Conceptos de inversión: Los dividendos

Imagen: Oliver Nguyen

Tanto si has hecho alguna inversión en bolsa como si no, seguro que has oído hablar de los dividendos. Dividendos por aquí, dividendos por allá… pero ¿qué son exactamente los dividendos? ¿Y cómo puedes beneficiarte de ellos a la hora de gestionar tu estrategia de inversión?

En este post te explico las ideas fundamentales que debes tener en cuenta.

¿Qué son los dividendos?

Los dividendos son, ni más ni menos, una manera de remunerar a los accionistas de una empresa otorgándoles una compensación, en metálico o en especie.

En otras palabras, son una forma de obtener rentabilidad cuando compras acciones.

dividendos
Imagen de Nattanan

Digamos que compras 1.000 acciones de Telefónica a 3 euros por acción con un desembolso de 3.000 euros. Si Telefónica tiene una política de dividendos de 25 céntimos por acción al año, eso significa que cada año, mientras esa política no cambie, te pagarán 250 euros.

En términos de la rentabilidad por dividendos de tu inversión, estarías obteniendo un 8.3% anual (Dividendo anual de 250 euros / Inversión inicial de 3.000 euros)

En este ejemplo el dividendo se paga en metálico, pero no tiene por qué ser así. A veces la empresa ofrece la posibilidad de cobrar ese dividendo «en especie», es decir, vía nuevas acciones. En ese caso, en vez de recibir un importe en metálico en tu cuenta corriente, te darían más acciones de Telefónica (un número de acciones equivalente a 250 euros en base a la valoración de ese momento)

¿Son los dividendos la única vía de rentabilidad?

Los dividendos son una vía de rentabilizar las inversiones en bolsa, pero no son la única. La vía más tradicional es el aumento de precio de las acciones en el tiempo, que se puede producir de forma aislada (cuando la empresa no reparte dividendos) o en combinación con los dividendos.

El efecto inmediato del dividendo es una disminución del valor de la empresa. ¿Por qué? Simplemente, porque el dividendo implica que una cantidad de dinero, que antes formaba parte del patrimonio de la empresa, se reparte entre los accionistas. Ese «valor» se transfiere, dejando a la empresa con menos recuros de los que tenía antes de repartir el dividendo.

En otras palabras, el precio por acción antes de repartir el dividendo debería disminuir cuando se paga el dividendo, por un importe equivalente al dividendo por acción. En el ejemplo anterior, si la acción de Telefónica está cotizando a 3.50 euros y se paga un dividendo de 25 céntimos por acción a los accionistas, el precio de la acción debería disminuir a 3.25 euros (asumiendo que no cambia nada más).

Sin embargo, si la empresa hace las cosas bien, crea valor y hay buen sentimiento de mercado, es posible que el precio de la acción suba. Eso implicaría que el mercado cree que Telefónica vale más que antes, y por tanto yo estaría obteniendo, además de dividendos, una «plusvalía». Lo cual es otra vía de conseguir rentabilidad a mi inversión.

Por ejemplo, digamos que tenemos la siguiente secuencia de eventos:

  • 1 enero: Compro 1.000 acciones de Telefónica a 3 euros (3.000 euros de inversión)
  • 30 Diciembre: La acción de Telefónica cotiza a 3.50 euros (el mercado cree que la empresa vale más que antes por la razón que sea)
  • 31 Diciembre: Telefónica paga 25 céntimos por acción de dividendo (yo recibo 250 euros por mis 1.000 acciones) y el precio de la acción disminuye a 3.25

¿Cuál es la rentabilidad de mi inversión?

Obtengo rentabilidad por dos vías: 1) Dividendos: 8.3% (250 euros de dividendos/ 3.000 euros de inversión inicial) y 2) Plusvalías: 8.3% (por el crecimiento de precio desde 3.00 euros por acción hasta 3.25 euros por acción).

En total, obtengo una rentabilidad anual de 16.6% (8.3% + 8.3%) en mi inversión de 3.000 euros. Haciendo un cálculo rápido, eso es equivalente a una ganancia de 500 euros (250 euros de dividendos + 250 euros de plusvalías).

La recompra de acciones

Otra alternativa de retribución al accionista, distinta a los dividendos, es la recompra de acciones.

La recompra de acciones implica que una empresa compre acciones propias, generalmente en el mercado abierto, y después las amortice o elimine. Al haber menos acciones de la empresa en circulación, aumenta la participación de cada accionista en la misma.

Por ejemplo, si una empresa tiene 100 acciones en circulación y un accionista tiene 20 acciones, su participación en la misma es del 20% (20/100 = 20%). Si la empresa recompra 20 acciones y las amortiza, quedarán 80 acciones en circulación. La participación del accionista pasará a ser del 25% de la compañía (20/80 = 25%).

La ventaja principal que tiene es que eleva el precio de la acción, lo cual es una forma de beneficiar al accionista. Al haber menos acciones, si la empresa vale lo mismo, cada acción será más cara. Por ejemplo, si una empresa tiene un valor de mercado de 10.000 euros y tiene 100 acciones en circulación, cada acción tendrá un precio de 100 euros. Si se recompran 20 acciones y se amortizan, quedarán 80 acciones con un precio de 125 euros cada una, un 25% más caras.

¿Están los dividendos garantizados?

Un aspecto importante es cuánta certeza tienen los dividendos como vía de rentabilizar tus inversiones.

Los dividendos no están garantizados para siempre. La empresa en cuestión decide su política de retribución al accionista. Y es perfectamente posible que en momentos difíciles, cuando es importante preservar liquidez, la empresa decida reducir el dividendo o incluso eliminarlo temporalmente. En ese caso, obtendrías tu rentabilidad a través de las otras vías que hemos visto anteriormente (fundamentalment plusvalías).

Ahora bien, también es cierto que hay empresas que han mantenido una política de dividendos muy estable durante mucho tiempo. Son empresas con modelos de negocio muy sólidos y que no se ven prácticamente afectadas por los ciclos de mercado.

Si te gusta recibir dividendos regularmente, una estrategia interesante podría ser construir una cartera de acciones de empresas con dividendos muy estables, para así recibir un flujo de ingresos por dividendos con independencia de la evolución del precio de las acciones.

Imagina que esos flujos de dividendos son suficientes como para cubrir tus gastos anuales. ¡Serías financieramente independiente!

Ahí tienes, los puntos clave que debes tener en cuenta sobre los dividendos. ¡Dale bola, Moneytimer!

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