¿Es la Libertad Financiera un buen objetivo? Parte 2

Imagen: StockSnap

En la primera parte de este post nos preguntábamos si la libertad financiera es un buen objetivo. En él concluíamos que la filosofía tradicional que enfoca la libertad financiera como un medio para dejar de trabajar y conseguir jubilarnos antes de la edad oficial, no encajaba muy bien con lo que las investigaciones nos revelan sobre cuáles son las palancas que activan la felicidad humana.

Además, esto no sólo va de nuestra propia felicidad individual. Si queremos seguir evolucionando como especie, hay una serie de cosas que empiezan a ser extraordinariamente importantes de implementar.

Por ejemplo:

  1. Elevar la calidad de la educación:  Comenzar a educar en los colegios sobre temas como nutrición, inteligencia emocional, creatividad, trabajo en equipo, programación, conciencia medioambiental o finanzas personales y salud financiera. Aspectos que son claves en el desarrollo físico, mental, emocional y espiritual de las personas, y que están largamente ausentes del currículum actual.
  1. Estimular el autoconocimiento y la responsabilidad personal frente a las ideologías de grupo, para no prolongar la situación de conflicto perpetuo que vivimos ahora y depurar progresivamente la calidad del panorama social y político. 
  1. Motivar a las personas para que persigan sus sueños: Que interioricen la idea de que la proactividad, la pasión por lo que hacemos, trabajar de manera inteligente y luchar por metas que merecen la pena para nosotros es la clave para sentirnos realizados en nuestros trabajos. Así como darles mayores facilidades para poner esta filosofía laboral en práctica.

Es en este tercer punto donde me quiero centrar, para cuestionar la validez a largo plazo del objetivo tradicional de la libertad financiera.

Una interesante filosofía de satisfacción profesional

Imagina si la mayoría de personas en el mundo se dedicaran a ocupaciones profesionales que cumplieran estas 4 condiciones:

  • Que les gustaran
  • Que se les dieran bien
  • Que les remuneraran lo suficiente como para poder vivir de ellas
  • Que el mundo necesitara 

Eso sería fantástico, ¿no es así? Las personas se sentirían mucho más satisfechas y motivadas para hacer un gran trabajo, para seguir aprendiendo formas de hacerlo cada vez mejor, para continuar creando valor para el conjunto de la sociedad. Y de esa forma, la felicidad de cada uno redundaría en la felicidad del conjunto.

Desde esta perspectiva, esta visión es mucho más elevada, noble y deseable para el individuo y la sociedad que el objetivo individualista tradicional de la libertad financiera. Un objetivo que se centra en dejar de trabajar cuanto antes, porque el trabajo es algo así como una pesadilla horrorosa que nos denigra y que debemos evitar a toda costa.

Pero no tiene por qué ser así. El trabajo puede contribuir enormemente a nuestra felicidad, mucho más que la inactividad perpetua. Es una cuestión de centrar nuestra energía productiva en algo que cumpla esas 4 condiciones que hemos mencionado antes.

Por cierto, a pesar de que soy un gato súper creativo e inteligente, no puedo apuntarme el mérito de haber creado esta filosofía de trabajo y felicidad. Los japoneses se me adelantaron hace ya muchos siglos cuando acuñaron el término Ikigai (que se traduce del japonés como “razón para vivir” o «razón de ser») y desarrollaron este modelo en profundidad.  

Aquí lo tienes representado de forma gráfica:

Si quieres profundizar en él, tienes un artículo interesante aquí.

¿Qué beneficios nos proporciona el Ikigai?

Como ves, el Ikigai se produce en la intersección de esos 4 factores. Si conseguimos ubicarnos en esa intersección, sentiremos que nuestro trabajo nos proporciona un sentido vital, además de los medios financieros necesarios para vivir.

En esa situación, probablemente no tengamos tanta prisa en dejar de trabajar, porque estaremos disfrutando. Ni probablemente tengamos tanta necesidad de gastar en exceso para compensar lo duro e insatisfactorio que es nuestro trabajo. Y eso nos permitirá seguir mejorando nuestra salud financiera al mismo tiempo que disfrutamos.

Ya sé lo que estás pensando: No es nada fácil encontrar una ocupación profesional que cumpla esas 4 condiciones. 

Quizá no lo sea. Quizá necesites tiempo. Quizá tengas que probar varias cosas antes de encontrar lo que quieres. Quizá necesites un colchón financiero para correr riesgos y probar cosas con más tranquilidad antes de abandonar tu empleo actual, tu empleo “no Ikigai”.

Si es así, ponte manos a la obra. Paso a paso. Trabaja en tu salud financiera y ponte como objetivo construir ese colchón de tranquilidad para una fecha concreta. Y mientras tanto, explora otras opciones laborales con estas cuatro condiciones en mente. Seguro que, eventualmente, acabas encontrando tu Ikigai.

Aquí termina nuestro post. Un post con ideas muy importantes para tu satisfacción profesional y tu salud financiera.

Si quieres seguir aprendiendo sobre cómo disfrutar de la vida hasta los 90, consulta nuestra sección #Estilodevida.  

¿Quieres seguir aprendiendo sobre cómo aprovechar tu vida al máximo?

.

🌍Estilo de Vida — otros posts