Grandes desembolsos: ¿Cómo abordarlos?

Imagen: ds_30

A lo largo de nuestra vida, es habitual que con el paso del tiempo vayamos llegando a ciertos hitos que implican desembolsos de dinero relativamente importantes: Una casa, un coche, una boda, el cuidado y la educación de un hijo, etcétera, etcétera.

Estos desembolsos tienen un pequeño problema: Suelen aparecer en nuestro radar de forma un poco difusa. Empezamos a pensar que quizá acabaremos haciendo esas cosas, pero no lo tenemos del todo claro. Y aún teniéndolo claro, son eventos que se encuentran a bastante distancia temporal de nosotros.

¿Y qué suele suceder cuando algo es difuso y/o no requiere nuestra atención inmediata?

Exacto. Seguimos adelante sin hacer gran cosa. No hacemos un plan. Y no llevamos a cabo ninguna acción.

desembolsos
Imagen de stokpic

Al final el tiempo se nos echa encima y nos deja con muy poca capacidad de maniobra para reunir el dinero que necesitamos para llevar a cabo esos proyectos. Lo que nos obliga a posponerlos, o bien a ponerlos en práctica ajustando el presupuesto y renunciando a algunas cosas porque no nos queda más remedio.

Y eso es una pena, porque son hitos importantes en nuestra vida. Eventos que quedan en el recuerdo y que tienen un impacto que no es pequeño en nuestra felicidad.

La pregunta es: ¿Cómo podríamos hacerlo mejor?

Veámoslo.

La práctica de planificar por si acaso

Voy a darte una idea que hace maravillas. Un «life hack» (truco de vida) en toda regla. Pero que no resulta nada intuitiva, por eso no se suele poner en práctica.

En otros posts hemos hablado del sesgo del presente. El fenómeno psicológico que nos impulsa a darle a todo lo que tenemos a nuestro alcance en el presente una importancia desproporcionada con respecto a lo que podemos obtener en el futuro.

Queremos las cosas ahora, no queremos esperar. Básicamente.

Imagen de Gerd Altmann

Pues bien, ese sesgo dificulta nuestra capacidad de hacer algo en el presente para obtener beneficios en el futuro. Por eso nos dejamos llevar por las muchas tentaciones que tenemos delante… hasta que la realidad nos golpea.

Y por eso conviene que tomes conciencia de algo: Esos hitos van a llegar. Tarde o temprano vas a querer embarcarte en proyectos que requerirán grandes desembolsos, aunque no lo tengas claro ahora.

Sí, es cierto. No es seguro al 100%. Pero sí que es lo más probable. Porque a la inmensa mayoría de nosotros, si no a todos, nos sucede.

¿Y por qué actuarías de forma inconsistente con lo que es más probable? No sería una buena apuesta, ¿no es verdad?

Sin embargo, eso es lo que tendemos a hacer. Cortesía del sesgo del presente.

Quizá no sepas qué proyectos en concreto serán los que quieras abordar. Quizá no sepas exactamente cuándo lo quieras hacer. Pero todo eso, en cierto modo, no es tan importante.

Lo que es importante es que lo más probable es que alguno de ellos llegue a tu vida, tarde o temprano. Y que cuando llegue no te pille con el trasero al aire. Financieramente hablando, al menos.

Por eso, un hábito que puede hacernos la vida mucho más llevadera, ampliando nuestro potencial para vivir experiencias que merecen la pena, es planificar «por si acaso».

Ahorra por si acaso. Invierte por si acaso. Y hazlo de forma recurrente aunque parezca que no lo necesitas, por si acaso.

Imagen de StartupStockPhotos

Porque esas cosas que no tienes demasiado claras ahora, misteriosamente acaban llegando. Y cuando lo hagan, celebrarás estar preparado. Como ya dijimos en este post, no planificar es uno de los mayores errores que solemos cometer en nuestro camino hacia la salud financiera.

Si quieres seguir aprendiendo trucos para exprimir tu vida al máximo, consulta nuestra sección #Estilodevida.

¿Quieres seguir aprendiendo formas de optimizar tu salud financiera?

.

🌍Estilo de Vida — otros posts