Los grandes beneficios de simplificar

Imagen: Andrea Candraja

Hoy vamos a hablar del hábito de simplificar y de por qué es tan importante, particularmente en los tiempos que corren.

Hoy en día, todo parece complicado. Vivimos en un mundo en el que muchas variables diferentes se relacionan entre sí. Un mundo en el que se nos bombardea constantemente con mensajes de todo tipo. Un mundo en el que tenemos muchísimas opciones para elegir.

En resumidas cuentas, un mundo en el que saber cuál es el camino correcto no parece ser nada fácil.

Una consecuencia habitual de esta situación es que solemos abordar las cosas asumiendo que la vida no es simple y que nuestra forma de pensar tampoco debe serlo. Creemos que tenemos que pensar con complejidad, teniendo muchas cosas en cuenta para poder formar una opinión sólida sobre un tema concreto.

Eso, como sin duda has comprobado, nubla nuestro juicio. La tendencia a la complejidad rara vez nos ayuda a entender mejor las cosas, sino que suele alejarnos de la claridad. Y sin claridad, nos resulta mucho más difícil tomar decisiones y cumplir objetivos.

¿El resultado?

Que todo nos parece tan complejo que nos da pereza profundizar. Permanecemos en la orilla, sin meter el pie en el agua y sin avanzar. Retrasamos decisiones, ponemos excusas, procrastinamos… el tiempo pasa y nada cambia. El típico caso de análisis-parálisis.

Imagen de Shanon

Por eso, una de las estrategias más útiles que podemos adoptar en nuestra vida es el hábito de simplificar las cosas.

¿Y esto qué significa?

Básicamente, no tener tantas variables en cuenta a la hora de enfocar una situación o decisión, sino sólamente unas pocas. Las más importantes. Y olvidarnos de las demás.

Ahora voy a darte dos modelos mentales muy interesantes que se anclan en esta estrategia de simplificación.

1. La navaja de Ockham

La navaja de Ockham es un principio atribuido al fraile franciscano Guillermo de Ockham, según el cual «en igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la más probable«.

Si bien la aplicación de este principio tiene sus limitaciones en el mundo de la ciencia, donde los procedimientos son más rigurosos, tiene implicaciones muy interesantes en nuestra vida cotidiana.

Un ejemplo muy claro es el campo de la responsabilidad personal: Podemos pensar que cuando no obtenemos buenos resultados, es debido a que el mundo exterior conspira contra nosotros. Las causas de nuestro fracaso están fuera, en ese mundo complejo que nos rodea.

Sin embargo, cuando otras personas con las mismas o menores capacidades que nosotros obtienen buenos resultados, buscar culpables fuera de nosotros no es la explicación más sencilla. La explicación más sencilla, y por tanto más probable según la navaja de Ockham, es que nosotros mismos estemos haciendo algo mal y que debamos revisar nuestro comportamiento.

2. La técnica Feynman

Richard Feynman es uno de los científicos más famosos de la historia. Premio Nobel en 1965 y una figura fundamental en el desarrollo de la física cuántica.

Feynman era un apasionado de aprender. Aprender de verdad. Quería entender las cosas en profundidad, no quedarse en la superficie de conocimiento con la que la mayoría de personas funcionan. Y gracias a ese ardiente deseo de entender se convirtió en una de las pocas personas que eran capaces de explicar conceptos extremadamente complejos de forma sencilla.

simplificar

Quieres saber cuál era su técnica de aprendizaje, ¿resumida al máximo?

Digamos que quieres entender bien un tema concreto que parece complejo. La tesis de Feynman era que si tenías que utilizar palabras y expresiones complicadas para explicar algo, no lo entendías realmente.

Su técnica constaba de 4 pasos:

  1. Identifica lo que sabes ahora: Pon el conocimiento que tienes sobre la mesa.
  2. Intenta explicárselo a un niño imaginario de 5 años (Feynman llamaba a este paso «ELI5» – «explain like I am 5»).
  3. Reflexiona sobre el paso 2: Qué partes te han resultado más difíciles de explicar? ¿Dónde te has atascado? ¿Dónde te has visto obligado a utilizar jerga y expresiones complicadas? Eso son señales de las cosas que aún no entiendes bien.
  4. Afina: Investiga en mayor profundidad lo que no has podido explicar con claridad y repite.

Resumido en una palabra: Si quieres entender mejor, simplifica.

Aplicaciones del hábito de simplificar en tu salud financiera

Son muchos los campos en los que simplificar puede traerte innumerables beneficios. La salud financiera es, sin duda, uno de ellos.

En la segunda parte de este post profundizaremos en cómo puedes aplicar este principio de simplicidad a tus finanzas personales.

Y es que quizá lo simple sea un poco más aburrido que lo complicado, pero suele funcionar mejor. ¿Quieres resultados o quieres ser cool?

Pues eso.

Si quieres aprender más sobre el hábito de simplificar y sus beneficios, te recomiendo que leas el libro Esencialismo, de George McKeown.

Y ya sabes, para más ideas interesantes sobre cómo optimizar tu salud financiera y tu satisfacción vital, consulta nuestra sección #Estilodevida.

¿Quieres seguir aprendiendo técnicas para adoptar una mentalidad más útil para conseguir tus objetivos?

.

🌍Estilo de Vida — otros posts