La libertad financiera no es para todos (Parte 2)

Imagen: Pera Detlic

En la primera parte de este post hablamos de las razones por las que la gran mayoría de personas no suele intentar alcanzar la libertad financiera. En esta segunda parte vamos a centrarnos en aquellas personas que sí lo intentan, a ver qué nos encontramos.

Como ya comentamos, mi tesis es que una gran parte de aquellos que intentan alcanzar la libertad financiera se quedan por el camino. No llegan a conquistar la definición tradicional de libertad financiera, esa situación en la que los ingresos que obtienen de otras fuentes (como ahorro e inversiones) les permiten no tener que trabajar por dinero.

libertad financiera
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Sí, ése es el sueño dorado: No vernos obligados a trabajar por dinero, para así poder dedicar tu tiempo a lo que realmente nos hace felices. O al menos, a lo que creemos que nos hará felices.

Veamos las razones principales por las que no se suele alcanzar este preciado destino. Aunque la verdad es que todas ellas se podrían resumir en una sola frase:

Mentalidad y perseverancia.

Pero, ya que estamos, hilemos un poco más fino, ¿te parece?

Los principales obstáculos a la libertad financiera

En la primera parte de este post te dije que la libertad financiera es una posibilidad muy real para muchas personas. Las matemáticas no mienten. En muchos de esos casos, es más una cuestión de cuándo llegarás a destino que de si puedes llegar o no.

Sin embargo, la mayoría de la gente no llega nunca.

¿Por qué?

Dos razones fundamentales que les impiden avanzar: Mentalidad para aumentar la tasa de ahorro y mentalidad para invertir.

Y una razón fundamental que les impide llegar: Perseverancia.

Profundicemos un poco en cada una de ellas.

1. Mentalidad para aumentar la tasa de ahorro

El ahorro es una de las piedras angulares de la libertad financiera. El problema es que muchos de nosotros intentamos aumentar la cantidad que ahorramos centrándonos exclusivamente en nuestros gastos.

Inversión y ahorro

Eso es un enfoque útil, pero limitado. Llega hasta donde llega. Y además puede generar un problema adicional: Que sintamos que nos estamos privando de muchas cosas y que nuestro día a día se convierta en una pesada carga.

Por eso, si queremos progresar, hemos de ampliar el enfoque y adoptar una mentalidad más abierta. No sólamente centrarnos en cómo reducir gastos, sino también en cómo aumentar los ingresos.

Y para eso existen caminos diferentes: Conseguir un aumento de sueldo, incrementar tu valía profesional, montar un negocio online en tu tiempo libre, etcétera, etcétera.

No te centres sólo en los gastos. Cultiva también los ingresos. La mejora potencial en los gastos es limitada, pero en los ingresos es ilimitada.

2. Mentalidad para invertir

Por elevada que sea tu tasa de ahorro, no avanzarás suficientemente rápido salvo que hagas una cosa: Invertir.

Los precios de las cosas suben. El sistema está diseñado para que suban. Lo que significa que si no obtienes una rentabilidad suficiente de tus ahorros, estarán perdiendo poder adquisitivo con el tiempo.

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En otras palabras, te estarás empobreciendo en términos reales (en términos de lo que puedes comprar con tu dinero).

No hay vuelta de hoja: Si quieres progresar, has de invertir. Y para hacerlo, primero debes educarte sobre el tema, como decíamos en la primera parte del post.

La información está ahí fuera y totalmente disponible. Aprovéchala. Y después, actúa.

3. Perseverancia

El último gran obstáculo es la falta de paciencia. Conquistar la libertad financiera requiere tiempo. Es un proceso continuado de ahorrar, invertir y volver a ahorrar. No se consigue de la noche a la mañana.

Muchas personas dan su brazo a torcer porque pasan unos años y aún no han obtenido resultados significativos. Pero eso no significa que no estén en el buen camino. Como dijimos en este post, el interés compuesto tarda su tiempo en materializarse, pero si lo dejamos desplegar todo su poder, puede generar resultados impresionantes.

Ten paciencia y sé perseverante. Los resultados llegarán.

Terminamos con una idea importante: Aunque no llegues a la definición tradicional de libertad financiera y no elimines completamente de tu vida la obligación de trabajar por dinero, eso no es ningún drama. Cualquier mejora en tu salud financiera es un triunfo, porque te dará mayor capacidad para afrontar los imprevistos de la vida, mayor flexibilidad para explorar opciones y más tranquilidad mental.

Y eso no se paga con dinero.

¿O sí?

Si quieres seguir explorando artículos relacionados con la libertad financiera, consulta nuestra secciones #Estilodevida y Dinero, ¡a trabajar! 

¿Quieres seguir aprendiendo sobre la libertad financiera y cómo progresar hacia ella?

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