La métrica clave de tu salud financiera

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Si quisieras medir tu grado de salud financiera, ¿qué termómetro usarías? ¿Qué vara de medir? ¿Qué métrica?

Las personas responden a esta pregunta de muchas formas diferentes. Algunas de ellas son las siguientes:

1. Ingresos

Cuando alguien tiene un salario muy alto, solemos asumir alegremente que su salud financiera es buena. Al fin y al cabo, si cobra mucho, tiene forzosamente que tener mucho dinero y unas finanzas personales en buenas condiciones, ¿no es así?

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Imagen de Gerd Altmann

Pues no, lamentablemente no tiene por qué ser así. A pesar de que estas personas lo tienen todo a su favor para conseguir buenos resultados, su comportamiento no siempre redunda en una buena salud financiera.

¿El motivo? Lo vemos a continuación con nuestra métrica número 2.

2. Consumo

Cuando vemos que alguien despliega ante los ojos de los demás un elevado nivel de consumo y se da muchos caprichos, habitualmente pensamos que le va muy bien desde el punto de vista financiero.

Fulanito o Menganita “maneja dinero”, decimos.

Pero esto, lejos de ser un buen indicador de salud financiera, suele indicar exactamente lo contrario: Una pobre salud financiera. Algo que quizá no se haya manifestado claramente aún en la realidad porque la persona sigue generando un alto nivel de ingresos que le mantienen a flote, pero a futuro es una situación muy vulnerable.

¿Por qué? Sencillamente, porque esa persona está alimentando comportamientos que le están haciendo cada vez más dependiente de un elevado estilo de vida, lo cual reduce su flexibilidad ante imprevistos en el futuro.

Puedes leer un post relacionado con este tema aquí.

Por tanto, no, un elevado nivel de consumo no es un buen indicador de salud financiera. De hecho, es como una brújula que señala el sur.

3. Propiedades

¿Y qué me dices de alguien que tiene propiedades? ¿Una casa muy grande, un piso de veraneo, un coche de alta gama? ¿Son ésas mejores métricas de salud financiera?

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Pues no, tampoco lo son. Al menos, no necesariamente.

Para empezar, si esas propiedades no te están dando ninguna renta (porque no están alquiladas a terceras personas) y las utilizas tú, puede que sean más un lastre a tu salud financiera que un impulso. Las propiedades inmobiliarias tienden a revalorizarse con el tiempo, sí, pero también acarrean una serie de gastos recurrentes importantes. Y los vehículos y otros tipos de bienes de consumo duradero se deprecian con el uso muy rápidamente.

Además, hay un componente que no estamos teniendo en cuenta y que muy a menudo viene adjunto a la compra de propiedades: La deuda.

Muchas personas que compran propiedades y bienes de consumo duradero lo hacen pidiendo un préstamo que deben devolver: Una hipoteca, un préstamo al consumo, un leasing, etcétera, etcétera. ¿Es ésa una buena situación desde el punto de vista de tu salud financiera?

Quizás no tanto.

Por eso, las propiedades en sí mismas, por caras y ostentosas que parezcan, tampoco tienen por qué ser un buen indicador de una buena situación financiera.

Entonces… ¿qué nos queda? ¿En qué métrica debemos fijarnos?

Lo vemos a continuación.

El patrimonio neto

El patrimonio neto es el indicador más fiable de tu salud financiera. Básicamente mide el valor de todas tus propiedades (bienes y derechos) descontando las deudas que te quedan por saldar.

El patrimonio neto es la métrica más próxima a la verdadera riqueza que tienes.  Si vendieras todas tus propiedades y saldaras todas tus deudas, eso es lo que te quedaría en el bolsillo.

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Y eso es lo realmente importante para evaluar tu salud financiera: Ni cuanto ingresas, ni cuanto gastas, ni cuantas propiedades tienes, sino tu patrimonio neto.

Ahora vamos a rizar el rizo un poco, porque para que esta métrica tenga auténtica utilidad, has de ponerla en contexto con otra: Tus gastos mensuales.

Cuando divides tu patrimonio neto entre tus gastos mensuales, ¿qué obtienes?

Obtienes algo muy importante: Una idea de cuántos meses podrías vivir con la riqueza que tienes, si por la razón que fuera dejaras de generar ingresos. En otras palabras, una medida de tu grado de independencia financiera.

Imagina que todo lo que tienes en propiedad vale 100.000 euros, que tienes un préstamo vivo de 20.000 y unos gastos mensuales de 1.500 euros al mes. Eso significa que tienes un patrimonio neto de 80.000 euros (100.000 – 20.000), del que puedes vivir 53 meses (80.000 / 1.500) sin generar ingresos.

Ésa es una información muy valiosa a la hora de tomar decisiones vitales que impliquen cierto grado de incertidumbre desde el punto de vista financiero, porque te permite calibrar mejor tu grado de flexibilidad frente a acontecimientos futuros.

Y aquí termina el post. Usa esta métrica, Moneytimer, porque es clave para que monitorices adecuadamente tu salud financiera a medida que va pasando el tiempo y vas atravesando diferentes fases en tu vida.

Si quieres seguir aprendiendo sobre estos temas, consulta nuestra sección Dinero, ¡a trabajar!.

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