¿Debo contratar un seguro de vida?

Imagen: Geralt

Es posible que alguna vez te hayas preguntado cómo funciona un seguro de vida y si te conviene contratarlo. Si es así, estás de suerte, porque en este post te voy a explicar los aspectos más relevantes a tener en cuenta a la hora de tomar esa decisión.

¿Qué beneficios tiene un seguro de vida?

El principal beneficio de contratar un seguro de vida es tranquilidad en el caso de que se sucedan cosas graves para nuestra salud. El seguro de vida proporciona confianza de que, si falleces, tus seres queridos no quedarán desatendidos y contarán con un colchón de seguridad para poder navegar cuando tú no estés.

¿En qué aspectos concretos te puede ayudar un seguro de vida? En muchos y muy variados. Por ejemplo:

  • Pagar los costes de tu funeral: Los costes de funeral suelen ser elevados y tus seres queridos tendrían que hacer frente a un gasto importante para despedirte como te mereces. En otros países el seguro de vida cubre este tipo de gastos, aunque en España hay una modalidad concreta que se denomina seguro de decesos.
  • Cubrir los gastos de los hijos. Los hijos son la mayor preocupación de cualquier familia. Garantizar su bienestar y estabilidad es una de las prioridades de las personas que buscan un seguro de vida. Para estos casos, las compañías de seguros ofrecen muchas posibilidades, como los seguros de vida a término, que se pueden contratar por un tiempo concreto (como la infancia de los hijos o hasta que terminen los estudios universitarios). 
  • Saldar deudas. Muchas personas contratan un seguro de vida para conseguir cobertura de pago de sus deudas en caso de muerte. Si tienes préstamos o hipotecas, los beneficiarios del seguro podrían saldar esas deudas con el dinero que reciban. En el caso de una hipoteca, por ejemplo, si heredaran el inmueble podrían saldar la hipoteca con la indemnización del seguro sin que ello repercuta en su propio bolsillo. 
  • Cubrir la ausencia de ingresos del cónyuge. Si tú o tu cónyuge fallecéis, puede que el superviviente tuviera problemas para mantener el nivel de vida sin los ingresos que aportaba el miembro de la pareja que ha fallecido. Un seguro de vida da tranquilidad en este supuesto, ya que permite reemplazar los ingresos que han dejado de llegar. Hay algunas pólizas que permiten asegurar, por ejemplo, a esposo y esposa, con lo no siempre es necesario contar con dos seguros.
  • Complementar el seguro de tu empresa. Muchas personas piensan que con el seguro de vida de su empresa ya es suficiente. Pero a veces esto no es cierto, porque los seguros de empresa no suelen ofrecer grandes indemnizaciones. Además, tienen otro punto débil que es la falta de portabilidad: Si cambias de trabajo o lo pierdes, el seguro corporativo deja de cubrirte.  
  • Para ahorrar e invertir. Algunos seguros de vida cuentan con importantes herramientas de ahorro. Una parte de lo que se paga en primas se destina al ahorro –o a la inversión en renta variable- y esas operaciones generan beneficios para el asegurado.  

Hay otros beneficios adicionales, pero estos son probablemente los principales.

¿Cómo funciona un seguro de vida?

Veamos ahora el funcionamiento básico de un seguro de vida. Para entenderlo bien, hay varias cosas que debes tener en cuenta:

  • Calificación. Cuando vas a contratar un seguro de vida, la empresa de seguros te somete a un periodo de calificación para decidir si te otorga o no la póliza. El proceso suele incluir exámenes médicos y una serie de preguntas en las que se evalúan tus hábitos de vida. Si eres joven, tienes buena salud y no tienes costumbres o hábitos que incluyan graves riesgos, la aseguradora no pondrá problemas en admitirte. Pero a medida que pasan los años, el proceso de calificación se hace más exigente, porque el riesgo de que fallezcas es más alto.
  •  Primas. La prima es el dinero que pagas cada mes por tu seguro. Generalmente están niveladas, lo que quiere decir que siempre pagarás lo mismo. Para conseguir esa nivelación, la compañía de seguros suele exigir pagar más al principio, cuando tu riesgo de muerte es bajo. Ese incremento sobre lo que realmente cuesta el riesgo que asume la compañía sirve para mantener bajas las primas de la última parte de la vida del seguro, cuando ya seas mayor y tu riesgo sea más elevado.
  • Valor en efectivo. A medida que vas pagando esas primas, acumulas un dinero que, en principio, compondrá tu indemnización. Pero con esa cantidad que pagas, la compañía de seguros genera un ahorro y una rentabilidad. Llegado un punto, es obligatorio que el exceso de dinero generado por el ahorro se te entregue en forma de valor en efectivo. Es un dinero que puedes dedicar a lo que te parezca. 
  • Beneficiario. Cuando mueras, alguien recibirá el dinero de la indemnización. Esa persona o personas son los beneficiarios. Puedes nombrar cuantos quieras, y posteriormente cambiarlos por otros, o nombrar sustitutos por si los principales fallecen antes de cobrar.

¿Debes contratar un seguro de vida?

Ahora que ya sabes cómo funciona un seguro de vida, viene la gran pregunta: ¿Debes contratar uno?

Pues… depende.

seguro de vida

Para empezar, tener un seguro de vida tiene más sentido en algunas franjas de edad, y menos en otras.

Antes de los 30 años, cuando estamos iniciando nuestra carrera profesional, todavía no tenemos constituido un patrimonio, y lo más común es que no tengamos aún responsabilidades familiares.

A partir de los 30 años las cosas empiezan a cambiar. Si vivimos en pareja y tenemos hijos, el riesgo de perder la vida o de perder la salud y, por tanto, no poder seguir percibiendo un salario, empieza a constituir un riesgo grave para la familia. Es entonces cuando un seguro de vida empieza a tener sentido.

En otras palabra, cuando las circunstancias de tu vida empiezan a cambiar y empiezas a incorporar responsabilidades familiares, es hora de empezar a plantearse el asunto. Especialmente si tienes una hipoteca u otro tipo de deudas y no quieres dejar a nadie al que aprecias con ese marrón.

¿Y hasta cuando debo contratarlo?

Pues también depende.

Si vas construyendo patrimonio suficiente a través de ahorro e inversión, como será el caso si pones en práctica mis sabios consejos, puede que construyas ese colchón de protección tú mismo y que no te haga ya falta la protección adicional del seguro de vida. Si es así, puedes decirle adiós y dejar de pagar las primas. Si no es así, quizá convenga que sigas manteniéndolo para tener las espaldas bien cubiertas.

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