Cómo poner y conseguir objetivos

Imagen: Quince

Llega un nuevo año y con él la presión para fijarnos nuevos objetivos. Vamos a hacer esto, vamos a hacer lo otro… pero, por alguna razón, muchas veces no conseguimos lo que nos proponemos. A veces, incluso nos damos por vencidos y abandonamos el objetivo al de muy poco tiempo.

La pregunta es… ¿por qué?

Y aún más importante: ¿Hay modo de hacerlo mejor?

En este post vamos a explorar algunas ideas ancladas en las disciplinas de la psicología del comportamiento, la motivación y la formación de hábitos.

Eso sí, después tienes que hacer tú los deberes y aplicarlas por tu cuenta. Ya sabes, los milagros en Lourdes.

Por qué no solemos conseguir nuestros objetivos

Las razones por las que no solemos conseguir los objetivos que nos proponemos tan llenos de entusiasmo son muchas, pero hay algunas que suelen tener más peso que otras. Entre ellas, las siguientes:

  • Nos ponemos demasiados objetivos y no disponemos de tiempo suficiente para dedicarles tiempo
  • Los definimos de forma demasiado ambigua: No son concretos, ni medibles, ni tienen un horizonte temporal
  • No los acompañamos de un sistema que nos oriente sobre qué acciones tomar
  • El entorno que tenemos a nuestro alrededor no propicia las acciones adecuadas para avanzar hacia los objetivos
objetivos

Cuando caemos en eso, lo más natural es que nos estrellemos. Puede que no, pero las probabilidades de éxito no están a nuestro favor porque las barreras son demasiado grandes.

Veamos ahora qué podemos hacer para mejorar esas probabilidades de forma significativa.

Un sistema más efectivo para establecer y conseguir objetivos

El sistema que te propongo consta de 4 sencillos pasos:

  1. Gran objetivo
  2. Paso intermedio
  3. Hábitos del día a día
  4. Medición y ajuste
1. Gran objetivo

El gran objetivo es la línea de meta. El resultado final. El destino al que quieres llegar y que determina (en cierto modo) si has tenido éxito, o no.

Un aspecto importante de esta etapa es que no debes imponerte demasiados grandes objetivos o será imposible que consigas nada. Reflexiona sobre las grandes áreas de la vida en las que quieres progresar (carrera profesional, salud, relaciones, etcétera) y establece un gran objetivo en cada una de ellas.

Uno. No más.

Con un gran objetivo por área vital prioritaria es suficiente. Si eres demasiado ambicioso con el número de grandes objetivos te desmotivarás cuando compruebes que no estás avanzando tan rápido como creías.

Además, no hay gran desventaja en ser conservador. Si consigues ese gran objetivo antes de lo que esperabas, puedes ir después a por otro. Es mucho más efectivo que hacerlo a la vez.

Ejemplo: En el área de salud, mi gran objetivo de este año es correr una maratón en menos de 4 horas.

2. Paso intermedio

Los grandes objetivos son muy útiles para darnos una visión, pero no lo son tanto para guiar nuestras acciones. Necesitamos saber qué tenemos que hacer en el corto y medio plazo para acercarnos al gran objetivo.

Y ahí es donde definir un paso intermedio puede ayudarnos.

El paso intermedio es un objetivo a más corto plazo que tenemos que completar si queremos acercarnos al gran objetivo. Si nuestro gran objetivo es anual, podríamos fijar nuestro paso intermedio en 6 meses o 3 meses, por ejemplo.

Ejemplo: Correr una media maratón en primavera y otra en otoño.

3. Hábitos del día a día

Si seguimos recorriendo el camino hacia atrás desde nuestro gran objetivo, el siguiente paso sería establecer las acciones que vamos a llevar a cabo en el día a día para progresar hacia el paso intermedio.

En esta fase, la clave está en formar los hábitos adecuados. Y eso no es tanto un producto de nuestro nivel de motivación, sino sobre todo de construir un entorno que facilite esas acciones y tener un sistema.

Ejemplo: Salir a correr 1 hora los lunes, miércoles y viernes durante las siguientes 4 semanas.

Una forma de construir el entorno adecuado para forjar ese hábito podría ser dejar la ropa de deporte preparada en casa antes de irnos a trabajar, para que sea lo primero que vemos cuando volvemos a casa. Y un sistema que nos ayude podría ser quedar con amigos para correr o hacer una ruta diferente cada día que preparamos con antelación.

4. Medición y ajuste

La última fase de este proceso es comprobar cómo avanzas y ajustar lo que sea necesario.

Por ejemplo, puede que los hábitos que estés intentando incorporar a tu día a día sean demasiado ambiciosos. O que te encuentres con otras barreras en tu entorno que te impiden avanzar. Si es así, deberás ir optimizando el proceso poco a poco haciendo ajustes aquí y allá, para poder avanzar con mayor fluidez hacia tu paso intermedio y eventualmente hacia tu gran objetivo.

Ahí tienes, un sistema práctico y efectivo para conseguir objetivos. ¡Dale bola, Moneytimer!

Si quieres acceder a contenidos similares, consulta nuestra sección #Estilodevida.

¿Tienes interés en crecer y desarrollarte en las áreas de tu vida que son importantes para ti?

.

🌍Estilo de Vida — otros posts