¿Qué es la inversión sostenible?

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Seguro que has oído el término «inversión sostenible» o «inversión sostenible responsable». Está muy de moda últimamente. Pero ¿qué significa exactamente? ¿Y es algo que te puede interesar desde el punto de vista de la gestión de tus finanzas personales?

La inversión sostenible responsable (ISR) es una filosofía de inversión que, además de tener en cuenta la rentabilidad y el riesgo de una inversión, se centra en factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo (conocidos también como criterios ASG). Es decir, no sólo analiza el rendimiento económico de una inversión, sino que prioriza proyectos en los que la inversión pretenda lograr un impacto positivo en la sociedad.

inversión sostenible
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Tanto en España como en el resto del mundo, la inversión sostenible responsable se articula sobre todo a través de instrumentos de inversión colectiva (fondos de inversión y de pensiones), pero esta filosofía puede aplicarse a todo tipo de productos financieros.

Cómo invertir en fondos ISR

Las estrategias más habituales de gestión de fondos ISR son:

  • La exclusión de empresas o sectores concretos por ser controvertidos o poco éticos.
  • La selección de las mejores empresas de cada sector en función de las políticas ASG que aplican a su negocio.
  • La inversión en activos que cumplen los tratados internacionales, evitando aquellas empresas o gobiernos que no lo hacen.
  • La selección de activos centrados en una temática sostenible y/o responsable concreta como el cambio climático, equidad y otros.

¿Por qué está creciendo la Inversión Sostenible Responsable?

La demanda de inversiones ISR ha venido tradicionalmente de la mano de las instituciones, los grandes fondos de pensiones, las universidades, las compañías de seguros y los organismos públicos. Sin embargo, cada vez hay más inversores particulares que buscan alternativas de inversión que cumplan estos criterios para mostrar su compromiso y sensibilización con el impacto medioambiental y social de las empresas.

El entorno legislativo ha contribuido también al crecimiento de la inversión sostenible. Aunque todavía no existe una legislación uniforme sobre este tema a nivel global, se está avanzando rápidamente en la creación de estándares a nivel internacional.

Por ejemplo:

  • La Comisión Europea creó el estándar de bonos verdes tras el acuerdo ecológico europeo alcanzado en diciembre de 2019. La agencia de calificación crediticia Moodys estima que emisión de bonos verdes y sostenibles alcanzará este año un volumen récord de un billón de dólares a nivel global (865.000 millones de euros)
  • Este año ha entrado en vigor en Europa el Reglamento europeo de divulgación de finanzas sostenibles , por el cual las entidades deben publicar en sus páginas web sus políticas de inversión socialmente responsable. Esta regulación pretende hacer más comprensible el perfil de sostenibilidad de los fondos de inversión y define normas específicas sobre cómo y qué información relacionada con la sostenibilidad se debe publicar.

La Unión Europea quiere posicionarse como líder en el mercado de las inversiones sostenibles para atraer unos flujos de dinero cada vez mayores. Hoy por hoy, Europa tiene una cuota muy importante, aunque otras regiones como Canadá y Estados Unidos están avanzando con rapidez.

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A comienzos de 2020 la inversión sostenible a nivel global alcanzó los 35.300 billones de dólares en los cinco mercados que lideran este segmento (Europa, Estados Unidos, Canadá, Japón y Australia y Nueva Zelanda) tras incrementarse un 55% entre 2016 y 2020, según el informe de Global Sustainable Investment Alliance (GSIA), que destaca que las inversiones sostenibles suponen más del 35% del total de activos bajo gestión. En España, cerca del 15% del patrimonio en fondos corresponde ya a inversiones responsables.

Pero… ¿es rentable la inversión sostenible?

Sí, todo esto está muy bien. Pero, desde el punto de vista de la gestión de nuestros ahorros, ¿no estaremos sacrificando rentabilidad si nos decantamos por las inversiones sostenibles?

Durante un tiempo, la idea de que la inversión sostenible no era tan rentable como la inversión más generalista se hizo muy popular. Sin embargo, esta idea se defiende cada vez menos, porque la gran demanda por las inversiones sostenibles ha provocado que el precio de estos activos suba significativamente, mejorando su rentabilidad.

La gestora de activos global Macquarie AM realizó una encuesta recientemente entre 180 grandes inversores institucionales de todo el mundo. Una de las conclusiones del sondeo es que una gran mayoría de estos inversores (el 74%) creía que una buena estrategia de sostenibilidad mejora los retornos financieros, frente a un 23% que aseguraba que no tiene impacto material alguno y un residual 3% que afirmaba que sacrifica rentabilidad.

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Adicionalmente, de la encuesta se desprende un cambio material en la influencia que tienen los factores de sostenibilidad a la hora de tomar decisiones de inversión respecto a la misma encuesta de 2019: Ahora, el 50% de los encuestados afirma que estos factores tienen una influencia «significativa» (frente al 32% en 2019). Y el 21% de ellos señala que estas cuestiones guían sus inversiones (frente al 10% de 2019).

Queda aún mucho terreno por recorrer en el mundo de la inversión sostenible. Pero, como ves, los inversores más grandes y con mejor información sobre el mercado consideran que, además de los beneficios sociales que conlleva, es una alternativa de inversión que no implica sacrificar rentabilidad con respecto a las opciones tradicionales.

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