¿Por qué suceden las burbujas?

Imagen: Willgard

Seguro que alguna vez, en la televisión, la prensa o en alguna conversación con alguien, has oído la expresión «hay una burbuja».

Esta expresión suele hacer referencia a que los precios de algo han crecido de forma desmesurada y desafían el sentido lógico. O al menos el sentido lógico de quien está hablando.

Sin embargo, no es tan sencillo. Hay muchos factores que contribuyen a la formación de burbujas, y no todos ellos son «irracionales». Decir que la gente está «loca» para explicar este tipo de fenómenos es demasiado simplista. Es más complicado que eso.

Hagamos algunas reflexiones.

El origen de las burbujas

Se dice que el término «burbuja» se acuñó durante la llamada crisis de los tulipanes en Holanda, una de las primeras situaciones de ese estilo que se hizo mundialmente famosa, aunque es muy posible que hubiera muchas más antes que ésa.

La burbuja de los tulipanes comenzó allá por el año 1630. Un holandés llamado Frank Zondervan decidió invertir 6.000 florines – lo cual, en aquella época, era mucho dinero – en un tipo de tulipán. Los tulipanes eran considerados piezas de coleccionista en aquella sociedad y captaron la atención de todo el mundo porque no paraban de subir de precio.

Muchas personas empezaron a comprar tulipanes con el objetivo de enriquecerse, pagando precios cada vez más elevados con el convencimiento de que éstos seguirían subiendo. Pero en 1637 se produjo un hecho insólito: Por primera vez en todos esos años no se logró vender una colección de tulipanes.

En ese momento, muchos de los inversores empezaron a vender y salieron del mercado de los tulipanes con beneficios. Pero los precios, fruto de esa oleada de ventas, empezaron a bajar rápidamente. Nuestro querido inversor Frank Zondervan no quiso vender, porque creyó que los precios volverían a subir.  

Sin embargo, para su sorpresa, no fue así. El mercado dejó de valorar los tulipanes de esa manera. La creencia cambió y la música dejó de sonar. Y el bueno de Frank perdió su dinero, lo mismo que muchos otros inversores que compartían su creencia.

Fenómenos similares a la burbuja de los tulipanes se han repetido a lo largo de los años. Ejemplos a gran escala son el crack bursátil del año 1929, la burbuja de Internet en el año 2000, y la crisis inmobiliaria que comenzó en 2008.

La pregunta es… ¿por qué sucede esto? Y aún más importante, ¿se puede evitar?

¿Por qué suceden la burbujas?

Las burbujas se suelen achacar a la avaricia. Se dice que cuando el precio de algo empieza a subir y las ganancias que obtienen los demás se hacen visibles, las personas se vuelven avariciosas y empiezan a hacer «locuras».

Bueno, es una forma de verlo. Pero no es la única, ni probablemente la más acertada.

El própio término «burbuja» indica que el precio de algo está demasiado inflado y que en algún momento va a pinchar. En otras palabras, lo que estamos diciendo es que el precio de mercado de ese algo está muy por encima de su valor «real» y que la situación no es sostenible.

burbujas
Imagen de AlexasPhotos

Ya, muy bien, pero ¿cuál es ese «valor real»?

Aquí es donde empieza el verdadero debate.

El «valor real» de algo es un término muy subjetivo. Yo puedo utilizar unas hipótesis que me parecen acertadas para valorar algo y tú puedes utilizar otras distintas, llegando a un «valor real» distinto al mío. Y cuando todo el mercado participa al mismo tiempo en este ejercicio, se producen transacciones de compra y venta que determinan el precio oficial de mercado.

El precio de mercado no es más que una combinación de creencias individuales. Y cuando esas creencias cambian, el precio cambia.

¿Qué ocurre en las burbujas?

Que se desarrolla la creencia de que el precio de algo seguirá subiendo rápidamente, y eso atrae interés comprador de diferentes tipos de inversores.

Por una parte, los inversores que tienen un horizonte de inversión de largo plazo y que ven que el valor de algo es mayor que su precio actual.

Y, por otra parte, los inversores a los que el valor les da igual y sólo les interesa hacer una ganancia rápida comprando y vendiendo en un plazo corto de tiempo (los «traders»).

Ambos tipos de inversores tienen diferentes objetivos y diferentes horizontes de inversión. Pero en las burbujas lo que suele suceder es que muchos «traders» empiezan a participar en las compras, provocando una subida de precio muy marcada que a su vez atrae el interés de los inversores de largo plazo.

Las creencias cambian. Se vuelven más optimistas por el movimiento ininterrumpido de los precios hacia arriba.

Sin embargo, llega un momento en el que las creencias de los «traders» se mueven. Aprecian signos de agotamiento en el mercado y empiezan a retirarse en masa, provocando una caída brutal de precios y dejando a los inversores de largo plazo viéndolas venir.

Sí, en las burbujas hay avaricia. Pero no tanta «irracionalidad» como se piensa. Cuando las creencias son las que son, todo parece muy lógico. Es sólo cuando las creencias cambian que parece ilógico.

¿La moraleja? Cuando quieras invertir en algo, asegúrate de que sabes muy bien a qué juego estás jugando. ¿Eres un inversor de largo plazo o un trader? Mantén esa tesis y no te dejes influenciar por lo que veas a tu alrededor.

¿Seguirá habiendo burbujas? Muy probablemente. Las creencias son algo muy difícil de manejar. Y ellas son las que más determinan nuestro comportamiento.

¡Dale bola, Moneytimer!

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