5 técnicas para dejar de procrastinar

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¿Sabes lo que significa procrastinar? Suena como algo esotérico, ¿verdad?

Si no lo sabes, no te preocupes, porque seguro que alguna vez lo has hecho. Todos lo hacemos. Algunos más que otros, pero es un comportamiento muy común. Cada vez más común.

Procrastinar significa, básicamente, el dejar algo que tienes que hacer para otro momento.

¿A que ahora te suena?

Algunos somos auténticos campeones en el arte de procrastinar. Cuando tenemos que hacer algo, especialmente si es un poco incómodo o difícil, surgen misteriosamente infinidad de tareas o entretenimientos a nuestro alrededor a los que echamos mano y damos prioridad.

procrastinar
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Jugar a la PlayStation o navegar por las redes sociales, por ejemplo.

Bueno, vale, pero eso tampoco es tan grave, ¿no?

Depende. Examinemos el asunto un poco más de cerca.

¿Qué sucede cuando procrastinamos?

Antes de empezar, conviene que mencionemos una idea importante: El que tendamos a procrastinar no significa que seamos unos vagos. El origen de la procrastinación no suele ser la pereza, sino más bien la ansiedad.

La tarea que tenemos que realizar se nos antoja complicada y no queremos enfrentarnos a ella, porque nos intimida. Por eso preferimos entretenernos con otras cosas que nos proporcionan más calma y mayor sensación de control. Es algo muy humano.

Así que no, no eres un vago por procrastinar. No suele ser el caso.

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Sin embargo, hay una cosa evidente: Tengamos razones de peso para ello o no, procrastinar no nos ayuda. Se interfiere en nuestra capacidad de conseguir objetivos y no nos deja hacer las cosas tan bien como podríamos hacerlas.

No sólo eso, sino que tiene implicaciones psicológicas importantes. Cuando procrastinas, la preocupación no desaparece, sino que sigue en nuestras mentes. Eso agota nuestros recursos cognitivos y reduce nuestra capacidad para resolver problemas.

Por si todo eso fuera poco, después de procrastinar solemos sentirnos culpables por no haber hecho lo que teníamos que hacer. Y ahora nos queda menos tiempo para hacerlo. Así que la ansiedad que pretendíamos sofocar evitando la tarea difícil y enredándonos en otras más fáciles y accesibles, ahora se ha multiplicado. Y nos sentimos mucho peor.

Así que sí, procrastinar tiene efectos más dañinos de lo que puede parecer a primera vista.

Si quieres profundizar más sobre este tema, aquí te dejo este interesante artículo de BBC.

Ahora pasemos a ver qué puedes hacer para intentar superar la procrastinación.

Técnicas que ayudan a no procrastinar

Aquí te dejo 5 ideas relativamente sencillas que pueden resultar muy efectivas para hacerte menos vulnerable a la tentación de procrastinar.

1. Identifica el patrón

Cuando procrastinas, sueles seguir un patrón. Hay algo que te frena y te hace desviarte del camino.

¿Qué es exactamente lo que suele frenarte? Identíficalo y trabájalo. Aislar la causa concreta te da mucha información útil sobre cómo gestionar la situación en tu propio beneficio.

2. Meditación y mindfulness

Sí, muy de moda. Y muy efectivo para esto en concreto, porque sirve, entre otras cosas, para trabajar el control de la mente y la concentración.

Prueba unos minutos al día. Seguro que te resulta muy útil.

3. Haz una sola cosa

Hacer más de una cosa a la vez no es sinónimo de productividad ni muchísimo menos. Si tienes entre manos una gran tarea o proyecto, divide en pequeñas subtareas con pequeñas metas, pero intenta evitar hacer varias cosas a la vez. Reducirá tu ansiedad y tu tendencia a procrastinar.

4. No te castigues en vano

Sentirse culpable después de procrastinar es muy común. Lo triste es que sea en vano. Es decir, que te sientas culpable y no hagas nada al respecto.

Sentir la punzada de que has hecho algo mal no es malo. Indica que tienes un sentido de la responsabilidad que ha salido herido. Pero sentir no basta. Has de combinarlo con actuar. Cuando sientas la punzada, ponte a trabajar y a prevenir que lo mismo suceda la próxima vez.

5. Ve de menos a más

Si la tarea que debemos desempeñar tiene partes complejas, céntrate si puedes en las menos complejas a la hora de empezar. De esa forma la barrera mental y la ansiedad serán menores y sentirás menos fricción para ponerte manos a la obra. Y cuando ya estés en movimiento, te será más fácil seguir con las más complejas.

Ahí tienes, 5 técnicas para reducir tu tendencia a la procrastinación. ¡Dales bola, Moneytimer!

Si quieres acceder a contenidos similares, consulta nuestra sección #Estilodevida.

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