Tienes una mentalidad financiera ofensiva o defensiva?

Imagen: Adina Voicu

En otros posts hemos hablado sobre el significado último que el dinero tiene para nosotros y cómo utilizar esa brújula para guiar nuestras decisiones financieras y vitales (puedes refrescar tu memoria aquí). Hoy vamos a hablar de un aspecto relacionado, pero un poco más sutil: Si el tipo de mentalidad financiera que tenemos es ofensiva o defensiva.

Cuando nos hacen la pregunta: ¿Qué significa el dinero para ti?, es posible que tengamos una respuesta concreta en mente. Quizá sea seguridad, o placer, o libertad, o algún otro fin último que conecta de forma profunda con nosotros.

Pero una cosa es eso, y otra cosa es poner nuestro día a día bajo el microscopio y observar qué tipo de estrategia estamos siguiendo y qué tipo de decisiones financieras y vitales estamos tomando para hacer ese fin último realidad.

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Y aquí es donde viene la segunda pregunta: ¿Tienes una mentalidad financiera ofensiva o defensiva para conseguir lo que quieres?

La mentalidad financiera defensiva

La mentalidad financiera defensiva es la más habitual. Es un tipo de mentalidad que se centra en el concepto de «preocupación por el dinero». El dinero se enfoca como un elemento peligroso que debemos mantener bajo control, porque si nos quedamos sin él moriremos, física o socialmente hablando.

La sociedad, incluso nuestro entorno familiar, suele lanzarnos todo tipo de mensajes que están anclados en este tipo de mentalidad:

«No gastes demasiado»

«Elige un trabajo seguro»

«Ahorra por si acaso»

«No arriesgues»

«Mas vale lo malo conocido»

Todos estos mensajes siguen una línea similar. Es mejor ser conservadores. Es mejor proteger lo que tenemos, es mejor no arriesgar, es mejor ser sobrios y conformarse.

mentalidad financiera
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Pero eso puede sernos útil, o puede que no. Depende de lo que nos haga felices.

Imagina que tu valor principal es la libertad. ¿Crees que tendrás buenas probabilidades de vivir una vida libre si estás rodeado de restricciones de gasto, si te aferras a un trabajo seguro o si estás continuamente sacrificando cosas que quieres hacer para ahorrar «por si acaso»?

Probablemente no.

En este caso habría una inconsistencia entre tu valor principal (la libertad) y tu mentalidad financiera, o si lo prefieres tu estrategia financiera y vital en tu día a día.

¿Puedes vivir con esa inconsistencia? Quizá sí. Pero si lo haces con el piloto automático no vale. Primero has de ser consciente de ella, y después decidir si estás haciendo lo que más te conviene.

La mentalidad financiera ofensiva

Por el contrario, la mentalidad financiera ofensiva tiene un enfoque más proactivo. Es una mentalidad que se manifiesta en una actitud dinámica ante la vida, en la que no se tiene gran impedimento a correr riesgos para conseguir los objetivos que merecen la pena para nosotros.

Bajo esta mentalidad, el dinero no es peligroso. El dinero se utiliza como una herramienta para alcanzar una vida más feliz. Se asume que aparecerá y se posará en nuestro hombro si actuamos con optimismo, valor y determinación.

La mentalidad financiera ofensiva es una mentalidad de crecimiento a través del esfuerzo y de asumir riesgos para obtener recompensas.

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No sólo se ahorra, sino que también se invierte.

Un trabajo que no está mal no es suficiente. Se continúa buscando hasta encontrar un trabajo que nos satisfaga de verdad.

Se trabajan las relaciones personales para expandir su amplitud y su calidad .

Se continúa aprendiendo cosas nuevas que aumenten nuestra valía profesional.

En una palabra, se funciona proactivamente con el objetivo de crecer y alcanzar objetivos.

Pero no es oro todo lo que reluce. Esta mentalidad ofensiva tambien tiene un lado oscuro: Asumir demasiado riesgo y estrellarnos intentando alcanzar el cielo.

Como en casi todo en esta vida, en el equilibrio está la virtud. Hay situaciones y momentos en los que nos conviene tener una mentalidad defensiva y proteger el fuerte, y situaciones en los que nos conviene lanzarnos a ganar a pesar del riesgo, porque la recompensa merece la pena.

Sin embargo, aunque seamos capaces de utilizar selectivamente ambas, cuando observamos nuestra vida es posible que apreciemos que hay una de las dos mentalidades, ofensiva o defensiva, que es la dominante. Y eso tiene importantes consecuencias en nuestra relación con el dinero… y en los resultados que obtenemos.

¿Cuál es tu mentalidad financiera dominante, Moneytimer? ¿Ofensiva o defensiva?

Si quieres acceder a contenidos similares, consulta nuestra sección #Tudíaadía.

¿Quieres seguir aprendiendo sobre cómo mejorar tu relación con el dinero para vivir tu vida al máximo?

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