¿Con cuánto dinero quieres acabar?

Imagen: Pixabay

En el mundo de las finanzas personales y la gestión del dinero es importante funcionar con objetivos. Los objetivos te marcan una dirección que te sirve de guía para tomar decisiones en el día a día. Sin una visión de lo que quieres conseguir, todo resulta mucho más complicado.

Hay varias preguntas que pueden resultar muy útiles a la hora de formar esa visión. Por ejemplo:

¿Para qué quieres tener buena salud financiera? ¿Cuál es tu objetivo principal?

¿Quieres hacer crecer tu riqueza para comprar o gastar en algo concreto? Y si es así, ¿cuándo quieres hacerlo?

¿Cómo de rápido quieres avanzar?

¿Qué quieres evitar durante el camino?

Todo esto te puede sonar muy razonable. Muchas personas se hacen este tipo de preguntas a la hora de construir su estrategia financiera. Sin embargo, hay otra consideración que no solemos tener demasiado en cuenta, al menos de forma consciente, y que es también muy importante a la hora de tomar decisiones en este ámbito:

¿Quieres acumular más dinero del que crees que necesitas?

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Imagen de Lubos Houska

En otras palabras, ¿quieres que te sobre dinero cuando llegues al final del camino? ¿O no lo crees necesario?

Esta pregunta es muy relevante, porque dependiendo de la respuesta vas a tener que ser más o menos disciplinado con tus gastos, y puede que también más o menos agresivo con tus inversiones. Así que sí, es una pregunta que merece mucho la pena hacerse.

Veamos cuáles son las consideraciones.

Posibles razones para dejar dinero sin gastar

Si quieres dejar dinero sin gastar cuando digas adiós a este mundo, es probable que sea por una de estas dos razones:

  1. Quieres dejar herencia a personas cercanas a ti (pareja, hijos, otros familiares o amigos)
  2. Quieres donarlo a alguna causa solidaria

Es posible que no quieras nada de esto y prefieras que tu dinero se quede ahí muerto de risa, pero no es lo más habitual. Lo más habitual es querer hacer algo «bueno» con ese dinero una vez que tú no estás para gastarlo.

Si éste es el escenario que te motiva a la hora de gestionar tus finanzas personales, tienes que subir las apuestas, porque implica que vas a tener que generar más riqueza de la que estrictamente necesitas para ser feliz.

¿Es esto posible? ¿Es posible conseguir que te sobre el dinero?

Sí, claro que es posible. Lo mismo que es posible conseguir la libertad financiera.

De hecho, si consigues la libertad financiera, lo más probable es que te acabe sobrando el dinero.

Veamos.

Cuando se persigue la libertad financiera, aquellas personas que tienen buenos visos de alcanzarla suelen mantener un grado elevado de disciplina en sus gastos. Optimizan su patrón de gasto, eliminando lo innecesario, e invierten sus ahorros regularmente. De esa forma, van acumulando riqueza con el objetivo de expandir su libertad de acción en el futuro.

Para tener éxito en este objetivo es necesario ser persistente durante un tiempo prolongado. Y para ser persistente es necesario estar relativamente satisfecho en el día a día a pesar de esa disciplina en gastos.

En otras palabras, es necesario aprender a ser feliz gastando menos. Si estás a disgusto, lo más probable es que eventualmente te salgas de la rueda porque lo verás como un sacrificio que no te compensa.

Digamos que alcanzas la libertad financiera a los 55 años y has aprendido a ser feliz gastando relativamente poco. Te has acostumbrado a ser feliz así. ¿Es probable que de repente te pongas a gastar mucho más, simplemente porque tienes dinero?

Yo diría que no, porque tu cabeza funciona ya de otra forma.

En ese contexto, lo más probable es que no alteres gran cosa tus patrones de gasto, y tu riqueza siga creciendo. De hecho, es lo que le sucede a la mayoría de personas que alcanzan la libertad financiera. No sólo porque no se ponen a gastar más, sino porque siguen trabajando en cosas que de verdad les apasionan y generando ingresos aun después de ser financieramente libres.

Las personas con esta mentalidad suelen acabar con más dinero del que necesitan. Pero eso sucede de forma natural, porque no han de alterar gastos para ser felices. La libertad de la que disfrutan les da todo lo que desean.

Y cuando llegan al final de su vida, les suele quedar mucho dinero ahorrado. Un dinero que pueden donar o dejar como herencia a sus allegados.

Por otro lado, hay personas a las que no les convence la idea de dejar nada en herencia o donarlo a ninguna ONG, y prefieren disfrutar de sus ahorros ellas mismas mientras vivan. Por ejemplo, con una jubilación por todo lo alto.

Si ése es tu caso, hay dos implicaciones a tener en cuenta:

  1. Has de planificar cómo gastar en base a una esperanza de vida, y eso tiene margen de error, así que debes incluir un buen colchón en tus cálculos. Ya sabes, por si acaso.
  2. Has de monitorizar por el camino e ir ajustando tus gastos para asegurarte de que vas en buena dirección. No te acostumbres demasiado a gastar mucho, porque puede que tengas que hacer cambios si las circunstancias cambian.

Ahí lo tienes, en función de cuáles sean tus objetivos, las áreas en las que debes concentrarte por el camino son unas… u otras. Hazte las preguntas adecuadas y tendrás más claro dónde debes enfocar la atención.

¡Dale bola, Moneytimer!

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¿Quieres seguir aprendiendo a gestionar mejor tus finanzas?

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