Fundamentos de Contabilidad: Principio del Devengo

Imagen: Niek Verlaan

Hoy vamos a hablar de contabilidad, en concreto del Principio del Devengo, uno de los conceptos más importantes a la hora de manejar y analizar números, tanto en el contexto de una empresa como en el contexto de nuestra situación individual particular.

La contabilidad es una práctica que está íntimamente ligada a las finanzas. Los responsables financieros de una empresa están en contacto permanente con ella. En cierto modo, la contabilidad es el ingrediente clave en el que se basa la receta de las finanzas.

¿Y cómo podríamos definir la contabilidad?

Dicho de forma sencilla, la contabilidad es la representación del conjunto de bienes y derechos, así como las fuentes de financiación, de una empresa o sociedad (o individuo).

En otras palabras, la contabilidad de una empresa nos dice:

  1. Cuánto dinero ha ganado una empresa en un periodo determinado
  2. Qué bienes y derechos posee: Metálico, existencias, máquinas, edificios, patentes, derechos de cobro…
  3. Cómo está financiando esos bienes y derechos: Con deuda (= dinero prestado a terceros) o con fondos propios (= contribuciones de los accionistas y beneficios acumulados)
Principio del Devengo
Imagen de Steve Buissinne

El objetivo de la contabilidad no es otro que mostrar la imagen fiel de la situación financiera de esa empresa o sociedad a todos los agentes involucrados (gestores, empleados, accionistas, prestamistas, hacienda, etcétera, etcétera). Se construye en base a una serie de principios contables generalmente aceptados para que sea homogénea y comparable.

Uno de los principios contables más importantes es el llamado Principio del Devengo.

Veamos en qué consiste y el por qué de su importancia en el mundo de las finanzas.

¿Qué es el Principio del Devengo?

El Principio del Devengo se centra en la forma en la que se deben contabilizar los ingresos y gastos de una empresa a medida que ésta desempeña su actividad. En concreto, lo que dice es lo siguiente:

La contabilización de ingresos y gastos deberá realizarse en función del flujo real de bienes y servicios en la empresa, con independencia de cuando se produzcan los cobros o los pagos.

Esta idea es extraordinariamente importante. Lo que significa en la práctica es que una empresa debe reconocer (apuntar) un ingreso o un gasto en el momento en el que se producen las acciones que los determinan, paguemos o cobremos antes o después.

Imagen de Moerschy

Por ejemplo, imagina el caso de un hotel. Un cliente hace una reserva y paga por anticipado.

¿Se debe contabilizar eso como ingreso?

Según el Principio del Devengo, no. Hemos recibido dinero, pero esa entrada de dinero no se contabiliza como un ingreso.

¿Y cuándo se contabiliza como ingreso?

Cuando el cliente usa la habitación y no antes. Ése es el «flujo real» (no monetario) de la actividad de la empresa. Y es el flujo real el que determina el registro de los ingresos y los gastos. Que son diferentes de los cobros y los pagos.

Lo ilustramos aquí paso por paso:

Momento 1: Cliente reserva la habitación y paga por anticipado.

Reflejo en la contabilidad: Contabilización de una entrada de caja (porque la empresa tiene ahora más metálico en la cuenta corriente) y contabilización de una obligación («Anticipos de clientes»). Ningún ingreso y ningún gasto.

Momento 2: El cliente llega y utiliza la habitación

Reflejo en la contabilidad: Cancelación de la obligación («Anticipo de clientes») y contabilización de un ingreso. Ningún cobro y ningún pago.

Veamos ahora por qué esto es importante de cara a las finanzas.

¿Cómo afecta el Principio del Devengo al análisis financiero?

El Principio del Devengo tiene una gran relevancia en el análisis financiero. Desde el punto de vista de las finanzas, lo que importa son los «flujos de caja» o «flujos de efectivo», es decir, los cobros y los pagos.

¿Por qué?

Porque los cobros y los pagos son objetivos e indiscutibles. Se producen cuando se producen. Y por eso son el centro de atención y la base del análisis financiero, incluyendo la valoración de empresas. Por otro lado, los ingresos y los gastos, a pesar de tener que plegarse a los principios contables, están sujetos a interpretación. Y por tanto no son tan objetivos.

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Por ejemplo, respóndeme a la siguiente pregunta:

¿Crees que es posible que una empresa tenga unos beneficios muy elevados y al mismo tiempo una mala situación financiera (y eventualmente acabe yendo a la quiebra)?

Parece incongruente, ¿verdad?

Pero no, no lo es.

Imagina que esa empresa consigue muchas ventas (que se contabilizan como ingresos según el Principio del Devengo) pero sus clientes le pagan a 120 días. Y para satisfacer esas ventas tiene que comprar mercancías (que se contabilizan como gastos) pero pagar a sus proveedores a 30 días.

Desde el punto de vista de ingresos y gastos, si el precio de venta es superior a sus costes, cuanto más vende más beneficios tiene, ¿verdad?.

Pero ¿qué ocurre desde el punto de vista de los flujos de caja?

Que cuanto más vende, más metálico quema. Porque tiene que pagar a los proveedores mucho más pronto de lo que sus clientes le pagan.

De hecho, cuanto más rápido venda, más rápido se deteriorará su situación financiera. Y más rápido avanzará hacia la quiebra por quedarse sin liquidez. Una situación que genera muchas quiebras de empresas que a primera vista parecen solventes, pero que no lo son.

Entender esto es clave para un buen análisis financiero. Tanto de una empresa como de tu situación personal. Dale bola, Moneytimer.

Si quieres acceder a contenidos similares, consulta nuestra sección #Estilodevida.

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