Qué priorizar al invertir: ¿El precio o el negocio? (2)

Imagen: Dirk Wouters

En la primera parte de este post hicimos una reflexión sobre los aspectos más importantes a la hora de invertir en las acciones de una empresa, argumentando que el precio, a pesar de ser el punto en el que muchos inversores concentran su atención, quizá no sea tan relevante como la calidad del negocio.

Lo que pasa es que eso de «la calidad del negocio» es un concepto muy etéreo. ¿Qué significa exactamente? ¿Hay alguna forma de identificarlo? ¿Y por qué decimos que la calidad del negocio es más importante para que la inversión vaya bien, a largo plazo, que el precio al que compras sus acciones?

Son preguntas para nota, ¿no es verdad?

Pero para eso estamos aquí. Así que vamos a darles respuesta.

La calidad de un negocio

Recordemos lo que dijo Munger: A largo plazo la rentabilidad de las acciones de un negocio (la evolución del precio de las acciones) tiende a converger con la rentabilidad interna del propio negocio.

De eso podemos extraer una idea muy sencilla: Lo que más relevancia tiene es seleccionar negocios que tengan una rentabilidad interna elevada sobre los recursos invertidos y tengan visos de mantenerla en el tiempo.

negocio

Por tanto, si compramos las acciones de esos negocios y nos sentamos a esperar, nos acabará yendo bien.

Eso es lo que dicen tanto Munger como Warren Buffett. Dos abueletes que de esto parecen saber un rato, a juzgar por los resultados de Berkshire Hathaway a lo largo del tiempo.

Y si hilamos un poco más fino y profundizamos en sus palabras, podemos extraer la siguiente conclusión: Un buen negocio no solamente obtiene una buena rentabilidad a los recursos invertidos, sino que que también tiene la capacidad de reinvertir el cash flow que genera y seguir obteniendo una buena rentabilidad a esa reinversión a lo largo del tiempo.

Lo cual, significa otra cosa: Tiene que ser un negocio con una ventaja competitiva sostenible y que opera en un sector con suficientes barreras de entrada, porque sin eso su capacidad de seguir generando una rentabilidad elevada en el tiempo se vería perjudicada por las acciones de sus competidores.

Ejemplo numérico

Veamos si podemos ilustrar con números esa idea de que la calidad del negocio prima sobre el precio de compra de sus acciones a la hora de invertir a largo plazo.

Digamos que tienes la oportunidad de invertir en dos negocios del mismo sector, ambos con una base de capital de 1 millón de euros:

Negocio 1:

  • Obtiene una rentabilidad del 6% anual sobre los recursos invertidos
  • Puedes comprarlo a un precio equivalente a 8 veces su beneficio neto, que en ese momento es mucho más atractivo que la media del sector

Haciendo números, la valoración de este negocio sería el beneficio neto del primer año (6% sobre 1 millón = 80.000 euros), multiplicado por 8 = 480.000 euros

Negocio 2:

  • Obtiene una rentabilidad del 18% anual sobre los recursos invertidos
  • Puedes comprarlo a un precio equivalente a 50 veces su beneficio neto

Haciendo números, la valoración de este negocio sería el beneficio neto del primer año (18% sobre 1 millón = 180.000 euros), multiplicado por 50 = 9 millones de euros.

Muchas personas dirían: Buf, el negocio 1 se puede comprar a un precio mucho más barato que el negocio 2. Por lo tanto, mejor comprar a bajo precio, porque así tendré más probabilidades de ganar.

Veamos qué sucede al de 40 años.

El negocio 1 tendría una base de capital de 10.9 millones (1 millón elevado a 6% durante 40 años) y un beneficio neto de 617.000 euros (60.000 euros de beneficio inicial elevado a 6% durante 40 años).

El negocio 2 tendría una base de capital de 885 millones (1 millón elevado a 18% durante 40 años) y un beneficio neto de 135 millones (180.000 euros de beneficio inicial elevado a 18% durante 40 años).

Si al de 40 años el mercado se normaliza y ambos negocios cotizan a una valoración de 20 veces su beneficio neto, ¿qué tenemos?

El negocio 1 tendría una valoración de 12.3 millones (617.000 de beneficio neto en el año 40 x 20). Y como lo compraste 40 años antes a una valoración de 480.000 euros, habrías obtenido una rentabilidad media anual del 8.4%.

El negocio 2 tendría una valoración de 2.700 millones (135m de beneficio neto en el año 40 x 20). Y como lo compraste 40 años antes a una valoración de 9 millones, habrías obtenido una rentabilidad media anual del 15.3%.

Vaya, vaya, vaya… sorpresa, sorpresa. El negocio 2 ha acabado siendo mucha mejor inversión, a pesar de que lo compraste a un precio mucho mayor. Y la razón no es otra que la rentabilidad interna que el negocio 2 es capaz de generar durante un largo periodo de tiempo es mucho mayor que la del negocio 1.

La clave, por supuesto, está en identificar aquellos negocios que son capaces de generar esta rentabilidad de forma sostenida, porque poseen una ventaja competitiva o barreras de entrada que les permite proteger su posición de mercado, su política de precios y su estructura de costes.

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