Cómo mejorar tu estado de ánimo (Parte 2): Mente

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En la primera parte de este post desvelamos algunas prácticas centradas en el cuerpo que tienen, segun las investigaciones al respecto, un impacto positivo considerable y duradero en nuestro estado de ánimo. En esta segunda parte vamos a centrarnos en otro área con gran potencial de generación de satisfacción y felicidad en nuestro día a día: La mente.

La mente es una herramienta que tiene una enorme influencia en cómo nos sentimos. Aspectos como aquello a lo que prestamos atención, las cosas que pensamos y cómo las pensamos, influyen directamente en nuestras emociones.

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Imagen de John Hain

Por eso resulta tan importante educar a nuestra propia mente. Y es que hay cosas que la mente tiende a hacer que no nos ayudan demasiado, mientras que hay otras que sí. Diferenciarlas y priorizar unas sobre otras es una de las claves para sentirnos bien.

Así que vamos a identificar una serie de prácticas que pueden ayudarnos a «domesticar» a nuestra mente para que contribuya positivamente a nuestro propósito principal.

1. Reprogramar la mente

Jim Rohn dijo que «Cada día debes montar guardia en la puerta de tu mente».

¿Y eso qué significa?

Sencillamente, que las cosas a las que decides prestar atención generan que tu energía sea una u otra. Las creencias que decides adoptar causan que tus reacciones y tu comportamiento sea uno u otro. Y todo eso provoca que te sientas de una manera u otra.

Por eso, es fundamental que vigiles a qué prestas atención y qué eliges creer, para asegurarte de que es útil a tus propósitos. Hay cosas que, si las dejas entrar en tu mente, te ayudan. Y hay cosas que no.

Por ejemplo, puedes consumir contenido durante 30 minutos al día sobre algo que te inspire o que facilite tu desarrollo personal. El mero acto de sustituir 30 minutos de navegación inconsciente en las redes sociales por contenido inspirador puede obrar maravillas en tu estado de ánimo y la forma en la que te relacionas con el mundo.

2. Practicar el «dejar ir»

Una de las razones por las que nuestro estado de ánimo en el día a día no consigue levantar el vuelo es que nos atascamos emocionalmente en recuerdos sobre situaciones que nos han hecho sentir mal.

Alguien que dice algo que no nos gusta. Alguien que es maleducado. Alguien que no cumple con nuestras expectativas. Alguien que se comporta de manera injusta. Algo que hacemos nosotros mismos y de lo que nos sentimos culpables.

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Hay muchas personas que se apegan a esos recuerdos y les dan vueltas y vueltas en su cabeza, deseando que no hubieran sucedido o imaginando formas de que el supuesto culpable de lo sucedido pague por lo que ha hecho. Y eso hace mella en su estado de ánimo, porque crea bloqueos de energía interior que hacen que se sientan peor.

Una estrategia mucho más efectiva de gestionar esas situaciones es «dejarlas ir«. No aferrarse a lo que debería ser, sino abrir el corazón y dejar que la energía interior fluya sin bloqueos.

Esto no es sencillo de hacer. Nuestro ego es muy poderoso, alimentará nuestro orgullo y no nos lo pondrá fácil. Requiere práctica con pequeños pasos y grandes dosis de paciencia. Pero es una de las habilidades más efectivas que existen para sentirnos bien.

3. Crear momentos de calma

Una mente agitada y estresada no suele ser muy capaz de producir los estados de ánimo que deseamos. Pero la vida que llevamos no nos lo pone nada fácil, ¿no es verdad?

Nuestra agenda está repleta de obligaciones. El trabajo. Los recados. Los niños. Cosas que se tuercen y que hay que enderezar. La serie de Netflix que no nos queremos perder.

Apenas tenemos tiempo. O esa sensación tenemos.

Sin embargo, por muy real que sea esa sensación, la realidad suele ser bien distinta. Si observamos con un poco de cuidado, veremos que hay muchas cosas en nuestro día a día que no son tan importantes y que podemos posponer o incluso de las que podemos prescindir.

¿Y qué debemos hacer con ese tiempo libre que creamos al posponer o eliminar algunas tareas? ¿Lo dedicamos a alguna otra tarea?

Si así lo deseas, por qué no. Pero antes de hacer eso, asegúrate de que tienes algo de tiempo en tu día para calmarte y reconectar contigo mismo. Si no es así, probablemente conviene que asignes ese tiempo a eso, antes de asignarlo a otras tareas.

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Restablecer los niveles mínimos de tranquilidad interior es fundamental para sentirnos bien en el día a día. Has de convertir eso en una prioridad y crear proactivamente momentos y situaciones que contribuyan a ello.

Sin excusas. Es demasiado importante.

En este post te doy algunas ideas sobre este tema que puede que te ayuden.

4. Escuchar música que te anime

La música activa la zona del cerebro que percibe las recompensas y es una de las formas más efectivas de sentirnos felices. Incorporar el hábito de escuchar música mientras ordenamos la casa, mientras vamos al trabajo, o mientras nos relajamos en el sofá puede tener un gran impacto en nuestro estado de ánimo general.

Así de fácil, así de efectivo.

Ahí tienes, 4 prácticas relacionadas con tu mente que pueden ayudarte muy mucho a sentirte mejor.

Si quieres acceder a contenidos relacionados, consulta nuestra sección #Tudíaadía.

¿Quieres seguir aprendiendo sobre todo lo que puedes hacer para sentirte mejor en tu día a día?

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