimer, porque tiene su miga.
Si quieres seguir aprendiendo a sacarle el máximo provecho a la vida sin sacrificar salud financiera, consulta nuestra sección #Estilodevida.
Moni 
