Dime, ¿te has encontrado con alguien que piensa que el dinero es malo?
Seguro que sí. Es una de las creencias más extendidas.
Algunas personas creen que el dinero es que es una especie de elemento maligno que provoca cambios en nuestra personalidad y nos convierte en unos seres malvados y egoístas, que solamente piensan en amasar más dinero a costa de los demás.
De dónde surge esta creencia es algo que no está muy claro. Quizá información que diseminan las redes sociales. Quizá un cambio de comportamiento que esas personas perciben en alguien de su círculo más cercano. Quizá algo que se les inculcó mientras crecían.
Sea cual sea la causa de esta creencia, su manifestación práctica suele ser bastante uniforme: Las personas que tienen ese enfoque tienden a no aprovechar las oportunidades que la vida les brinda para hacer más dinero.
¿Por qué?
Porque ven el dinero como algo malo.
Creen que el dinero no debería tener tanto peso en cómo funciona el mundo, y se resisten a participar en ese juego. Se quedan al margen de todo lo que implique mejorar su salud financiera y se concentran en otras cosas.
La pregunta es… ¿tiene esta creencia algo de verdad? O aún más importante, ¿es una creencia útil? ¿Es una creencia que nos sirve para disfrutar más de la vida y para sentirnos más felices?
¿Es el dinero algo malo?
Empecemos cuestionando la legitimidad de esta creencia. Y para ello vamos a hacernos la siguiente pregunta:
¿Cuál es la consecuencia más inmediata de tener más dinero o una salud financiera más desahogada?
Poder hacer más.
Piénsalo. El dinero en sí mismo no significa gran cosa. Pero es una herramienta que te da acceso a un montón de posibilidades en el mundo en el que vivimos. Y esas posibilidades se expanden de manera proporcional al dinero del que dispones.
Ahora bien, ¿es eso algo bueno?
Depende.
Tener más dinero es algo parecido a tener más tiempo libre. ¿Es eso bueno? Depende. Depende de cómo lo uses y de si eso redunda en que te sientas mejor y tu vida mejore, o no. Usar el tiempo para comer galletas viendo la tele y usarlo para actividades de voluntariado suelen producir efectos muy distintos en nuestra sensación de felicidad.
En otras palabras, tienes más poder, Spiderman. Pero también más responsabilidad. Me temo que van indisolublemente unidos.
Y esa mayor responsabilidad, ¿cómo se manifiesta?
Muy sencillo: En entender bien qué es lo que te hace más feliz y utilizar ese poder adicional que te da el dinero con sabiduría para poder hacer más y mejor de eso.
Y es que hay mucho de conocerse a uno mismo en todo este rollo de la salud financiera.
Si has hecho el ejercicio de construir una filosofía de vida y unos valores prioritarios, esto no te será demasiado difícil. Sabrás discernir lo que de verdad te importa y lo que no, y serás menos vulnerable a las tentaciones. En ese contexto, te será más fácil dirigir el poder que te da el dinero hacia los lugares correctos.
Por otra parte, si no tienes claro quién eres y lo que quieres, sino que te dejas influenciar por las modas y las opiniones de los demás, serás mucho más vulnerable a las tentaciones y habrá más riesgo de que utilices ese poder que te da el dinero de maneras que no redundan en tu bienestar a largo plazo.
Sí, lo que te estoy diciendo es esto: El dinero no es bueno ni malo. El dinero es neutro. Que se convierta en una herramienta que favorezca tu felicidad o la perjudique es algo que depende exclusivamente de ti.
Así que no, no comparto en absoluto esa creencia tan extendida de que el dinero sea malo. Lo que creo es que conocerse mejor a uno mismo es una de las primeras piedras, si no la primera, de cualquier pared relevante que quieras construir en tu vida.
Una vez esa piedra esté bien firme, el dinero será, muy probablemente, algo que podrás (y sabrás) utilizar para ser más feliz.
¿Qué me dices, Moneytimer? ¿Estás de acuerdo?
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Moni 
