Cómo analizar si una inversión es buena

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A la hora de plantearnos invertir en algo, sea un negocio o un proyecto empresarial concreto, un activo inmobiliario o cualquier otra cosa, hay una pregunta que consciente o inconscientemente planea sobre nuestras cabezas: ¿Es ésta realmente una buena empresa? ¿Es un buen piso? ¿Es una buena inversión?

El cómo respondemos a esa pregunta puede ser muy variado en función de nuestra personalidad, hábitos y circunstancias. Podemos hacer caso a las recomendaciones del vecino. Podemos dar crédito a las conclusiones de los supuestos expertos. Podemos seguir la moda del momento.

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buenImagen de Sofia Shultz

Pero también podemos hacer nosotros mismos un poco de análisis para asegurarnos de que lo que estamos haciendo tiene sentido. Y esto es algo que, sin ninguna duda, te recomiendo que hagas.

La pregunta es… ¿qué debes hacer exactamente?

Veámoslo.

Aspectos clave a analizar sobre la inversión en sí

Para empezar, debes poner el foco en los méritos de la inversión que estás considerando y calibrar el grado de certidumbre que tienes sobre tus conclusiones, porque eso te dará una idea del nivel de riesgo que estás corriendo.

En este contexto, hay una serie de elementos importantes que debes tener en cuenta:

1. Las tendencias del entorno en el que tu inversión se encuentra

Hay tipos de inversiones que se encuentran en un entorno (o mercado) que posee los incentivos adecuados para que las cosas vayan bien a futuro. Y hay tipos de inversiones que no.

Por ejemplo, si una empresa opera en el mercado de los videojuegos, esa empresa se encuentra inmersa en una macrotendencia positiva, porque el interés global por los videojuegos va en aumento.

Del mismo modo, si una empresa opera en el mercado del azúcar, esa empresa se encuentra inmersa en una macrotendencia negativa, porque el consumo de azúcar se está desincentivando a nivel global.

El mismo concepto aplica a activos inmobiliarios. Hay activos inmobiliarios que se encuentran ubicados en zonas geográficas que tienen buenas perspectivas de crecimiento y afluencia de público, y activos inmobiliarios que no.

Utilizando una metáfora muy ilustrativa de esta idea: Es fundamental que tu inversión se encuentre en un río con la corriente adecuada.

2. La ventaja competitiva de tu inversión

El segundo elemento a tener en cuenta es cómo de sólida es tu inversión dentro del entorno o mercado en el que se encuentra. En otras palabras, puedes estar en un río que tiene la corriente adecuada, pero… ¿es el bote en el que vas realmente seguro?

Para responder a esa pregunta has de enfocarte en identificar la ventaja competitiva del activo en el que vas a invertir. ¿Qué es lo que lo hace diferente de las demás opciones? ¿Es eso sostenible en el tiempo? ¿Se puede copiar?

Es imposible saber todo esto con certeza porque no se puede predecir el futuro, pero hacerte ese tipo de preguntas te abrirá la mente y te ayudará a entender mejor cómo de atractiva es realmente tu inversión.

3. La capacidad de deshacer tu inversión con rapidez

Otro elemento importante que debes entender muy bien es tu capacidad para deshacer tu inversión si te conviene hacerlo por la razón que sea: Bien porque las circunstancias cambian y necesitas liquidez, o bien porque concluyes que es preferible no continuar en esa inversión.

Como hemos dicho antes, el futuro es impredecible. Las cosas cambian en direcciones que no anticipamos. Cuanto más fácil sea deshacer tu inversión, más atractiva es.

El horizonte temporal

Otro aspecto importante que conviene tener muy en cuenta es cuánto tiempo va a tardar esa inversión en dar sus frutos.

Esto es algo que muchas personas empiezan a entender una vez que están dentro de la inversión, pero no antes. Se dan cuenta de que dicha inversión necesita más tiempo del que parecía para ser rentable y que ese tiempo no cuadra bien con lo que ellos necesitan que suceda.

Y eso puede ser un gran problema, porque una misma inversión puede ser buena si esperamos el tiempo adecuado, y no tan buena si no lo hacemos.

Antes de entrar en una inversión, asegúrate de que calibras bien el horizonte temporal.

Tu perfil y objetivos particulares

El último aspecto a tener muy en cuenta es qué tipo de persona eres y cuáles son tus objetivos.

No es lo mismo ser un tipo de persona impulsiva y muy aversa al riesgo y a la volatilidad de corto plazo que una persona paciente y con una visión de largo plazo. Y no es lo mismo querer enriquecerse lo más rápido posible que construir una salud financiera sólida paso a paso.

Has de saber muy bien qué tipo de persona eres y a qué juego estás jugando. Sólo así podrás discernir qué tipo de inversiones te convienen.

Cuando no lo tengas claro, elige una inversión que te resulte cómoda de mantener a largo plazo, porque eso es lo que permitirá que el interés compuesto haga su trabajo y maximices tu potencial de obtener ganancias.

Ahí tienes algunas ideas clave para entender mejor si esa inversión que estás considerando es buena para ti. ¡Dales bola, Moneytimer!

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