Como te conozco muy bien, no te voy a poner en la tesitura de elegir entre disfrutar y ahorrar cuando recibas tus ansiados ingresos, porque es más que probable que ahorrar salga perdiendo. No es muy sexy, ¿verdad? Te atrae más gastar el dinero y pasarlo bien.
Pero eso no es ningún problema, porque la dicotomía que a veces nos planteamos entre gastar y ahorrar no es necesariamente cierta. La mayoría de nosotros, con nuestros ingresos, podemos disfrutar del día a día sin dejar de ahorrar. Y ésa es la filosofía de este blog: #YOLOhastalos90.
Hoy vamos a hablar de algunos trucos para que puedas navegar entre gasto y ahorro con un poco más de equilibrio.
Porcentaje de ahorro
El porcentaje que ahorremos sobre nuestros ingresos dependerá mucho de cada uno de nosotros y nuestras circunstancias. En otros posts hemos comentado algunas estrategias, pero a veces no son tan aplicables a nuestro caso concreto como nos gustaría.
Por ejemplo, la famosa regla del 50/20/30 nos dice que hay que usar el 50% de nuestros ingresos en gastos básicos. Entonces… ¿qué pasa si mis gastos de vivienda (hipoteca o alquiler) se comen ya casi todo este 50%? ¿Tengo que cambiarme de piso?
La respuesta para alguien que quiere seguir al pie de la letra esta regla es sí, pero, ¿es esto lo más adecuado para todo el mundo?
Seguramente no. Y eso puede hacer que nos desanimemos al no poder cumplir la famosa regla y desistamos en nuestro esfuerzo de ahorrar, lo cual no es demasiado conveniente.
Pero hay otra forma de contemplar la relación entre ingresos, gastos y ahorro. Una forma que puede ayudarnos a adoptar los hábitos financieros adecuados.
Un enfoque alternativo de gastos y ahorro
Voy a explicarte cómo puedes enfocar tus gastos y tu ahorro de una manera diferente, para que te sea más fácil adoptar hábitos que te ayuden con tu salud financiera.
Este enfoque consta de cuatro sencillos pasos:
- Entender bien nuestros gastos. Revisar nuestros extractos bancarios y tarjetas de un par de meses e intentar categorizar estos gastos en dos grandes grupos. Aquellos que son indispensables y aquellos que realizamos para vivir mejor (= gastos de mejora de vida).
- Cambiar la ecuación mental. Nuestro cerebro suele operar con la ecuación mental de: ahorro = ingresos – gastos totales. Y eso implica que primero decidimos gastar sin demasiado criterio, y lo que nos queda después de gastar es el ahorro. Lo que tenemos que hacer para favorecer el hábito correcto es definir qué importe tenemos disponible para asignar a ahorro y gastos de mejora de vida, cambiando la ecuación mental por esta otra: ingresos – gastos indispensables = ahorro + gastos de mejora de vida.
- De esa cantidad que tenemos disponible tras restar a nuestros ingresos los gastos indispensables, tenemos que definir qué % queremos que vaya cada mes a ahorro y qué cantidad a mejora de vida. En mejora de vida estarán cosas como viajes, suscripciones a Netflix, pedidos a Glovo, compras de ropa…etcétera, etcétera. Y como las tentaciones siempre están ahí, lo que mejor funciona es definir primero cuánto vas a ahorrar al mes y utilizar lo demás para mejora de vida como mejor te parezca.
- Una vez que sabes cuánto vas a ahorrar cada mes, transfiere ese importe a otra cuenta en cuanto recibas tu salario para que ese ahorro esté seguro (y no caiga presa de tus tentaciones).
Éste es un método muy práctico y que se ajusta a las necesidades de todo el mundo. Utilízalo y seguro que te ayuda a ir fraguando un hábito de ahorro que te será muy útil.
Si quieres seguir descubriendo trucos para mejorar tu relación con el dinero, sacándole el máximo partido y consiguiendo disfrutar de tu vida a tope, ¡puedes!…. #Yolohastalos90.
Y no olvides de consultar la sección #TuDíaaDía para recibir más ideas.
Moni 
