La inflación sigue desbocada y no parece que las cosas vayan a cambiar de rumbo a corto plazo. Y si vamos a seguir viendo los precios crecer, tendremos que prestar más atención al salario que recibimos por nuestro trabajo, ¿no?
El argumento más habitual que se escucha hoy en día es el siguiente:
Si la inflación es del 8.5% y tu empresa te aumenta el sueldo en menos del 8.5%, estás perdiendo poder adquisitivo con respecto al año pasado.
Comentario habitual de las redes sociales
A primera vista, este argumento tiene lógica. Si los precios suben X%, tu salario debe subir exactamente lo mismo para estar igual que antes, ¿no es así?
Pero quizás no sea tan evidente.
Para empezar, el argumento asume que tu tasa de inflación personal es la misma que la inflación implícita en el cálculo del IPC (el índice de precios al consumo), pero esto no es necesariamente cierto. De hecho, lo más probable es que tu inflación personal sea muy diferente al IPC, en función de tu patrón de consumo personal.
En un entorno de precios altos de la gasolina, no es lo mismo tener que utilizar el coche todos los días para ir a trabajar que ir a trabajar en metro.
Extrapolando este ejemplo a todo lo demás, la conclusión es evidente: La inflación personal de cada uno es diferente. Y para tomar mejores decisiones te conviene saber cuál es tu inflación personal en función de tu patrón de consumo.
En segundo lugar, el argumento asume que tu salario es idéntico, en valor absoluto, a tus gastos. Y eso tampoco suele ser así. Si gastas menos de lo que ganas, entonces el aumento de salario que nececesitas para compensar el efecto de la inflación en tus gastos es menor. Y vicecersa.
Por ejemplo:
Asumamos que cobras 20.000 euros limpios al año y que gastas 15.000 euros. Si la inflación fuera del 10%, tus gastos subirían en 1.500 euros (10% de 15.000).
¿Tendría que subir tu salario 10% para compensar el efecto de la inflación en tus gastos? No. Solamente tendría que subir en 7.5% (7.5% de 20.000 = 1.500).
Lo cual nos lleva a una interesante revelación: Una de las estrategias más efectivas para combatir la inflación es funcionar con una buena tasa de ahorro. Cuanta más alta sea tu tasa de ahorro, menor será el incremento en tu salario que resulta necesario para compensar el efecto de la inflación.
Para saber cuánto debe aumentar tu salario para evitar impacto en tu estilo de vida como consecuencia de la inflación, puedes utilizar la siguiente fórmula:
Incremento necesario de salario (%) = Inflación (%) – [Tasa de ahorro (%) * Inflación (%)].
La tasa de ahorro es el % de tu salario que ahorras.
Usando los números del ejemplo anterior:
Incremento necesario de salario (%) = 10% – (25% * 10%) = 10% – 2.5% = 7.5%.
Como ves en la fórmula, si tu tasa de ahorro es 0 (si gastas todo lo que ganas), el incremento necesario en tu salario es exactamente igual a la inflación.
En otras palabras, la inflación daña mucho más a los que no consiguen ahorrar. Además, los que no consiguen ahorrar, por definición, tampoco consiguen invertir. Con lo que no tienen activos que se revalorizan en épocas de inflación.
Por otra parte, si consigues ahorrar e invertir, estás doblemente protegido. Primero, porque tu salario no necesita crecer tan rápido para compensar el incremento de tus gastos. Y segundo, porque tus inversiones generan más rentabilidad.
¡Dale bola, Moneytimer!
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Moni 
