¿Qué es la libertad financiera realmente?

Imagen: J plenio

Mucho hemos escrito en este blog sobre la libertad financiera, ¿no es así?

¿Por qué?

Simplemente, porque una dinámica vital en la que la escasez de dinero determina las decisiones que tomas no mola.

No mola porque a menudo conduce a que hagas cosas que realmente no deseas hacer. Conduce a tener que agachar la cabeza y aguantar. Conduce a renunciar a sueños. Y eventualmente puede conducir a mirar atrás y sentir que podrías haber hecho mucho más. Que podrías haber vivido una vida mucho mejor, si no te hubieras visto «obligado» a hacer esto o aquello porque necesitabas dinero.

Y esto es algo que todos apreciamos. El mordisco de «tener que» hacer ciertas cosas. La sensación de que seríamos mucho más felices si pudiéramos elegir lo que queremos hacer, en vez de «tener que» hacerlo.

libertad financiera
Imagen de Analogicus

La conquista de la libertad financiera flota constantemente en las redes sociales. Muchos supuestos gurús prometen enseñarnos cómo llegar a ella, previo pago de cuantiosas cantidades, como si de un sueño dorado se tratara. Algo que nos libraría de todos nuestros problemas en un santiamén.

Como si todo se solucionara con «dejar de trabajar».

Este enfoque de libertad financiera es limitativo y contraproducente.

En primer lugar, como revela el trabajo de muchos autores en la rama de la psicología de la felicidad, el secreto no se encuentra en dejar de trabajar. Se encuentra en un equilibrio de varias dimensiones, entre las que el trabajo tiene un peso muy importante. Un trabajo en el que nos satisface lo que hacemos, con quién lo hacemos y cómo lo hacemos.

Y en segundo lugar, poder permitirte «dejar de trabajar» es algo que requiere mucho tiempo, mucho esfuerzo de reducción de gasto y mucha suerte con tus inversiones. Algo que no se encuentra al alcance de la inmensa mayoría de nosotros.

Por tanto, perseguir la libertad financiera en el sentido «sensacionalista» del término no tiene mucho sentido, Moneytimer. Tener 10 o 15 años más para tomar mojitos en la playa puede sonar genial cuando suena el despertador y te recuerda dolorosamente que «tienes que» ir a trabajar, pero en la práctica es mucho menos interesante de lo que parece.

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No, lo realmente interesante es que consigas moldear tu trabajo y tu estilo de vida para que te proporcionen auténtica satisfacción. Y sin tener que esperar tanto tiempo para alcanzar sueños dorados.

Ahí es donde tener salud financiera te puede ayudar. Ése es su verdadero valor. Ése es el tipo de libertad financiera que te interesa perseguir. Y lo puedes conseguir mucho antes.

Veamos ahora cómo puede influir esa libertad financiera en algunas de las dimensiones más importantes que determinan nuestra felicidad.

Trabajo

La influencia de la libertad financiera en el ámbito laboral es obvia. Cuanto más colchón financiero tienes con respecto a los gastos de tu estilo de vida, mayor poder tienes para moldear tu entorno laboral a tu antojo.

Si tienes f*ck you money, puedes permitirte correr riesgos para conseguir cosas que te interesan. Y antes de ello, si llevas una buena dirección, también puedes hacerlo.

Puedes permitirte dejar tu trabajo y tomarte unas largas vacaciones antes de buscar otro. Puedes permitirte trabajar menos horas cuando tengas hijos o te interese dedicar más tiempo a otra cosa. Puedes permitirte decir que no a las cosas de tu actual trabajo que no te gustan e intentar hacerlas de otra forma que conecta mejor con quién eres y lo que quieres, sin que el miedo a que te despidan o te paguen menos te paralice.

La libertad financiera puede transformar tu realidad laboral como pocas cosas pueden hacerlo. Es un estado mental que te ayuda a abrir la mente a todo lo que puedes conseguir para así disfrutar de mayor satisfacción laboral.

Relaciones

El famoso autor de desarrollo personal Tony Robbins suele decir que «la calidad de tu vida depende de la calidad de tus relaciones».

No le falta razón. Nuestras relaciones determinan en gran parte cómo nos sentimos sobre la vida que llevamos.

Muchas veces, nos vemos circunscritos al círculo relacional de siempre por hábito. Nos cuesta entrar en nuevos círculos. No sólamente porque nos intimida lo nuevo, sino también porque hacerlo implica invertir recursos. Recursos que a veces no tenemos.

Apuntarte a un club de montaña. A una escuela de cocina. A una academia de baile. A un club de ciclismo. A un club de running. A una escuela de sombras chinescas (para gustos los colores… ).

Esas actividades pueden abrirte el abanico de tus relaciones y conocer a gente nueva, pero necesitas invertir tiempo y dinero en ellas. Si tienes libertad financiera, puedes permitirtelo. Si no la tienes, no te quedará otra que hacer algo que mejore la calidad de tus relaciones actuales, o improvisar para encontrar otras nuevas.

Y esto es posible, por supuesto. Es sólo que con libertad financiera tus posibilidades se expanden.

Experiencias

Las experiencias y los momentos especiales, en su justa medida, son otra palanca importante de generación de felicidad. Cuanto más tiempo pasa, más necesidad sentimos de experimentar cosas que nos hagan sentir que hemos vivido una vida «que ha merecido la pena».

Y sí, claro que hay experiencias y momentos especiales que se pueden crear sin dinero. Muchas y muy diferentes. Pero hay otras que no. Hay otras que requieren que te lo puedas permitir desde el punto de vista financiero. Y no por ello son experiencias de menor calidad. Son, simplemente, distintas.

Si siempre has deseado la experiencia de subir al Kilimanjaro con tu pareja y no te lo puedes permitir, es posible que concluyas que te tienes que aguantar. Puedes hacer otras cosas, pero seguro que preferirías poder hacerlo, si siempre lo has querido hacer. Es tan simple como eso.

Imagen de Herbert G

Tener libertad financiera te permite acceder a una variedad de experiencias más amplia, de forma que puedas elegir el tipo que más te conviene en función de tus circunstancias concretas.

Proyectos vocacionales

La última gran palanca de la felicidad son los proyectos vocacionales. Esta dimensión se puede solapar con la dimensión Trabajo, si nos dedicamos a algo que satisface esa necesidad de vocación, pero no tiene por qué ser así.

Podemos, por ejemplo, dedicarnos a algo que nos gusta y en lo que somos muy buenos, pero que no es vocacional. Y al mismo tiempo, cultivar el lado vocacional en nuestro tiempo libre, dedicándonos a algo que nos apasiona y/o que mejora el mundo o proporciona valor a los demás.

Volvemos a lo mismo: Para poder hacer este tipo de cosas, necesitas tiempo. Y a veces, también dinero, dependiéndo de cuáles sean. La libertad financiera te da acceso a ambas.

Ahí lo tienes, las grandes palancas de felicidad y cómo tener buena salud financiera te permite accionarlas. ¡Dale bola, Moneytimer!

Si quieres acceder a contenidos similares, consulta nuestra sección #Estilodevida.

¿Quieres seguir aprendiendo cómo construir libertad financiera en tu vida?

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