¿Cómo puedes saber cuál es tu tolerancia al riesgo?

Imagen: Pixabay

El riesgo es un aspecto clave, no solamente en el mundo de las finanzas, sino en prácticamente todo lo que nos rodea.

Cuando nos ponemos un objetivo, corremos un riesgo de no conseguirlo.

Cuando intentamos predecir qué va a suceder, corremos un riesgo de no acertar.

Cuanto elegimos una opción, nos vemos obligados a abandonar las demás posibilidades. Y no sabemos si esas posibilidades habrían sido mejores que la que hemos elegido.

Cualquier cosa que implique un resultado futuro, implica un riesgo. Un riesgo que tiene dos vertientes: 1) La probabilidad de desviarse del resultado esperado; y 2) El impacto que desviarse del resultado esperado tendrá sobre nosotros.

El problema es que la mayoría de nosotros tendemos a concentrar nuestra atención en la primera, y no reflexionamos demasiado sobre la segunda. Y eso puede ser una forma un tanto peligrosa de tomar decisiones.

Veamos por qué.

Los dos componentes del riesgo

Imagina que estás considerando invertir 20.000 euros en acciones de Apple porque crees que es una buena inversión. Y justo antes de pulsar un botón, un amigo te pregunta lo siguiente:

Oye, colega, ¿encaja esa inversión con tu nivel de tolerancia al riesgo?

Vaya preguntita, ¿verdad? Tener amigos para esto.

riesgo
Imagen de Gerd Altmann

Veamos.

La primera reflexión que podrías hacer es: ¿Cuál es la probabilidad de que la acción de Apple suba? ¿Y la probabilidad de que baje?

Pero claro, una vez que empiezas a hacerte ese tipo de preguntas, surgen otras.

¿Y la probabilidad de que baje mucho?

¿Y la probabilidad de que suba en el corto plazo? ¿O de que baje en el corto plazo?

Uf.

Ahí empiezas a ver que no tienes una idea muy fina de la probabilidad de que la acción de Apple haga todas esas cosas. Lo único que puedes ver es la trayectoria que esa acción ha tenido hasta ahora, lo cual no es garantía alguna de que vaya a seguir haciendo lo mismo en el futuro.

Cuando ibas a pulsar el botón de «comprar», puede que solamente pensaras que «Apple seguro que sube». Pero cuando te haces todas esas preguntas, es posible que compruebes que no tienes las respuestas.

Lo que nos lleva a la primera conclusión: Estimar las probabilidades de los distintos escenarios es bastante complicado. Sin embargo, a menudo tomamos atajos mentales del estilo «seguro que sube», sin profundizar demasiado en todo lo demás.

Pero lo curioso del asunto es que, aunque intentemos profundizar, no tendremos las respuestas que buscamos con la certeza que buscamos. Y cuanto mejor entendamos esto, mejor podremos evaluar nuestro auténtico nivel de tolerancia al riesgo.

Ahora bien, a pesar de lo interesante que puedan sonar estas reflexiones, la clave no está tanto en las probabilidades de que nuestra inversión se desvíe del resultado esperado, sino en la segunda variable: El impacto que eso tendría en nosotros.

Y es que ese impacto no es sólo, necesariamente, económico. Puede ser además psicológico y emocional. Puede generar tensiones en la relación con otras personas. E incluso puede forzarnos a hacer cosas que no queremos hacer.

Por ejemplo, ¿qué pasaría si tu inversión de 20.000 euros en Apple cae un 50%?

Habrías «perdido» 10.000 euros. «Perdido» en teoría, porque esa pérdida no cristaliza hasta que vendes. Pero, en ese momento, tu inversión valdría la mitad.

¿Qué consecuencias tendría eso en tu vida?

Ése es el tipo de preguntas que debes hacerte, porque es perfectamente posible que la acción de una empresa concreta caiga un 50% en bolsa. No tengo ni idea de cuál es la probabilidad de que le pase eso a Apple, pero posible desde luego es. Torres más altas han caído.

Para empezar, ¿necesitas esos 10.000 euros?

Si la respuesta es sí, tenemos un problema, porque es muy posible que estés asumiendo más riesgo del que puedes tolerar.

Y de ahí surge otra pregunta:

¿Cuándo los necesitarías? ¿En 3 meses, 6 meses, 1 año, 5 años?

Cuanto antes los necesites, más riesgo corres, porque menos tiempo tiene la acción de la empresa de recuperarse de una caída.

Y otra pregunta interesante: ¿Cuánto tiempo tienes que trabajar para ahorrar los 10.000 euros que has perdido?

Traducir las pérdidas económicas a unidades de tiempo es un ejercicio muy interesante, porque te permite entender mejor el impacto que dicha pérdida tiene sobre tu vida.

Al final, el factor escaso por excelencia, es el tiempo. Siempre puedes crear más dinero, pero no puedes crear más tiempo. Tienes el que tienes. Y si te ves forzado a utilizarlo de ciertas formas para compensar tus pérdidas, eso importa. Es un indicador muy útil de cuánta tolerancia al riesgo realmente tienes.

El problema de todo esto es que es «teórico». Estamos juzgando qué pasará en nuestras vidas si algo que aún no ha sucedido, sucede. Y lo estamos haciendo desde una posición de calma psicológica y emocional, que no será la situación en la que estaremos si esa pérdida se produce en la vida real.

No, este ejercicio no es perfecto. Pero hacerse este tipo de reflexiones es mucho más útil a la hora de tomar decisiones de inversión que quedarte en un mero «estoy seguro de que la acción de Apple va a subir» y darle al botón, como ibas a hacer.

¡Dale bola, Moneytimer!

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