Por qué debes pagarte a ti mismo primero

Imagen: Datacorp

Hoy vamos a hablar de un hábito que parece irrelevante, pero que hace auténticas maravillas a la hora de avanzar hacia la libertad financiera y muchos otros destinos interesantes: El pagarte a ti mismo primero.

Pagarte a ti mismo primero significa exactamente eso: Te pagas a ti mismo antes de pagar al supermercado, antes de pagar la facturas, antes de hacerte las uñas y antes de tomarte una cerveza en un bar.

Si esto te suena raro, es porque lo es. O expresado de forma más exacta, no es lo que solemos hacer. Lo que solemos hacer es ir con el piloto automático y sumergirnos en nuestros hábitos de gasto nada más ver que nos han ingresado el salario en la cuenta. Y si después de gastar nos queda algo que podemos ahorrar, puedes estupendo.

pagarte a ti mismo primero

Pero eso no es una buena estrategia para subir peldaños en la escalera de la salud financiera, porque tenemos demasiadas tentaciones a nuestro alrededor y demasiado poco autocontrol.

Mira a tu alrededor. ¿Qué es lo que hace la mayoría de personas?

Asumen que gastar más les conduce a experimentar un subidón de estado de ánimo que equiparan a la felicidad. Y como todo el mundo parece hacer lo mismo, a la hora de tomar decisiones ni siquiera se plantean que ese camino quizá no lleve al destino que buscan.

Y claro, si tienen dinero en su cuenta para gastar, ¿cómo no van a hacerlo? Sería como renunciar a varios puñados de felicidad que se encuentran a su alcance con sólo pulsar un botón.

Lo curioso es que muchas de estas personas, si les preguntaran directamente, no dirían que están de acuerdo con esto. Dirían que para ellas gastar dinero no da la felicidad, sino que la felicidad viene de la familia, los amigos, bla, bla, bla.

Pero su conducta no refleja esa filosofía.

Su conducta refleja la contraria. Gastan todo lo que tienen, simplemente porque lo tienen.

Sucumben a las tentaciones. Y ese hábito les conduce a un resultado financiero y vital muy poco alentador.

Esto no es ninguna anomalía. El ser humano es así. Como promedio, tenemos poca fuerza de voluntad. Somos débiles. De ahí la importancia de incorporar hábitos de comportamiento que nos protejan, para así poder obtener buenos resultados.

Pagarse a uno mismo primero es uno de esos hábitos.

Una nueva mentalidad

Al pagarte a ti mismo primero estás haciendo algo absolutamente fundamental y transformador en tu vida financiera: Estás ampliando tu esfera de actuación más allá de los gastos e incorporando ahorro e inversión a tu vida.

De forma recurrente. Mes a mes, año a año, década a década.

Y eso, en el conjunto de una vida, tiene un valor espectacularmente grande. No sólo en el terreno financiero, sino en el terreno vital en sentido amplio.

¿Por qué?

Porque los gastos reducen tus posibilidades, mientras que las inversiones las expanden. Los gastos son consumos de energía vital, mientras que las inversiones son generadores de energía vital.

Imagen de Ed White

Muchas personas los confunden. Creen que están creando energía vital, pero la están consumiendo. Creen que están invirtiendo, pero en realidad están gastando.

Por ejemplo, aquí tienes algunos gastos que a menudo confundimos con inversiones:

  • Comer en restaurantes
  • Comprar ropa para estar a la moda
  • El paquete de televisión por cable  
  • Una vivienda más grande de la que necesitamos
  • Un coche nuevo
  • Algunos títulos universitarios

Y aquí tienes algunas inversiones que a menudo confundimos con gastos:

  • Ir al gimnasio
  • Un buen colegio para nuestros hijos
  • Libros
  • Cursos prácticos
  • Una bicicleta para moverse por la ciudad
  • Pagar y cancelar deudas caras (tarjetas de crédito, préstamos al consumo)

¿Ves la diferencia?

Si te pagas a ti mismo primero, tendrás combustible a mano para hacer inversiones y expandir tus posibilidades vitales. Si no lo haces, es probable que acabes cayendo en la tentación de todos los gastos que tienes a tu alrededor y tus posibilidades vitales se estanquen.

Pagarte a ti mismo primero puede parecer un simple truco, pero es mucho más: Es un estado mental. Es una puerta de entrada a una nueva mentalidad. Una mentalidad que puede transformar tu realidad de forma muy significativa.

¿Cómo lo hago?

Y si quisieras llevar esto a la práctica, ¿qué tendrías que hacer? ¿No es algo muy complicado?

No, en absoluto. Si buscas una excusa para no hacerlo, la dificultad no te va a servir, porque es extremadamente sencillo de hacer. Estos son los pasos:

  1. Abrir una cuenta de ahorro e inversión.
  2. Ordenar una transferencia automática cada mes a esa cuenta, en el momento en el que recibas tu sueldo, por el importe que te parezca razonable. Si quieres empieza por un importe pequeño y después puedes ir ajustando.
  3. Usar ese dinero para invertir en aquellas áreas en las que te interese crecer.
  4. Gastas lo que te queda. Y no más de lo que te queda.

Fin.

Si te interesa crecer es el área financiera, puedes invertir en renta variable, inmobiliario u otras alternativas.

Si te interesa crecer en el área de tu desarrollo personal, puedes invertir en libros o cursos.

Si te interesa crecer en el área relacional, puedes invertir en viajes con tus familiares, amigos o para conocer nuevas personas.

Si te interesa crecer en el área profesional, puedes invertir en capacitación sobre diferentes tipos de conocimientos y habilidades.

Si te interesa crecer en tus habilidades de emprendimiento y expandir tu libertad, puedes montar un negocio.   

Pagarte a ti mismo primero te abre la puerta a una nueva mentalidad. Es una forma diferente de enfocar tu vida. Un camino distinto que lleva a un destino distinto.

Pero no hace falta que tomes mi opinión como un acto de fe. Pruébalo y observa cómo te sientes. Observa si tener algo menos de dinero disponible para gastos provoca una reducción tan insoportable de tu estado de ánimo como crees. Y si eso se ve más que compensado por la satisfacción de embarcarte en iniciativas de crecimiento que te interesan.

Yo apostaría a que sí. Pero ya me contarás, Moneytimer.

Si quieres acceder a contenidos similares, consulta nuestra sección #Estilodevida.

¿Quieres seguir desarrollando una mentalidad financiera ganadora?

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