Muchos de nosotros soñamos con encontrar el trabajo ideal. Un trabajo en el que nos sintamos realizados, que pague un buen sueldo, en el que nos llevemos muy bien con la gente, en el que expandamos continuamente nuestras habilidades profesionales, etcétera, etcétera.
Sin embargo, a menudo ese sueño se queda en un plano puramente mental. Cuando toca mover ficha para encontrar ese trabajo ideal, muchas personas no se deciden a hacer ningún movimiento, sino que prefieren seguir en la situación en la que se encuentran.
Y esto es una auténtica lástima, porque el trabajo es el pilar principal de construcción de salud financiera. El trabajo es la base sobre la que se yerguen todas las demás piezas clave de las que hablamos en este blog, como el ahorro, la planificación, los hábitos, los objetivos, la inversión, y muchas otras más.
Sí, estar satisfecho en tu trabajo es una de las mayores ventajas que puedes tener en el camino hacia la salud financiera. Por eso vamos a hablar de algunas de las barreras mentales que te inmovilizan en un trabajo que no te convence del todo y te impiden lanzarte a buscar un trabajo más adecuado para ti.
Barrera mental #1: No quiero perder lo que tengo
Una de las barreras mentales principales que nos ancla en la inacción es el miedo a la pérdida.
El miedo a la pérdida es un mecanismo cognitivo muy poderoso. No queremos experimentar la sensación de perder, aunque lo que esté en juego no sea algo que (en circunstancias normales) valoremos especialmente.
Sin embargo, hemos de tomar conciencia de que cualquier acto de desarrollo personal implica dejar atrás una parte de nosotros. Casi todo lo que merece la pena en la vida nos exige tener que renunciar a algo que disfrutamos en el presente.
La renuncia es inevitable. Lo único que debemos preguntarnos es si el sacrificio de renunciar merece la pena. Y debemos tener en cuenta que no renunciar y permanecer en la insatisfacción también es perder. Quizá mucho más de lo que parece a primera vista.
Barrera mental #2: La insatisfacción es soportable
Otra gran barrera mental que favorece que ese trabajo ideal se quede en una simple idea y no se manifieste en la realidad, es que el nivel de insatisfacción que sentimos en nuestro trabajo actual no es excesivo. Es algo que podemos tolerar y poco a poco nos vamos acostumbrando a ello.
Igual que la rana que está dentro de una cazuela de agua cuya temperatura va aumentando poco a poco, y que no sale de ahí porque el cambio es tan gradual que resulta imperceptible.
La insatisfacción puede ser soportable, pero el tiempo corre. La temperatura va aumentando. Y nuestras posibilidades de salir de ahí van disminuyendo.
Barrera mental #3: Indefinición
La última gran barrera que nos impide pasar a la acción e intentar encontrar algo que se parezca todo lo posible a nuestro trabajo ideal es la indefinición: No sabemos realmente lo que estamos buscando, porque no nos hemos esforzado en concretar.
«Quiero trabajar en una empresa comprometida con el planeta, donde se valore la creatividad y en un ambiente de colaboración».
Eso puede sonar muy bien en nuestra cabeza, pero no significa nada en la práctica. No te permite pasar a la acción, porque es demasiado abstracto, demasiado etéreo, demasiado intangible. La mayoría de personas que sueñan con otro trabajo se quedan en ese nivel.
«Quiero trabajar en una start-up basada en Madrid con menos de cincuenta empleados y con una misión que favorezca la sostenibilidad».
Ajá. Eso es mucho más concreto y ofrece un nivel de claridad mucho mayor a la hora de empezar a buscar. ¿Ves la diferencia?
Ahí lo tienes, tres barreras mentales que debes derribar para poder pasar a la acción y empezar a hacer realidad tu sueño de encontrar el trabajo ideal. O al menos uno en el que te sientas más realizado.
Adelante, Moneytimer.
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Moni 
