Trucos de ahorro: Renegociación de contratos

Imagen: Edar

Hoy vamos a hablar de una de las grandes fuentes de mejora en nuestra capacidad de ahorro: La renegociación de contratos.

Cuando nos proponemos recortar gastos para intentar ahorrar un poco, a veces caemos en el error de centrarnos en muchas cosas diferentes. Intentamos reducir un euro allí o dos euros allá en multitud de pequeñas compras.

Esa estrategia, aunque es mucho mejor que no hacer nada, no es demasiado eficiente. Consume mucho tiempo y mucha energía por nuestra parte, a veces sin generar grandes mejoras.

Por esta razón, a menudo conviene seguir otra estrategia: La estrategia de centrarnos en optimizar nuestros gastos recurrentes más relevantes y no sudar demasiado por los gastos recurrentes menos relevantes, o los gastos esporádicos.

Imagen de Steve Buissinne

Es en los gastos recurrentes de mayor importe donde se encuentra el gran potencial de mejora. En la renegociación de contratos como la hipoteca, el alquiler, las suscripciones, los seguros o los suministros.

Pero… ¿qué es lo que suele ocurrir con estas partidas?

Que una vez que tenemos algo ya contratado, no le prestamos mucha atención. Asumimos que es lo que hay, y seguimos pagando lo que nos piden una y otra vez.

Pues bien, hoy te voy a dar algunos consejos sobre cómo renegociar ese tipo de gastos para ahorrarte un buen pellizco… todos los meses.

¿A que mola?

Pues vamos allá.

1. Dedica un poco de tiempo a investigar las tarifas de la competencia

Antes de llamar, necesitas tener algo de información sobre lo que ofrece la competencia, porque si no, no tendrás referencias para negociar.

renegociación de contratos
Imagen de TheDigitalWay

Una información interesante que tener en la manga es lo que tu proveedor está ofreciendo a los clientes nuevos para captarlos (suelen hacer promociones especiales). Si son unos términos atractivos, puedes ponerte como objetivo intentar conseguirlos.

2. Sé amable

Recuerda, estás tratando con una persona que probablemente tiene bastantes conversaciones poco agradables al día. Ser amable e intentar establecer un mínimo de conexión personal te ayudará a que esa persona esté más receptiva a ayudarte en lo que pides.

3. Haz tu petición con una buena estrategia

Una vez hayas establecido buenas vibraciones con la persona que te está atendiendo, expón tu petición. Cuando lo hagas, quizá algunas de estas ideas te sean de utilidad:

  1. Menciona tu trayectoria con ellos y que estás satisfecho con el servicio y la atención al cliente.
  2. Menciona que sus condiciones no comparan bien con la competencia y proporciona algunos datos, para que tu interlocutor vea que has hecho los deberes y no estás pidiendo por pedir.
  3. Haz la petición de forma que no fuerces una respuesta categórica de sí o no. Puedes decir algo así como “¿Cómo podrías ayudarme a mejorar mis condiciones?» Ésa es una pregunta abierta que incita a buscar una solución, en vez de forzar una respuesta rápida.
  4. Si encuentras resistencia, repite que llevas un tiempo ya con ellos y que no te gustaría irte a otro proveedor. Después vuelve a hacer la misma pregunta: “¿Cómo me podrías ayudar?”
  5. En mi experiencia esto suele funcionar muy bien, pero si das con un hueso duro de roer al otro lado del teléfono, despídete, vuelve a llamar otro día y repite el proceso. Con otro representante puede que tengas más suerte.
  6. En último término, siempre puedes irte a otro proveedor más competitivo.

Ahí lo tienes. Puedes repetir esta fórmula con todos los contratos de suministro que tengas, el alquiler, la hipoteca, las suscripciones, los seguros. Con 2-3 horas de dedicación a esta renegociación de contratos una vez al año, quizá puedas ahorrar miles de euros en un periodo de varios años sin modificar un ápice tu calidad de vida.

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Imagen de Jill Wellington

Y aquí termina nuestro post. ¿Qué te parecen estas ideas como estrategia de ahorro?

Si quieres seguir aprendiendo trucos para optimizar tu vida y maximizar tu salud financiera, consulta nuestra sección #Tudíaadía.

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