Mejorar en salud financiera es un proceso en el que podemos accionar diferentes palancas. Conocimiento, hábitos, estrategias, trucos, tácticas… pero hay una palanca central que determina más que ninguna otra cómo lo hacemos en todo lo demás: La mentalidad.
La mentalidad puede parecer un atributo inmutable, pero no es cierto. Se puede cambiar. Lo mismo que decidimos adoptar unas creencias concretas en el campo de la política o la carrera profesional, podemos adoptar unas creencias concretas en el mundo de las finanzas y nuestra relación con el dinero.
Podemos elegir creer una serie de cosas, o elegir creer otras. Lo que elegimos creer determina, en muy alto grado, lo que acabamos haciendo. Y lo que hacemos a su vez determina, en muy alto grado, los resultados que obtenemos.
Veamos algunas creencias características de la mentalidad financiera que pueden ayudarnos a progresar por el buen camino.
1. Conoce tu por qué
Las personas con mentalidad rica no trabajan simplemente para conseguir dinero. Trabajan para mejorar. Tienen un objetivo superior que el mero sueldo. Tienen una visión.
Las personas con mentalidad pobre se centran exclusivamente en el sueldo como medio para poder sufragarse sus comodidades y placeres materiales. No tienen un gran objetivo que les impulse a mejorar.
2. Retrasa la gratificación
Las personas con mentalidad pobre se centran en conseguir recompensas a corto plazo. Intentan encontrar atajos y resultados rápidos, sin paciencia para esperar.
Sin embargo, las grandes recompensas tardan en llegar. Requieren paciencia, disciplina, pequeños pasos durante un tiempo prolongado. Y eso implica renunciar a disfrutar de algunas cosas en el presente.
Las personas con mentalidad rica entienden este principio y lo aplican a su vida, tanto en las finanzas como en otros campos.
3. No dejes de aprender
El verdadero aprendizaje comienza cuando culminamos la educación reglada y comenzamos a vivir en el mundo real.
Las personas con mentalidad pobre dejan de aprender y se limitan a hacer lo que se espera de ellas. Sobreviven, pero no progresan.
Las personas con mentalidad rica siguen aprendiendo por su cuenta para llegar más lejos y conseguir sus objetivos.
4. Vive con intención
Las personas con mentalidad rica dedican su atención, tiempo y dinero a las cosas que de verdad les importan, dejando de lado sin demasiados miramientos las que no les importan. Concentran sus esfuerzos en hacerlo muy bien en una serie de campos, en lugar de desperdigarlos entre muchas cosas.
Las personas con mentalidad pobre no funcionan con intención. Se mueven por tentaciones, por influencias externas, por impulsos. No tienen un plan. No tienen las prioridades claras. Y se pierden en una amalgama de experiencias que producen satisfacción inmediata, pero que no facilitan que su vida mejore con el tiempo.
5. Cuida tu salud
Todo lo que puedes hacer en la vida parte de una base fundamental: Tu salud. Si no la cuidas, tu potencial para hacer cosas se verá drásticamente afectado tarde o temprano.
Las personas con mentalidad rica invierten en su salud. Para ellas es una prioridad, porque reconocen que es la base de su capacidad para actuar en el mundo.
Las personas con mentalidad pobre escatiman con su salud. Priorizan otras cosas y asumen que la salud no será un problema y no les impedirá hacer nada de lo que quieren hacer.
6. Maximiza y diversifica tus ingresos
La forma más efectiva de ahorrar es aumentar tus ingresos.
Las personas con mentalidad rica centran su energía en maximizar su valor profesional y conseguir más beneficios. Reflexionan sobre la mejor estrategia para ascender y construir nuevas fuentes de ingresos que reduzcan su dependencia de su trabajo.
Las personas con mentalidad pobre no centran su atención en los ingresos, sino en los gastos. Ven su capacidad de generación de ingresos como algo sobre lo que no tienen ningún control y se limitan a ajustar su estilo de vida al tamaño de su nómina.
7. Invierte
Invertir es clave para acelerar tu generación de riqueza en un mundo con inflación.
Las personas con mentalidad rica abrazan la idea de que el riesgo de pérdida, incluso la pérdida real, es un precio que merece la pena pagar para acceder al conocimiento y a los beneficios de invertir.
Las personas con mentalidad pobre dejan que el riesgo de pérdida domine sus decisiones y se resisten a invertir, sufriendo una pérdida segura y constante en su poder adquisitivo.
Ahí lo tienes, 7 grandes creencias que adoptar para construir una mentalidad financiera ganadora. ¡Dale bola, Moneytimer!
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Moni 
