En otros posts hemos hablado sobre los fundamentos básicos de la renta variable. La renta variable es una alternativa de inversión muy interesante para conseguir el gran objetivo de batir a la inflación, pero tiene un pequeño problema: Suele venir acompañada de caídas de mercado, algunas de ellas muy pronunciadas.
A nadie le gusta perder. Y aunque experimentar volatilidad no sea exactamente lo mismo que perder, ver que tu inversión ha caído un 10%, 20%, 30% o 40% no es plato de buen gusto.
Ésta es una de las grandes barreras que muchos de nosotros encontramos a la hora de plantearnos invertir en renta variable: Cómo lidiar emocionalmente con esas caídas de mercado que, de forma inevitable, se producen de vez en cuando sin que las veamos venir.
Échale un vistazo a este gráfico. Representa la evolución de la renta variable global, medida a través del índice MSCI World, en los últimos 40 años, hasta Septiembre 2021:
Hay varias conclusiones interesantes que podemos extraer de este gráfico, pero 3 de ellas son especialmente útiles:
- A largo plazo, la renta variable global ha sido muy buena inversión
- Ha habido mucho más tiempo de mercado alcista (cuando los precios suben) que de mercado bajista (cuando los precios bajan)
- Sin embargo, ha habido caídas de mercado significativas en ciertos momentos del tiempo (en concreto 15 caídas de 10% o más y 6 caídas de 20% o más)
Parece que esas caídas de mercado suceden cada cierto tiempo. La pregunta del millón es:
¿Qué debes hacer cuando lleguen?
Mantén la disciplina
El gráfico anterior demuestra que los mercados de renta variable son volátiles. No sólo eso, sino que resulta imposible saber, con un mínimo de certeza, qué es lo que sucederá a continuación. Por eso, tu mejor refugio frente al dolor emocional de experimentar volatilidad en tus inversiones es construir una cartera de inversión muy diversificada y alineada con tu perfil de riesgo y tus objetivos financieros.
Eso sí, por mucho que hagas eso, cuando los mercados caen, lo más probable es que tu cartera de inversión caiga también. Pero eso es parte del proceso. Es, en cierto modo, inevitable. Lo que sí es evitable es entrar en pánico y vender tus inversiones simplemente porque el mercado está cayendo.
Esto es mucho más fácil de decir que de hacer. Incluso los inversores más experimentados a veces dejan que las emociones determinen sus decisiones, dañando sus inversiones. Un error clásico es vender durante las caídas de mercado y esperar demasiado tiempo para reinvertir cuando el mercado se recupera.
Y es que, por mucho que nos guste pensar que sabremos predecir cuándo va a caer el mercado y cuándo va a subir, realmente no sabemos. Es una ilusión que a veces cuesta muy cara.
Observa este otro gráfico que muestra los mejores y los peores días del mercado. Como puedes ver, muchos de los mejores días suceden muy cerca de los peores. ¿Quién puede predecir qué día será bueno o malo con antelación? Es una tarea imposible. No lo intentes, salvo que te gusten los juegos de azar.
¿Cuál es la mejor estrategia entonces?
Mantener la disciplina.
Una vez has diversificado adecuadamente tu cartera de inversión en base a tu perfil de riesgo, adopta una visión de largo plazo y navega sin alterar el rumbo. No te creas el más listo e intentes predecir cuándo vender y cuándo volver a comprar. Lo más probable es que los resultados sean mucho peores que simplemente «no hacer nada».
Ahí tienes, la forma más efectiva de navegar las caídas de mercado.
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Moni 
