La gran habilidad financiera de retrasar recompensas

Imagen: Tookapic

Mucho se habla sobre habilidades financieras: Trucos de ahorro, pericia inversora, encontrar un buen asesor… y algunas otras. Sin embargo, la verdadera piedra filosofal de las finanzas personales no es tanto ese tipo de cosas, sino algo mucho más básico.

La mentalidad.

El aspecto que más influye en los resultados que obtenemos en el plano financiero es cómo enfocamos las finanzas desde el punto de vista mental. Es una idea que autores de renombre repiten una y otra vez y que parte de una premisa básica:

Lo que tenemos dentro se acaba manifestando fuera.

En otras palabras, nuestras creencias determinan nuestros actos.

retrasar recompensas
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Pues bien, hoy vamos a hablar de una dimensión concreta de entre todas las que componen la mentalidad financiera. Una dimensión que destaca especialmente sobre las demás, porque encaja perfectamente en cómo funcionan las finanzas desde un punto de vista mecánico y además tiene innumerables ramificaciones en otros importantes aspectos de nuestra vida.

La capacidad para retrasar recompensas

Es difícil escoger una habilidad financiera concreta como la más importante de todas las que existen. Es algo que se puede apreciar desde muchas ópticas diferentes y ninguna es necesariamente mejor que las otras.

Pero aquí voy a mojarme un poco, porque el tema lo requiere.

En mi opinión, la habilidad financiera más importante de todas, desde el punto de vista de su impacto en el resultado que obtenemos, es… redoble de tambores… la capacidad para retrasar recompensas.

¿Y esto qué significa?

Sencillamente, el nivel de tolerancia y predisposición que tenemos a renunciar a disfrutar a algo en el presente para poder disfrutar aún más en el futuro.

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Esto no es nada sencillo, porque choca de frente con el sesgo del presente, un fenómeno del que hemos hablado en este blog en repetidas ocasiones y que hace que sobrevaloremos el disfrute actual e infravaloremos el disfrute futuro a la hora de tomar decisiones.

La razón por la que esta habilidad de retrasar recompensas tiene un impacto tan grande en nuestra salud financiera se encuentra en los fundamentos del interés compuesto.

Déjame que te ponga un ejemplo. Aunque el ejemplo más famoso, del que probablemente hayas oído hablar, es el test de las golosinas.

Si gastamos una pequeña suma en darnos un capricho en el presente, recibimos un valor ligado a la satisfacción que obtenemos a cambio. Cuando decidimos gastar 2.000 euros en comprarnos una televisión nueva, nos sentimos mejor cada vez que la vemos y la utilizamos.

Sin embargo, si decidimos invertir esa cantidad a largo plazo en lugar de comprarnos la televisión, el beneficio futuro que obtenemos es significativamente mayor. A una rentabilidad media del 7%, acabaríamos con casi 4.000 euros en 10 años, el doble.

Así que podríamos comprar una televisión mucho mejor o darnos otros caprichos además de la televisión.

¿Cuál es el problema entonces?

Que tenemos que esperar.

Y a muchos de nosotros no nos gusta esperar. Nos gusta disfrutar hoy y hacerlo al máximo.

Pero ¿qué es lo que ocurre en la práctica?

Que hay grados. Hay muchas decisiones y áreas en las que puedes decidir disfrutar ahora o disfrutar mañana. Y si decides llevar el asunto al extremo y disfrutar de todo ahora, tu salud financiera se verá seriamente resentida, porque renunciarías a la totalidad de los beneficios del interés compuesto en cada euro que posees.

Por otro lado, si te vas al otro extremo y decides posponer todo el disfrute al futuro, sin gastar prácticamente nada ahora, quizá obtengas enormes beneficios con el tiempo, pero el presente se te hará duro y difícil. Y eso no es forma de vivir, salvo que encuentres la fórmula de estar feliz renunciando a todo ello.

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Como todo en esta vida, el secreto está en el equilibrio. Y dónde se encuentra ese equilibrio es una cuestión muy particular. Cada persona tiene sus creencias, sus emociones, sus circunstancias y sus objetivos. El punto de equilibrio para una persona puede ser muy diferente para otra.

Y tú debes encontrar el tuyo, Moneytimer, de forma que optimices la combinación de dos factores:

  1. Satisfacción en el presente
  2. Salud financiera para el futuro

La capacidad para retrasar recompensas tiene mucha miga. Hablaremos de algunas de sus implicaciones más vitales en el siguiente post.

Y ya sabes, si quieres seguir aprendiendo cómo construir una mentalidad financiera ganadora, no te olvides de consultar nuestra sección #Estilodevida.

¿Quieres seguir aprendiendo formas de expandir tu mentalidad financiera?

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